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18 de agosto: prisión, tortura y asesinato de Federico García Lorca

Emilio Díaz Miranda

16 de agosto de 2023 18:51 h

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Entre mis libros sobre Lorca, tengo uno en el que sus páginas corroídas por la carcoma y oscurecidos bordes por el tiempo tienen una especial significación para mí. Lo compré el 8 de Enero de 1959. Lo especial pese al deterioro es que está escrito por Guillermo Díaz-Plaja y su prólogo de enero de 1953 está fechado en Madrid, pero el libro fue publicado por la Colección Austral de Espasa-Calpe en Buenos Aires, Argentina, y no en España. Se compraba en Canarias en algunas librerías bajo cuerda, no expuestas al público.

Guillermo Díaz-Plaja, que fue amigo de García Lorca, no pudo publicarlo en la España sometida a la Dictadura católico-fascista del Generalísimo Franco. En aquella época no se mencionaba a Lorca, pues no sólo no estaba en los libros de texto del Bachillerato ni de la Universidad que se debían estudiar, sino que estaba en la lista de escritores malditos como León Felipe, Luis Cernuda, Max Aub y otros muchos ignorados, ocultados o vilipendiados por haber sido demócratas republicanos.

Tal clima de oscurantismo fue cambiando lentamente ya que el nazi-fascismo había sido derrotado ideológica y militarmente en Europa. Los cambios en el ámbito literario y cultural se debieron a figuras como Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo Canilio José Cela, Joaquín Ruíz-Giménez (que fue Embajador de España en la Santa Sede, Ministro de Educación Nacional y fundador de la revista Cuadernos para el Diálogo con posiciones liberales y democristianas) y a Guillermo Díaz-Plaja que era miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y lo que se llamaba adicto al Régimen. Pese a ser amigo y admirador de García Lorca no era “sospechoso” porque había ganado el Primer Premio Internacional de Poesía del Congreso Eucarístico de Barcelona en 1952, cuya celebración fue concedida por el Papa Pio XII. 

Poco a poco se volvía a hablar en las revistas y círculos literarios de autores como Antonio Machado y de García Lorca sin mencionar su ideología y actividad cultural republicana, ni por supuesto de que era anticlerical, de izquierdas y last but not least que era homosexual.              

Se permitía hablar de su poesía y algo de su vida, pero no del modo cruel de su muerte.

Lorca nació en 1898, año de la vil declaración de guerra de EE.UU a España y del saqueo y anexión de Cuba, Puerto Rico, Guam y de Filipinas, que pasaron a ser dependencias coloniales norteamericanas. 

Cristianismo frente a jerarquía burocrática

García Lorca no tenía simpatías por las jerarquías de la Iglesia Católica Española que consideraba contrarias al mensaje de amor que impartía Jesús el Cristo. Los que se consideraban representantes “oficiales” de Cristo sobre la Tierra, que eran una burocracia empezando por el Papa – “el hombre del traje blanco” – que en su libro Poeta en Nueva York volverá como “el hombre vestido de blanco”. El Lorca de los años 1916/1917 hablaba de los curas como los sacerdotes que han traicionado al Salvador. 

EL joven poeta desprecia a los célibes católicos que como los eunucos de una emperatriz china son “tinieblas entrañables” “contrarias a la doctrina de Jesús que es la luz más celeste”. El Lorca con sus 19 años rechaza a la Iglesia ultrareaccionaria de su tiempo y al mismo tiempo siente odio contra el militarismo. En su Ensayo “El Patriotismo” (27 de Octubre de 1917), ataca a los mentirosos que atraen a los niños con frases (huecas) patrioteras y contrarias al amor al prójimo. Frente a la falsa cruz formada por la bandera y la espada, es decir, la cruz de las tinieblas y de la fuerza, él coloca la cruz del sacrificio y del amor.

No es casual que gran parte de sus escritos juveniles sigan inéditos. Por un lado, pensaba que deberíamos formar ciudadanos en las escuelas, amantes de la paz y conocedores del Evangelio, que no sepan que existió Fernando el Santo, ni Isabel la Fanática, ni Carlos el Inflexible, ni Pedros ni Felipes, ni Alfonsos ni Ramiros. Debemos contar a las almas niñas que España fue la cuna de Teresa la Admirable, de Juan el Maravilloso, de Don Quijote divino y de todos nuestros poetas y cantores. (Son citas lorquianas).

Contra el concepto de la Patria-madre por la que hay que derramar hasta la última gota de nuestra sangre, escribe:“Hay que ser hijos de la verdadera patria: la patria del amor y de la igualdad”.

Ese Cristo del Amor y de la Igualdad se opone al que España tomó para encubrir sus maldades al Cristo crucificado. Por eso vemos aún su ultrajada imagen por todos los rincones. En el nombre de Jesús se tostaban hombres en las hogueras inquisitoriales.En el nombre de Jesús se consuma el gran crimen de la Inquisición. Con el nombre de Jesús se expulsó a la Ciencia de nuestro suelo.(Citas lorquianas).

La Guerra civil contra la Democracia y la Libertad está en marcha curiosamente desde el 18 de Julio de 1936, que es el día en el Calendario católico del Santo que le dio su nombre, San Federico de Utrecht, obispo de la ciudad holandesa de Utrecht en el año 820. Fue el 18 de Julio del 838 que dos criminales le atraviesan los sesos y muere a los pocos minutos. Algunos escritores de los siglos XI y XII dicen que fue la emperatriz Judith que contrató a los asesinos porque San Federico la había criticado por su vida disoluta. Fue proclamado Mártir y santo por la iglesia. En el caso del Federico granadino el papel de la Emperatriz fue Católico-confesional CEDA ultraconservadora de Granada y, en este caso, peor que la Falange. La Confederación Española de Derechas Autónomas fundada por Gil Robles en 1933 fue disuelta el 19 de abril de 1937 en plena Guerra asimilándose al llamado Movimiento Nacional.

Y fue apenas un mes después del comienzo sangriento de la rebelión fascista contra la Segunda República, el 18 de Agosto en que acaban con la vida de Federico García Lorca.

Acabaron con su vida, pero le abrieron las puertas a la eterna memoria de su nombre y de su obra.

En 1948 en la entonces República Socialista de Checoslovaquia, en el castillo Dobris, convertido en Casa de los Escritores por el gobierno comunista, el que sería en 1971 Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, dio un discurso titulado:

“Tres pilares de la poesía española; García Lorca, Antonio Machado y Miguel Hernández”. 

Neruda dijo de Federico: Raramente se unen en un ser humano tanto talento, espíritu y humanidad… El apogeo de su obra se sitúa en el periodo del establecimiento de la Segunda República Española, época de la victoria del pueblo español. Significó el final de un periodo oscuro y el comienzo de un nuevo periodo Luminoso. Era como si las telarañas de la España medieval hubieran desaparecido“.

Lorca – sigue diciendo Neruda – jugó un papel protagonista en el renacimiento de España. Al mismo tiempo fue músico, folclorista, director de Teatro, escritor de obras dramáticas y el primer poeta español. Además ha sido una de las personas más divertidas que he conocido nunca. La gente que lo rodeaba no podía estar triste. Vivía la vida y se inventaba cosas divertidas y se rodeaba de fantasía. Fue la encarnación de un poema en la tierra. Un profundo sentido de la democracia lo conectaba con la gente. No se trataba de un sentimiento claramente político, era un verdadero republicano por amor a su pueblo (…) No se podía pasear con él por la calle porque todos los que lo veían y conocían querían tocarlo. Ir a un restaurante con él era un problema porque todos querían sentarse en su mesa y todos querían invitarlo (Neruda 1949).

“Y entonces, ¿por qué lo mataron? ¿Por qué mataron a un ser que parecía estar tan alejado de lo terrenal? Lo mataron porque él era el deslumbrante resplandor de esa España que emergía de todos los siglos anteriores. Lo asesinaron porque los fascistas querían liquidar la cultura. Fue asesinado por representantes de la burguesía española. Esta burguesía o quiere conquistar a los poetas para su servicio o quiere matarlos (Neruda, 1949).

El discurso de Pablo Neruda en Checoslovaquia es muy propio del año 1948 cuando comienza la Guerra Fría y los intentos de los USA de levantar un muro militar, la OTAN, frente al llamado “mundo socialista”, pero refleja la profunda amistad y admiración de Neruda por Lorca. Y típico del combate de Neruda contra la Dictadura del general Franco que dejaba insepultos los cadáveres de los republicanos fusilados por el simple hecho de serlo, sin haber cometido otro delito que tener ideología republicana y democrática o pertenecer a uno de los partidos legales de la República, fueran de centro, de derecha o de izquierda.

Denuncia, detención y tortura de Lorca

García Lorca se había refugiado en casa de Luis Rosales, los Rosales eran católicos y de derechas, pero una denuncia hizo que fueran a capturarle como si de un peligroso criminal se tratase, con gran número de policías y soldados armados. Le sacaron a la fuerza, le tuvieron encerrado y le golpearon brutalmente, interrogándole y vejándole por rojo y maricón, golpeándole especialmente en sus órganos sexuales y el culo, Y finalmente junto con otros detenidos lo fusilaron el 18 de Agosto de 1936. 

De los tres pilares de la poesía mencionados por Neruda, Antonio Machado moriría en el amargo exilio francés en Collioure el 22 de febrero1939 y Miguel Hernández muere el 28 de marzo 1942 después de largo padecimiento por las enfermedades contraídas en las malas condiciones de la cárcel, infección pulmonar, bronquitis y tifus y, finalmente, el final con tuberculosis escupiendo sangre y pus. Causaron la Muerte de los tres grandes poetas, pero no pudieron acabar con la Poesía de la Libertad y la Democracia.

Todavía hoy a más de 80 años de su asesinato, debido a los obstáculos puestos por los herederos ideológicos del franquismo no se han podido encontrar sus mortales restos, pero su espíritu alegre y emancipador ha continuado inspirando a todos nuestros poetas democráticos. Y la idea de la Muerte que revoloteaba en muchos de sus poemas se puede centrar en estos versos:

 “Si muero,  dejad el balcón abierto”.

Lo fusilaron al aire libre de su querida Granada, ese aire andaluz que ninguna dictadura puede encerrar. Y a nosotros, lectores de Lorca, nos queda el consuelo de dejar abiertos a su poesía nuestros corazones y el balcón…

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