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Muchos ''deplorables'' somos Wyoming, y también Montañez

Enric Sopena / Enric Sopena

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¿Por qué antes de pronunciarse, el presidente de la Asociación de la Prensa no se molestó en abrir una investigación para saber con cierta exactitud quiénes agredieron y quiénes fueron agredidos. O, dicho de otro modo, quiénes vulneraron las reglas deontológicas más elementales del periodismo y quiénes no lo hicieron?

Colorín colorado

Prefirió Urbaneja, en todo caso, no mojarse. Sentenció que los dos ?El Gran Wyoming y Javier Horcajo- son malos y colorín colorado este cuento se ha acabado. Ya se lo advertí a finales de agosto, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, durante una jornada sobre el periodismo, en la que participábamos él y yo, además de otros apreciados colegas.

La equidistancia

Le subrayé que en el periodismo no se debe ser equidistante, contra lo que él sostenía. Y le recordé que la teoría de la equidistancia, en otro orden de cosas, privó a la II Republica del apoyo decisivo de las naciones democracias. Y le añadí que esa tendencia a lavarse las manos como Pilatos nos había supuesto cuarenta años de una dictadura tan temible como sanguinaria.

Arenga catastrofista

Urbaneja, eso sí, lanzó como presidente, y a propósito del conflicto referido, una arenga catastrofista: “Este episodio revela un desprecio y una enorme ignorancia de las reglas de este oficio (?) Esto no revela más que el estado deplorable en que está la profesión en estos momentos, y con comportamientos así sólo se entra en una dinámica que conduce al desprestigio de todos”.

¿Al borde del desprestigio?

Es decir, que a poco que nos despistemos, los culpables ?según Urbaneja- seremos todos. Pero si tan “deplorable” está “la profesión en estos momentos”, yo me pregunto por qué no dimite sin más dilaciones el presidente de la Asociación de la Prensa. ¿Se puede ser presidente de un colectivo de periodistas ?se entiende que mayoritario- deplorable y al borde del desprestigio?

En Cuba

Desde el programa Más se perdió en Cuba, que es un bodrio ultramontano, barriobajero y nostálgico de la dictadura, Horcajo insultó vilmente a la compañera Beatriz Montañez, describiéndola como una puta que además imita en antena una felación. ¿No le parece a Urbaneja que Horcajo ?siguiendo la senda del periodismo cavernario, que se halla por desgracia tan de boga en Madrid- no argumentó sino que simplemente vejó a Montañez?

De forma clarividente

Intereconomía atacó a La Sexta. Y La Sexta respondió de forma clarividente. Horcajo y sus colaboradores ?expertos en ciertas grabaciones sonrojantes, destinadas a llevar a la hoguera a las mujeres que practican el aborto- se tragaron el anzuelo, exhibiendo sus vergüenzas como periodistas que no verifican los hechos antes de deslizarse por el tobogán de las falsedades. Eso sí es “deplorable” y eso sí que “desprestigia” a la profesión.

Hace unos veinte años

A mí no me extraña. El resbalón de Horcajo me trajo a la memoria una noticia publicada por él en Diario 16, hace unos veinte años. Casi nada de lo que decía se correspondía con la realidad. Pretendía presentarme como una especie de chófer de Felipe González en Barcelona y se inventó una historia tan rastrera como carente del más mínimo rigor. Probablemente lo intoxicaron. Pero él no comprobó la veracidad de los hechos.

Lo tenemos clarísimo

Somos muchos, presidente, los que lo tenemos clarísimo. Estos días todos nosotros -quizás “deplorables” y “desprestigiados”- somos Wyoming. Y, por supuesto, Montáñez.

* Director de elplural.com

* Director de elplural.com Enric Sopena*

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