Una Estrategia Inteligente

El debate llegó al Parlamento de Canarias, por segunda vez, el pasado mes de noviembre. Con anterioridad, en marzo de 2014, ya se había debatido en el Pleno sobre la Estrategia de Especialización Inteligente de Canarias (RIS3). En ambas ocasiones las conclusiones aprobadas consiguieron un amplio apoyo; un grado de elevado acuerdo en la primera ocasión, y total consenso en la segunda.

¿Qué es la RIS3?

Se trata de un documento, aprobado por el Gobierno de Canarias, a finales del año 2013. Recoge el contenido estratégico para la promoción de una economía basada en el conocimiento, que sea capaz de aportar un crecimiento sostenible, en su triple vertiente económica, ambiental y social. El acuerdo gubernamental se adoptó tras ser elaborado con una alta participación de agentes económicos, académicos, científicos y sociales, en cumplimiento de las disposiciones dictadas por la Unión Europea, para el periodo presupuestario 2014-2020.

Llegado este punto quizá sea oportuno traer al presente las entrañas del acrónimo RIS3. R, de “Reserch”, I, de “Innovation” y las tres S de “Specialisation”, “Smart” y “Stretegy”. Ese es el marco real.

La totalidad de fuerzas políticas representadas en el actual Parlamento de Canarias no sólo han ratificado los preceptos contenidos en la Estrategia de Especialización Inteligente de Canarias, sino que han aumentado su apoyo. Se reafirma la vigencia de los criterios que determinaron su elaboración, como una agenda idónea para impulsar la transformación social y política. Se recalca la necesidad de sustentar el desarrollo en el aprovechamiento de sus fortalezas, y la gestión adecuada de las oportunidades, orientando los esfuerzos a la especialización de la actividad como fórmula para incrementar la competitividad.

Sin desaprovechar, en absoluto, el potencial de la actividad turística, el Parlamento de Canarias insta a reorientar los esfuerzos hacia la repontenciación del factor geoestratégico, fortaleciendo su carácter de nodo internacional en el campo del comercio, la logística, las nuevas áreas de negocio, la gestión del conocimiento y la cooperación internacional.

En la Proposición No de Ley aprobada por unanimidad –que no vincula jurídicamente, pero sí desde el punto de vista político-, se recoge la necesidad de ejecutar las siguientes acciones:

Esta Estrategia, por tanto, se inscribe en un entorno en el que Unión Europea ha apostado por la Sociedad del Conocimiento. Desde el año 2010, cuando la Unión Europea definió la Estrategia de Lisboa, decidió enfrentarse al enorme cambio que plantea la globalización y la economía basada en el conocimiento. Cambios que afectan a la vida de todas las personas y que exigen una transformación radical de las bases de la economía.

El principal objetivo estratégico es, pues, lograr un crecimiento inteligente, inyectando inversiones eficaces y eficientes en educación, investigación e innovación. Recoge, a su vez, cinco objetivos específicos en las áreas de empleo, innovación, educación, reducción de la pobreza y cambio climático. Para ello, la Unión Europea vincula la administración de sus fondos por los Estados miembros hacia estos ámbitos, y hacia la buena gobernanza económica.

Cada territorio de la Unión deberá centrarse en sus ventajas comparativas y competitivas, y Canarias, como uno de los Territorio Ultraperiféricos también. Teniendo en cuenta que el proceso de toma de decisiones no puede estar en manos exclusivamente políticas, sino que la determinación y apuesta por potenciar las oportunidades y ventajas competitivas debe ser coparticipada con los agentes económicos y sociales.

La RIS3, la Estrategia de Especialización Inteligente que ha refrendado nuevamente el Parlamento de Canarias, debe ser concebida como la agenda de transformación de Canarias, partiendo de su realidad actual, de la de ahora mismo. De la del 2016.

Las bases sobre las que implementar esa agenda están perfectamente definidas. Marca una vez más, el territorio, el emplazamiento y las personas: la geografía. La geografía que condiciona el desarrollo de determinados modelos; y, a la vez, que tanto aporta para catapultar nuevas propuestas. Proyectos diferentes para una agenda que debe ser más inteligente para Canarias. Las oportunidades que puede materializar para soportar un nuevo desarrollo económico son las que tienen futuro. Son ventajas a la vez comparativas y competitivas, que hacen crecer la aportación a la cadena de valor, tanto para la Unión Europea como para los países de nuestro entorno económico. Para 250 millones de habitantes repartidos en 19 estados en el continente africano, en el borde más próximo al Archipiélago canario y los correspondientes sectores tractores.

Y podemos empezar a medir pronto, porque ya tenemos hermosas propuestas que han empezado a caminar, a pesar de las enormes dificultades a las que han tenido que enfrentarse. El último ejemplo lo encontramos en la consolidación del Campus de Excelencia Internacional de Canarias, que el pasado mes de diciembre recibió la última evaluación, con el máximo reconocimiento. El comité evaluador ha validado la iniciativa como altamente adecuada y convincente por el programa de trabajo con vocación internacional, que abarca las Ciencias y Tecnología Marinas y Marítimas, la Astrofísica y la Biomedicina aplicada a la Cooperación al Desarrollo, las Enfermedades Tropicales y la Cooperación en materia de Inmigración, trabajando como eje la Sostenibilidad integral.

Disponemos ya, por ello, de casos de éxito que visibilizan nuestras oportunidades, y la capacidad para gestionarlas. Pero, obviamente, no es suficiente. Ese modelo de trabajo conjunto, de convicción; de participación de agentes económicos y sociales, de compromiso político e institucional, de voluntad de superar los obstáculos internos, y de generosidad a la hora de definir los objetivos, que ha supuesto el Campus de Excelencia Internacional, ahora debemos apuntalarlo y extenderlo.

El cuello de botella, en mi opinión, para desarrollar con contenidos aprobados por el Parlamento de Canarias no está en las ventajas comparativas y competitivas que debemos desarrollar. La dificultad está en remover los obstáculos necesarios para que la economía del conocimiento avance realmente. A saber:

Es una magnífica oportunidad. Y no tenemos excusas para no aprovecharla. Eso sí, debemos trabajar las habilidades y competencias para la anticipación: no sabemos cuáles serán los trabajos demandados dentro de 5 años. Gobernantes, empresariado y sociedad civil tenemos la obligación de aprender a manejarnos en la incertidumbre. El único camino es el aprendizaje permanente. Y poner en su justo valor el conocimiento.