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¿Nazismo en el Gobierno canario? En el filo de la navaja

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Estar en el filo de la navaja significa enfrentar una alternativa difícil, tener que optar por algo que nos inspira tanto interés como recelo. La frase se puso de moda en el mundo occidental cuando el escritor británico W. Somerset Maugham (1874-1965) publicó su novela El filo de la navaja.

En este mundo de la farándula “desinformativa” que nos ha tocado soportar en virtud de la Libertad de Expresión utilizada a lo Trumpolsonaro/AbascalCasado que no sólo nos bombardeen desde poderosos medios de prensa digital y de papelera, sino que ahora utilizan personas afines a la derecha matusalénica y a la resucitada cavernaria ultraderecha se envalentonan con la impunidad judicial por insultos a políticos.

Como escribió Somerset Maugham en El Filo de la Navaja, estos personajillos “no dejarán huellas más profundas que las piedras al caer sobre la superficie del agua de un río”. Yo creo que se hundirán en las oscuras profundidades del Olvido. Pero mientras caen en el olvido hacen un daño que puede ser irreparable en los próximos años de nuestra no-perfecta democracia ya que envenenan la atmósfera política de España. 

No hay experiencia que sea infalible, pero sería erróneo prescindir de ella tanto en la vida común como en la política. Y cuando una señora o señorita del tres al cuarto utilizando Youtube se permite decir que “no vamos a permitir más actitudes nazis, Presidente de Canarias” está claro que carece no sólo de experiencia sino de conocimientos de la Historia y de la Política. Está banalizando la terrible experiencia nazi y rebajándola a simple anécdota,¿cómo se puede acusar de nazismo al presidente canario porque éste ha tenido palabras enérgicas contra los que niegan la Pandemia y por tanto niegan los enfermos que la sufren, las victimas ya fallecidas y el dolor de sus familiares?

No voy a repetir el nombre de esta mujer que con inusitada energía en la voz llama “esbirro de Sánchez” al presidente del gobierno de Canarias, Ángel Victor Torres, por dejar claro que acata el auto judicial pero que no lo comparte, tras analizarlo en el Consejo de Gobierno. Mientras tanto Sanidad notificaba en aquellos momentos 634 casos de COVID-19 en 24 horas.

Esta damisela acusa al presidente de estar “imponiendo el nazismo” al pretender que la mayoría de la gente se vacune. Aludiré a ella en las siguientes frases pero sin deletrear su matinal nombre por no darle publicidad a quien hace caer sobre nosotros un irreal rocío de banalidades, lugares comunes y mentiras sin fundamentos. Es evidente que las acusaciones y el lenguaje de la descarada y cobarde damisela está calcado de la ultraderecha, especialmente cuando dice que el Presidente del Gobierno canario está “destruyendo el tejido social y empresarial de Canarias” y los empresarios y hoteleros caen en su trampa o son “serviles ante dictadores caciques como Usted (aquí se refiere al gobernante canario) y le tacha de nazi por exigir que se vacunen a los que no quieren participar en un ”experimento“ (se refiere a la vacunación que está teniendo lugar en todos los países que pueden permitírselo a nivel mundial). Ella que insulta en cada frase al socialista canario y dice que éste va ”contra el Estado de Derecho, alimenta el odio y la confrontación social“. Dice: ”Es deleznable, sus medidas carecen de toda lógica“.

Resulta, pues, que no son irresponsables los que no quieren vacunarse, sino los que se vacunan sometiéndose a la dictadura “socialcomunista”. En nombre de las libertades se ataca a las libertades sanitarias de la mayoría defendiendo el negarse a vacunarse porque sí o por creer en una conspiración satánica de las farmacéuticas y los gobiernos comunistas y capitalistas destinada a someter a la humanidad mediante vacunas.

Cierto, una persona es muy libre de no vacunarse, pero si se contagia de la COVID-19, ¿qué hace? ¿Si tiene dificultades respiratorias y fiebre, qué hace? Y si tiene familia, ¿qué deben hacer?¿dejarle morir como un perro sarnoso? ¿o llamar a un médico o llevarlo a un hospital?

El problema que resulta de esos tergiversadores mediáticos, femeninos o machistas, poderosos o enanos, es que colocan a quienes los escuchan en el Filo de la Navaja, haciéndoles creer que tiene tanto valor el análisis científico de organismos sanitarios internacionales como el de un señor o una señora que expresan al micrófono o en televisión su opinión personal. 

Resulta que el agresor se proclama victima y que el mentiroso acusa a otros de no decir la verdad. Así opiniones ultraderechistas utilizan un lenguaje aparentemente democrático y defensor de las libertades cuando defienden el autoritarismo y el racismo. El que tira la piedra ya no esconde la mano sino que acusa a los agredidos de agresores y traidores. El mundo al revés colocando a los ingenuos en el Filo de la Navaja o al borde del precipicio.

Lo cierto es que en los últimos días hemos podido ver o leer cómo una señora agrede a un policía al ser requerida a ponerse mascarilla, como un padre de cinco hijos muere después de decir por escrito :Debí de ponerme la maldita vacuna. Un sanitario canario dice que “ahora mismo en el hospital donde trabaja hay siete plantas COVID ” y la mayoría están ocupadas por negacionistas“.El profesional ha estallado contra aquellos que se niegan a recibir la vacuna, ya que ha llevado a transformar ”la planta de neumología y cirugía en plantas covid“y esto quita ”la posibilidad de ingresar a enfermos de otras patologías“.”Llevamos un año luchando y entiendo lo que ha implicado el confinamiento, pero no puede ser que un negacionista ocupe una cama que debería ocupar otra persona afectada por otra patología“.

Democracia, justicia y verdad han cantado en la actual Bolivia. Eso me gustaría que se aplicara en nuestro país pero evitando que los ultras de todo tipo logren con sus mentiras que se confunda el libertinaje con la Libertad.

Estar en el filo de la navaja significa enfrentar una alternativa difícil, tener que optar por algo que nos inspira tanto interés como recelo. La frase se puso de moda en el mundo occidental cuando el escritor británico W. Somerset Maugham (1874-1965) publicó su novela El filo de la navaja.

En este mundo de la farándula “desinformativa” que nos ha tocado soportar en virtud de la Libertad de Expresión utilizada a lo Trumpolsonaro/AbascalCasado que no sólo nos bombardeen desde poderosos medios de prensa digital y de papelera, sino que ahora utilizan personas afines a la derecha matusalénica y a la resucitada cavernaria ultraderecha se envalentonan con la impunidad judicial por insultos a políticos.