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El poder del asfalto

Iñaki Lavandera

Resulta evidente el fracaso del modelo de movilidad y transportes del Cabildo de Tenerife, consecuencia de dos hechos innegables: la mala gestión realizada por los nacionalistas y los incumplimientos del Gobierno del PP durante cinco años como castigo por no haberse sentado los populares en el Consejo de Gobierno de Canarias.

Frente a ello, encontramos el exquisito equilibrio y la agilidad en la gestión de la actual consejera de Obras Públicas, Ornella Chacón. ¿Que es imprescindible mejorar la red viaria de toda Canarias? Por supuesto que sí. No renunciamos a la carretera de La Aldea, no renunciamos a acabar con las insufribles colas de la TF5, no renunciamos al eje norte-sur en Fuerteventura y, precisamente por ello, el departamento regional centra su actividad, desde que arrancase la legislatura, en el convenio de carreteras Canarias-Estado, que nació con la voluntad de ambas administraciones de dotar a la Comunidad Autónoma de una red viaria con características homologables a la del resto del país. Sin embargo, desde la llegada del PP a la Moncloa, el Gobierno de España ha dejado de financiar obras por valor de 628 millones de euros. Esta es la realidad.

La cantidad correspondiente a 2016 ha sufrido un nuevo recorte, hasta quedarse en 94 millones. Si el Cabildo de Tenerife se sumase al resto de las administraciones canarias para reivindicar lo que por ley le corresponde al archipiélago, en vez de aislarse y centrarse en una lucha ridícula y sin sentido contra el Gobierno de Canarias, uniríamos más fuerzas para lograr resultados, porque eso es lo que la ciudadanía del archipiélago espera de las instituciones y de sus gobernantes.

No hay recursos propios del Gobierno de Canarias, lo hemos dicho hasta la saciedad. El convenio recortado tiene otros culpables a los que, misteriosamente, el presidente del Cabildo tinerfeño nunca menciona: el Partido Popular.

No nos cansaremos de recordar que más del 80 del presupuesto de la Comunidad Autónoma para 2016 se destina a educación, sanidad, servicios sociales y empleo. De los casi 108 millones del crédito extraordinario aprobado este mes, sólo 700.000 euros se destinan a carreteras.

Lo decíamos recientemente: esperamos un compromiso real con Canarias del Gobierno de España. No podemos conformarnos con confiar en declaraciones de intenciones, en voluntades, porque ha quedado de manifiesto la incapacidad de la única diputada nacional de CC para arrancar un compromiso explícito con el archipiélago. Nos preguntamos si ante eso, su compañero de partido el presidente del Cabildo de Tenerife no tiene nada que decir.

Alonso vive instalado en la necesidad constante de la distracción sobre su gestión (y/o sobre su compañero Miguel Zerolo). Sólo con ese ruido constante puede tapar todo lo que no hace -que es mucho- y, también, las vergüenzas de algunos miembros de su partido.

Como él bien sabe, sus críticas al Gobierno actual son también críticas a su formación, la que se ha mantenido en el poder durante décadas. Está criticando a sus antecesores, a quienes depositaron su confianza en él.

¿Los males de la isla de Tenerife son repentinos, espontáneos? ¿Surgieron de manera inmediata el mismo día en que se suscribió el acuerdo de Gobierno para la novena legislatura? ¿Hasta entonces, Canarias, Tenerife, era un paraíso de dicha, de bienestar?

Resulta preocupante ver que los únicos problemas que existen para el presidente del Cabildo de Tenerife no coinciden con los problemas de la ciudadanía de la isla. Sí, es muy preocupante para los tinerfeños que el presidente de su isla dedique todos sus esfuerzos, centre todo su trabajo no en gestionar para resolver sus preocupaciones, sino en buscar continuamente la confrontación institucional y alimentar el pleito entre los canarios.

No es ningún secreto que Alonso desea fervientemente que el pacto PSOE-CC salte por los aires para así volver a rodearse de aquellos con quienes siempre se sintió cómodo. Ese papel catastrofista que disfruta desempeñando es un traje a su medida. El fin del mundo está aquí y el presidente del Cabildo de Tenerife tiene la misión de anunciarlo...

No nos engañemos: es también el poder del asfalto (y su adjudicación), eso que tanto obsesiona a algunos nacionalistas, como si sólo en kilómetros de carretera se midiesen las necesidades de la ciudadanía. Parece molestar que hayamos optado por priorizar la apertura de un hospital en el sur de Tenerife después de veinte años a un túnel para más carreteras.

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