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El presidente guai

Ya tenemos presidente de la comunidad. De la comunidad autónoma canaria, claro, no de la de los inquilinos de La que se avecina. Es la primera vez que las fuerzas que respaldan al gobierno cuentan con menos votos que las que apoyan a la oposición. Eso sin contar con las decenas de miles de votos de canarios que han ido a parar directamente a la basura, como es el caso de Ciudadanos, Unidos por Canarias e Izquierda Unida.

Fernando Clavijo fue investido este martes nuevo presidente guai del Gobierno de Canarias de buena manera, de forma suave, a la chita callando y con el mazo dando. Este hombre con cara de niño bueno y travieso pretende inaugurar un tiempo nuevo en la política canaria. Para él son tan importantes las formas como el fondo y por eso tendió su mano a todos los partidos, a los del gobierno y a los de la oposición, a los parlamentarios y a los extraparlamentarios. Clavijo quiere ser el presidente guai de todos los canarios y por eso repartió besos y abrazos por doquier, a derecha e izquierda, arriba y abajo. Consenso es la palabra que más le gusta.

Sin embargo, ayer el PP no le votó porque su discurso le pareció de izquierda, mientras que Podemos y NC tampoco lo hicieron por entender que era de derecha. Solo lo hizo Casimiro Curbelo, pero el gomero le puso plazo después del guiño.

Este economista tinerfeño de mano tendida y mente extendida parece un colegial con flequillo y mochila ilusionado en su primer día de clase. Sabe que tendrá que hacerlo muy bien si quiere seguir en el machito. Por primera vez desde su constitución hace 22 años, CC (la fuerza mayoritaria que más se beneficia de la ley electoral) ha estado a punto de quedarse fuera del gobierno y de la centralidad política del Archipiélago.

Si los cuatro partidos de izquierda, que suman 30 diputados, hubieran logrado solo uno más, seguramente hoy estaríamos hablando de un frente progresista que habría desalojado a CC del poder y lo habría dejado en la oposición junto al PP, esos dos partidos que tantos años han gobernado juntos el archipiélago.

Si el PSOE, Podemos, NC o la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo hubieran logrado tan solo un diputado más, si hubieran llegado a 31, esa cifra que otorga la mayoría absoluta, hoy estaríamos hablando de otra cosa. Por eso Clavijo, que no es bobo, sabe que se ha salvado por los pelos en su primer intento. Es presidente de chiripa, aunque no sea griego. Es amable, educado, universitario, bien parecido y cortés, el yerno que cualquier madre querría para su hija. De hecho, su gobierno tendrá más mujeres que hombres, siguiendo así la tónica del parlamento.

Ahora solo falta saber si de su mochila en forma de chistera saldrá una paloma blanca como el espíritu santo o el conejo de la suerte.

Ya tenemos presidente de la comunidad. De la comunidad autónoma canaria, claro, no de la de los inquilinos de La que se avecina. Es la primera vez que las fuerzas que respaldan al gobierno cuentan con menos votos que las que apoyan a la oposición. Eso sin contar con las decenas de miles de votos de canarios que han ido a parar directamente a la basura, como es el caso de Ciudadanos, Unidos por Canarias e Izquierda Unida.

Fernando Clavijo fue investido este martes nuevo presidente guai del Gobierno de Canarias de buena manera, de forma suave, a la chita callando y con el mazo dando. Este hombre con cara de niño bueno y travieso pretende inaugurar un tiempo nuevo en la política canaria. Para él son tan importantes las formas como el fondo y por eso tendió su mano a todos los partidos, a los del gobierno y a los de la oposición, a los parlamentarios y a los extraparlamentarios. Clavijo quiere ser el presidente guai de todos los canarios y por eso repartió besos y abrazos por doquier, a derecha e izquierda, arriba y abajo. Consenso es la palabra que más le gusta.