Espacio de opinión de Canarias Ahora
Las propuestas del Banco de España
“¡Si te encuentro te sacudo! Mientras tanto y por si acaso, esóndete detrás de la nevera!”
Uno de los corolarios más conocidos de “Los Principios de Peter” es aquél que reza: “Todo el mundo asciende hasta su máximo nivel de incompetencia”. El Banco de España, o mejor dicho quienes lo dirigen, hace tiempo que vienen haciendo buena esta sentencia; mucho por su acción, pero aún más por omisión, en una situación de tanta gravedad como la que soportamos.
Incomprensible ha sido -y probablemente inconfesables los motivos- su gestión frente a pufos como el de Bankia o el “timo de la estampita” de las Preferentes. Desesperante y hasta bochornosa ha resultado su desidia frente al derrumbe del sistema financiero y el sobrevenido rescate bancario, endosado finalmente a las arcas del estado y asumido como deuda soberana, con cargo directo a la ciudadanía, actual y venidera.
Sospechosamente apática se presenta su inhibición ante la cicatería con la que las propias entidades bancarias gestionan las millonarias cantidades recibidas, sin que ese balón de oxígeno se haya traducido en la prometida reactivación de la economía a través de un flujo crediticio hacia emprendedores, pequeñas y medianas empresas o la incentivación del consumo. Muy por el contrario, han observado, con exasperante impasividad, como gran parte de ese capital se reparte en dividendos, sirve para pagar escandalosas comisiones e indemnizaciones a altos directivos bancarios, o se vuelve a colocar al servicio de actividades especulativas en el gran “Monopoly” de la economía virtual que nos ha traído hasta donde estamos.
Insultante e indignante es la indiferencia con la que contemplan el usurero negocio que esas mismas entidades bancarias hacen de la miseria inducida, arrebatando a diario el techo a cientos de familias.
De inadmisible se puede calificar su silencio, cuando el gobierno invirtió el 90% de la hucha de las pensiones en comprar deuda -información a la que, por cierto, apenas se ha dado eco en los noticieros-.
Pero puestos a escoger y a juzgar por lo que expresan cuando deciden abrir la boca, mejor es tenerlos como a Los Tres Monos Sabios: “No veo, no oigo, no hablo”. El Banco de España, cuando se ha puesto, sí que ha sabido hacer valoraciones y propuestas, pero siempre coincidentes con los mandatos de la Troika y las exigencias de la patronal. Para muestra, sus recomendaciones en relación a la “necesidad” de generalizar la reducción de salarios o de flexibilizar el mercado de trabajo, que sirvieron al gobierno para justificar la imposición de la última y salvaje Reforma Laboral (que, lejos de cumplir su teórico objetivo ?se vendía como una herramienta excepcional capaz de revertir la destrucción de empleo- sólo ha servido para que la cifra de parados supere los seis millones y, eso sí, que el “Trabajo Decente” se encuentre en vías de extinción en el estado español).
Ahora que los datos demuestran el desastroso efecto de esa Reforma Laboral y la situación económica no adquiere visos de cambio; ahora que el drama del desempleo y el progresivo empobrecimiento de la mayoría hacen patente un escenario de emergencia social, El Banco de España vuelve a dejarse ver y propone: contratos con sueldos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional -645 euros-, profundización en la desvinculación de la negociación colectiva, adelanto del incremento de la edad de jubilación y mayor velocidad en el adelgazamiento del sector público, entre otras lindeces.
Este ejercicio de “imaginación” en la búsqueda de soluciones, ha devuelto la sonrisa al ministro De Guindos, que no ha dudado en sacar pecho mientras afirmaba: “El gobierno siempre está dispuesto a escuchar propuestas, pero ya tiene su propia hoja de ruta”.
Como decía Jean Paul Sartre: “Nadie debe cometer la misma estupidez dos veces, la elección es suficientemente amplía”. Sin embargo, la incompetencia y la ineptitud son siempre subjetivas, porque dependen del fin con el que se coloque en un puesto al sujeto o sujetos en cuestión. Lo que sí parece meridianamente claro, a estas alturas, es que las estructuras de poder están sintonizadas y sincronizadas y no precisamente para conducirnos hasta la salida del túnel.
Las propuestas del Banco de España ponen de manifiesto que no podemos esperar más que “huidas hacia adelante” por parte de quienes gestionan el actual statu quo, y hacen aún más urgente la presentación de una alternativa progresista, unitaria y realmente democrática al servicio de los pueblos. Por primera vez, en mucho tiempo, estamos en condiciones de conseguirlo, porque en todo el estado ?también en otros- están surgiendo sinceros intentos por la confluencia de organizaciones, colectivos y personas que consideran posible la construcción de otro mundo, pero cada día que pasa la necesidad de su concreción se hace más apremiante.
En nuestras manos está y sólo hacen falta algunas condiciones de partida: Confianza, respeto, generosidad ?desprendimiento-, voluntad y convicción.
“El ser humano nace libre, responsable y sin excusas” Jean Paul Sartre.
“¡Si te encuentro te sacudo! Mientras tanto y por si acaso, esóndete detrás de la nevera!”
Uno de los corolarios más conocidos de “Los Principios de Peter” es aquél que reza: “Todo el mundo asciende hasta su máximo nivel de incompetencia”. El Banco de España, o mejor dicho quienes lo dirigen, hace tiempo que vienen haciendo buena esta sentencia; mucho por su acción, pero aún más por omisión, en una situación de tanta gravedad como la que soportamos.