Espacio de opinión de Canarias Ahora
A vueltas con la piñata del turismo
No sé si es que no nos explicamos bien, y mira que nos afanamos con esmero desde Ashotel, pero ya suena como una música machacona escuchar día sí, día también –y me da que con las elecciones a la vuelta de la esquina esto no tiene vuelta atrás– la insistente afirmación de que “los hoteleros tenemos que contratar más”.
Primero lo decían los sindicatos, lógicamente en el desempeño de su función y dirigiéndose a su público, pero ahora se han sumado al carro varios dirigentes tinerfeños, concretamente el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, y el nuevo coordinador de Turismo y Proyectos Estratégicos de la corporación insular, Miguel Becerra.
El Gobierno de Canarias, a través de sus datos oficiales de paro y contratos registrados, volvió ayer a darnos la razón: un mes más, el recién acabado agosto, la hostelería en las Islas no solo redujo su cifra de desempleados un 2,53% con respecto al mismo mes de 2013, sino que en ese mismo periodo aumentó su volumen de contrataciones un 33%. En el caso de Tenerife, nuestro sector registró el pasado mes 7.000 contratos, un 36% más respecto al periodo citado.
¿Qué pretenden entonces los del mensaje machacón? ¿Que los hoteleros acabemos con el paro de Canarias y ya de paso con el de todo el país? Eso, lógicamente, no sucederá nunca, lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Un sector de actividad como el nuestro no puede tirar solo de la economía de una comunidad. Es obvio que tampoco sería positivo tener todos los huevos en la misma cesta y estoy convencido de que esta máxima la comparten muchos de quienes nos critican.
Pedía ayer Carlos Alonso que los hoteleros acabáramos con la temporalidad en el empleo, y lo pide para un sector que mantiene por convenio colectivo una plantilla fija del 60%, que es el único de Canarias que tiene hoy más afiliados a la Seguridad Social que al comienzo de la crisis, que ha incrementado los salarios casi un 15% en los últimos siete años y que goza de una estabilidad y paz social que muchos querrían para sí. No sé, juzguen ustedes, pero se me ocurre que tal vez podrían disparar hacia otro lado.
Porque los empresarios hoteleros sentimos que nos han puesto en la diana para que resolvamos en solitario los graves problemas económicos de nuestro territorio. Mientras, instituciones públicas como el propio Cabildo de Tenerife o el Gobierno de Canarias tal vez deberían reflexionar acerca de si es suficiente lo que invierten en turismo, nuestra gallina de los huevos de oro. Invertir en promoción, infraestructuras y conectividad, por ejemplo, porque para eso recaudan impuestos de todos los contribuyentes.
¿Es descabellado pensar que si repartimos las responsabilidades será mucho más llevadero el camino de la recuperación económica? Yo creo que no. Así que tengamos cuidado, porque me temo que muchos han cogido al turismo como a la piñata del cumpleaños, a la que todo el mundo le da palos y es la única que lleva caramelos dentro. A ver si de tanto golpe se nos rompe y nos quedamos sin piñata el día de la fiesta.
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