El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
¿Contradicciones? No, que va
Como todos los extremos se tocan, a estas alturas de la legislatura ya estamos en condiciones de afirmar que Paulino Rivero y José Manuel Soria están a punto de coincidir plenamente en todo. Tras las ruedas de molino comulgadas fervorosamente por Soria en el derroche que suponen las aventuras nacionalistas de la Policía Canaria o de la Televisión Canaria, toca volver plantear alguna diferencia inofensiva que les permita separarse mínimamente, de manera que los respectivos electorados aprecien que hay vida inteligente fuera del Consejo de Gobierno. Es la escaramuza actual de la reforma electoral, verdadero Guadiana que resucita cuando suenan los tambores de cada convocatoria electoral. Pero se equivoca quien quiera encontrar en esas inocuas escaramuzas algún síntoma de verdadera discrepancia entre Soria y Rivero, porque donde hay que buscar es en los tribunales, y más concretamente en los asuntos que utilizan para tirarse zafiamente los platos a la cabeza.
Como todos los extremos se tocan, a estas alturas de la legislatura ya estamos en condiciones de afirmar que Paulino Rivero y José Manuel Soria están a punto de coincidir plenamente en todo. Tras las ruedas de molino comulgadas fervorosamente por Soria en el derroche que suponen las aventuras nacionalistas de la Policía Canaria o de la Televisión Canaria, toca volver plantear alguna diferencia inofensiva que les permita separarse mínimamente, de manera que los respectivos electorados aprecien que hay vida inteligente fuera del Consejo de Gobierno. Es la escaramuza actual de la reforma electoral, verdadero Guadiana que resucita cuando suenan los tambores de cada convocatoria electoral. Pero se equivoca quien quiera encontrar en esas inocuas escaramuzas algún síntoma de verdadera discrepancia entre Soria y Rivero, porque donde hay que buscar es en los tribunales, y más concretamente en los asuntos que utilizan para tirarse zafiamente los platos a la cabeza.