El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Crisis en Nuevas Generaciones
No pintan lo que se dice bien las cosas para la actual dirección del PP canario, noqueada por los resultados electorales recientes, la corrupción cada vez más generalizada de cargos municipales, la falta de ideas y hasta el que se considera poco rentable pacto con ATI. El desencanto se va apoderando de la militancia y ya empiezan a aflorar algunos síntomas, como el que se detectó en el último foro de Nuevas Generaciones de Gran Canaria. Se había anunciado la presencia de un centenar de participantes, de entre los 800 militantes que tiene esa organización, y por allí no aparecieron más que 48, incluyendo en este listado a jóvenes cachorros como Mercedes Roldós, Pepe Macías, Miguel Jorge Blanco o Larry Álvarez. Este último, por cierto, al ver la escuálida situación, propinó la correspondiente bronca al más joven poder emergente del partido, el concejal Ángel Sabroso, para, a continuación, mandarse a mudar, claro. Fue irse este dechado de buenas maneras y producirse la estampida. Cuentan los cronistas que allí quedaron ocho jóvenes, la Roldós y el Jorge Blanco. Y mucha decepción.
No pintan lo que se dice bien las cosas para la actual dirección del PP canario, noqueada por los resultados electorales recientes, la corrupción cada vez más generalizada de cargos municipales, la falta de ideas y hasta el que se considera poco rentable pacto con ATI. El desencanto se va apoderando de la militancia y ya empiezan a aflorar algunos síntomas, como el que se detectó en el último foro de Nuevas Generaciones de Gran Canaria. Se había anunciado la presencia de un centenar de participantes, de entre los 800 militantes que tiene esa organización, y por allí no aparecieron más que 48, incluyendo en este listado a jóvenes cachorros como Mercedes Roldós, Pepe Macías, Miguel Jorge Blanco o Larry Álvarez. Este último, por cierto, al ver la escuálida situación, propinó la correspondiente bronca al más joven poder emergente del partido, el concejal Ángel Sabroso, para, a continuación, mandarse a mudar, claro. Fue irse este dechado de buenas maneras y producirse la estampida. Cuentan los cronistas que allí quedaron ocho jóvenes, la Roldós y el Jorge Blanco. Y mucha decepción.