El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La jugada inesperada
Pero además del tamaño del corral para gallos de tanta pelea, Pérez y Díaz se encontraron de frente con dos posiciones diametralmente opuestas a la hora de acometer el encargo federal. La primera abogaba por abrir el proceso para la celebración del congreso insular y de la asamblea local de Las Palmas inmediatamente después de las elecciones municipales, una vez se confirmaran unos resultados positivos, o cuanto menos, decentes. La segunda corriente de opinión prefería una hoja de ruta más lenta, con un fortalecimiento de las actuales gestoras y con un comité de campaña controlado por ambos candidatos. José Miguel Pérez estaba en la primera opción, y Arcadio Díaz Tejera, en la segunda, pero no eran posturas enconadas. Pérez comentó con Díaz Tejera la conveniencia de lanzarse al ruedo al día siguiente del 25-M, y ahí surgió el malentendido fatal: el portavoz municipal considera que fueron consultas preliminares; el portavoz en el Cabildo da por hecho que se trataba de una comunicación formal: “voy a recabar los apoyos de los secretarios generales para pedir un congreso extraordinario ya”. La jugada se puso en marcha de manera inmediata.
Pero además del tamaño del corral para gallos de tanta pelea, Pérez y Díaz se encontraron de frente con dos posiciones diametralmente opuestas a la hora de acometer el encargo federal. La primera abogaba por abrir el proceso para la celebración del congreso insular y de la asamblea local de Las Palmas inmediatamente después de las elecciones municipales, una vez se confirmaran unos resultados positivos, o cuanto menos, decentes. La segunda corriente de opinión prefería una hoja de ruta más lenta, con un fortalecimiento de las actuales gestoras y con un comité de campaña controlado por ambos candidatos. José Miguel Pérez estaba en la primera opción, y Arcadio Díaz Tejera, en la segunda, pero no eran posturas enconadas. Pérez comentó con Díaz Tejera la conveniencia de lanzarse al ruedo al día siguiente del 25-M, y ahí surgió el malentendido fatal: el portavoz municipal considera que fueron consultas preliminares; el portavoz en el Cabildo da por hecho que se trataba de una comunicación formal: “voy a recabar los apoyos de los secretarios generales para pedir un congreso extraordinario ya”. La jugada se puso en marcha de manera inmediata.