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Un pabellón turístico

Allá por el 95, cuando Soria se puso perretoso con las iniciativas del consejero de Turismo y vicepresidente del Gobierno, Lorenzo Olarte, en relación a este museo, los empresarios turísticos habían puesto sobre la mesa un proyecto que ellos consideraban el mejor. Era una especie de pabellón de Canarias que sirviera como punto de referencia turístico en la zona más turística de la ciudad de Las Palmas. Pensaban en rescatar parte del mobiliario y fisonomía de las viejas naves británicas de suministro de carbón que fueron los edificios Elder y Miller, combinarlo con nuevas tecnologías (cabinas interactivas), ofrecer información de todos los museos de la isla (un museo de museos), datos turísticos generales de interés, y hasta artesanía representativa. Lo pensaban cara al desarrollo del turismo de cruceros y en un parque que sigue siendo referente de esa actividad principal. Olarte se cerró en banda con el museo, y a más majadero se le ponía Soria, más se cerraba el de La Atalaya. Ahora tenemos Museo de la Ciencia, pero no es en absoluto descartable retomar la idea de los empresarios turísticos en el edificio Miller, prácticamente muerto de risa.

Allá por el 95, cuando Soria se puso perretoso con las iniciativas del consejero de Turismo y vicepresidente del Gobierno, Lorenzo Olarte, en relación a este museo, los empresarios turísticos habían puesto sobre la mesa un proyecto que ellos consideraban el mejor. Era una especie de pabellón de Canarias que sirviera como punto de referencia turístico en la zona más turística de la ciudad de Las Palmas. Pensaban en rescatar parte del mobiliario y fisonomía de las viejas naves británicas de suministro de carbón que fueron los edificios Elder y Miller, combinarlo con nuevas tecnologías (cabinas interactivas), ofrecer información de todos los museos de la isla (un museo de museos), datos turísticos generales de interés, y hasta artesanía representativa. Lo pensaban cara al desarrollo del turismo de cruceros y en un parque que sigue siendo referente de esa actividad principal. Olarte se cerró en banda con el museo, y a más majadero se le ponía Soria, más se cerraba el de La Atalaya. Ahora tenemos Museo de la Ciencia, pero no es en absoluto descartable retomar la idea de los empresarios turísticos en el edificio Miller, prácticamente muerto de risa.