El CAAM reflexiona sobre la identidad y el pasado en la muestra 'Hablando de pájaros y flores'
El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) invitará a reflexionar sobre la influencia del pasado reciente y remoto en la conformación de la identidad humana con una exposición que combina fotografía, restos arqueológicos y recuerdos familiares e íntimos en su sala San Antonio Abad.
Auténticos huesos de pobladores prehispánicos sacados de los almacenes del Museo Canario, vetustas vitrinas usadas durante décadas para guardar fondos de esa misma institución, plantas y hasta un retrato de una bisabuela son algunos de los elementos que conforman las instalaciones artísticas de esa exposición, obra de la creadora Teresa Correa y denominada Hablando de pájaros y flores.
Un título sorprendente, en principio, para una muestra que da protagonismo a los restos óseos y sus fotografías pero que su autora justifica porque remite a su propia memoria personal, al ser un dicho que usaban a menudo las mujeres de su familia cuando ella era niña, y que, por eso, forma parte de esa historia individual que ha querido conjugar con la colectiva en su trabajo.
La aparente contradicción inicial entre la exposición y su nombre encaja, además, con un planteamiento dialéctico que Teresa Correa ha querido hacer con algunas de sus piezas, según ella misma ha explicado al presentarla a los medios de comunicación este miércoles.
Y es que las de Teresa Correa, que empezó su andadura dos décadas atrás como fotógrafa de vestigios arqueológicos y evolucionó luego hacia una concepción más amplia de la labor creativa que la llevó a experimentar con montajes multidisciplinares y hasta performances, según ha destacado el director del CAAM, Orlando Britto, son “imágenes que lo que quieren es interrogar al espectador”.
Imágenes que proponen al público que medite sobre el devenir de cada uno y de la sociedad y la especie de las que forma parte como “un tiempo contradictorio, múltiple, en movimiento”, ha dicho la artista.
Quien, acorde a su interpretación de la realidad como un ámbito abundante en contrastes, ha querido recrear en un espacio de la sala San Antonio Abad, escogida deliberadamente como escenario de “Hablando de pájaros y flores” porque se da la circunstancia de que el inmueble fue en otro tiempo hogar de su bisabuela, el aspecto que entonces tenía un patio que era lugar de encuentro familiar.
Si bien ese patio, donde unas plantas naturales y una cómoda se aúnan para constituir el entorno ideado por ella, aparece oculto por una estructura hecha de plásticos y maderas que obliga a mirarlo a través de un visor circular que transforma su perspectiva.
Algo que se ha hecho “con intención de que el espectador tenga que tomar distancia” de lo que mira, a fin de que piense sobre el hecho de que “vivimos en una sociedad en la que, de tanto ver, no vemos”, y, por ello, “necesitamos alejarnos para tomar conciencia de las imágenes que observamos”, ha expuesto Teresa Correa.
La cual ha hecho una labor de “un altísimo nivel artístico, que podría estar en cualquier centro internacional”, en opinión de Orlando Britto, que la ha calificado como “una artista contemporánea en mayúsculas”.
Quienes acudan a contemplar su exposición no podrán conocerla al completo, en todo caso, si solo visitan la sala San Antonio Abad, ya que la preparada por Teresa Correa es “una muestra que se prolonga más allá” del recinto, merced a una última instalación que ha querido hacer en el Museo Canario, donde ha desarrollado buena parte de su trabajo, según ha destacado su directora, Angélica Castellano.