La Cantabria más galdosiana luce en la casa natal del escritor

El fotógrafo Ángel Luis Aldai, posa junto a sus obras en las que recrea el viaje que Benito Pérez Galdós realizó por Cantabria en 1876

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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La casa natal de Benito Pérez Galdós en Las Palmas de Gran Canaria exhibe desde este jueves una colección de fotografías que recrean el viaje que el escritor hizo por Cantabria hace 142 años con su amigo José María de Pereda, por parajes que, en muchos casos, se conservan aún como los describió.

Esta exposición supone la culminación del proyecto encargado por la Casa Museo de Galdós al fotógrafo grancanario Ángel Luis Aldai para dar a conocer una de las facetas menos conocidas del autor de Los Episodios Nacionales, su pasión por viajar y por relatar sus experiencias en crónicas como Cuarenta leguas por Cantabria.

Pérez Galdós escribió ese texto en 1876, tras recorrer en coche de caballos la costa occidental y los valles del Saja y Liébana acompañado por Pereda y el comerciante santanderino Ángel Crespo, en un momento en el que aún no era el famoso novelista que fue poco después, pero sí un articulista célebre de varios periódicos de Madrid, como el que publicó la crónica de aquel viaje, La Revista de España (poco después lo reprodujo La Tertulia, de Santander).

Santillana del Mar, Alfoz de Lloredo, Comillas, San Vicente de la Barquera, las rías de Tina Mayor y Tina Menor, Panes (Asturias), el desfiladero de La Hermida, Potes, Treceño, Cabezón de la Sal o Casar de Periedo son algunos de los hitos de aquel viaje.

Tras un largo periodo de documentación, Aldai repitió aquel periplo en 2017, en las mismas fechas que lo hizo Pérez Galdós (septiembre), persiguiendo las mismas experiencias, la misma luz, el mismo ambiente que Galdós describía en su crónica.

El fotógrafo ha explicado este miércoles que, en su recorrido por esa zona de Cantabria, leía y releía el texto de Galdós, no solo para ser lo más fiel posible a lo que el escritor vio siglo y medio atrás, sino también porque se sintió capturado por la precisión con que se describen en su páginas los paisajes que él tenía ante su cámara.

De hecho, apuesta a que Galdós dibujaba bocetos de los paisajes para después le ayudaran a la hora de escribir, porque él ha encontrado algunos lugares que casi 150 años después siguen igual.

Aldai ha reconocido que en algunas villas visitadas cada día por miles de turistas, como Santillana del Mar o San Vicente de la Barquera, le costó más reproducir el ambiente del texto, pero no así en zonas de acantilados, prados o pequeños pueblos, como Barcenaciones, en los que se sintió transportado al siglo XIX.

“Sobre todo en esa garganta”, apunta el fotógrafo, mientras señala a una instantánea del desfiladero de La Hermida, la estrecha hendidura entre montañas que comunica Liébana con la costa.

El fotógrafo grancanario confiesa que pasó hasta cuatro días por el desfiladero sin poder hacer la foto que buscaba, porque le coincidieron jornadas de buen tiempo, luminosos y de cielo azul.

Pero Aldai tenía grabadas en la memoria estas palabras del insigne escritor: “Llaman a aquello garganta; también puede llamársele propiamente el esófago de La Hermida, porque al pasarlo se siente uno tragado por la tierra”.

Y un día, relata, regresando a Liébana desde Bárcena Mayor, se vio sorprendido en el desfiladero de La Hermida por una tormenta de verano: el cielo se encapotó, desapareció la luz, la niebla comenzó a bajar desde la montaña y las piedras brillaban, mojadas.

Aldai decidió parar allí mismo, hubiera o no hubiera tráfico (por suerte para él no lo había), y está convencido de que retrató “el esófago de La Hermida” tal como don Benito lo vio.

La directora de la Cátedra Pérez Galdós, Yolanda Arencibia, resalta en los textos de presentación de esta exposición que, con el tiempo, el escritor grancanario reeditó varias veces la crónica de aquel viaje con su amigo Pereda. Pero inicialmente no le gustó.

“Todos los nombres están equivocados. Es tan detestable en el fondo como en la forma (...) Se la enviaré a usted en pruebas. Ojalá la dejara Vd. en tal estado que no la conociera el padre que la engendró”, escribió Galdós a Pereda.

Por fortuna para los lectores de Galdós, el autor de Peñas Arriba estuvo en completo desacuerdo con su amigo y le animó a publicarla: “Es una verdadera obra de arte (..) Yo creo que es lo más salado y chispeante que ha salido de su pluma”, le respondió.

Esta visión fotográfica de Cuarenta leguas por Cantabria se podrá visitar hasta marzo en la Casa Museo del escritor. Después viajará al instituto de La Laguna (Tenerife) donde estudió Bachillerato y quizás también al Instituto Cervantes de Marraquech (Marruecos) y, en 2020, se exhibirá en las otras dos ciudades claves de su biografía: Madrid y Santander.

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