MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El secretario de Estado de Cultura, José Maria Lassalle, ha defendido los beneficios del mecenazgo como herramienta para apoyar la cultura dentro del IV Foro de Industrias Culturales. “No creo que el mecenazgo sea una cosa de ricos”. “Es una aproximación de la sociedad civil a la gestión cultural”, ha declarado el responsable de Cultura.
En esta misma línea y para mejorar la financiación cultural, Lasalle apuesta por incorporar el patrocinio, utilizar los incentivos fiscales, “y que las deducciones sean aplicadas a todos los ciudadanos, y no solo a las grandes empresas”.
A este respecto, recordó la apuesta de su Departamento por conseguir que los primero 150 euros que invierta cada ciudadano sean deducibles. “Si fuéramos capaces de tener este instrumento, que espero que tengamos en la ley de mecenazgo, habrá una extraordinaria base de participación democrática”, ha señalado Lassalle.
“El mecenazgo contribuye a democratizar la cultura, y a hacerla más libre, más autónoma, más polifónica y más transparente”, ha resaltado el secretario de Estado de Cultura.
En el marco del una mesa institucional organizada este martes por la Fundación Alternativas y la Fundación Santillana para reflexionar sobre la financiación de la cultura, Lassalle ha apostado por la cultura “sin tutelas públicas” y en un “régimen de absoluta transparencia”.
LAS “TINIEBLAS DE LA CULTURA”
“A lo mejor, el mundo de la cultura debería reflexionar sobre sus tinieblas”, ha señalado el secretario de Estado de Cultura en referencia al “sostén presupuestario” que ha estado marcando la política cultural de los últimos treinta años.
En esta misma línea, denunció las “enormes dificultades de sostenibilidad” de la cultura que ha terminado dependiendo de manera exclusiva de tres administración públicas: las comunidades autónomas, el Estado y las entidades locales “ y sin correlación entre ellas”, ha apuntado Lassalle.
Asimismo, ha criticado que esta circunstancia ha ido generando un “entramado cultural” sin “contenidos contrastados”, “ineficiente” y “localista” e “inflaccionado por las demandas diseñadas a golpes electores” y opacas en su financiación.
“No hay mayor opacidad en la financiación que la subvención nominativa, otorgadas sin control y sin transparencia”, ha señalado Lassalle, quien luego en el turno de las preguntas ha tenido que admitir que el ministerio de Cultura, Educación y Deporte mantiene todavía algunas subvenciones nominativas a instituciones como es el caso de la RAH.
“Esta ha sido la política cultural en sus tinieblas”, ha afirmado el responsable de Cultura del Ministerio que dirige Wert, quien apuesta por cambiar el modelo, y por las subvenciones en concurrencia. “Es poca cosa, lo sé, pero es como vamos cambiando este modelo”.
Asimismo Lassalle criticó que el 55% del gasto cultural estuviera en manos de los ayuntamientos, el 29% en manos de las Comunidades Autónomas y sólo el 16% en manos del Estado. “Una pirámide invertida”, ha precisado Lassalle.
No obstante, el responsable de Cultura también hizo un repaso de los logros obtenidos en material cultural como el aumento de las dotaciones como museos, bibliotecas o archivos, para superar el “subdesarrollo cultural” que atravesaba España.
CONSOLIDACIÓN FISCAL
“Desgraciadamente yo hace un año no pensaba que España necesitaba una consolidación fiscal que tenía un nivel de ingresos que le permitía asumir los gastos diseñados por el Estado incluso en un escenario de austeridad”, ha reconocido el secretario de Estado de Cultura.
Por su parte, Antón Reixa, presidente de la SGAE, y participante dentro de esta mesa institucional, ha señalado que el mercado es “insuficiente” para sostener todas las industrias culturales y ha asegurado que los “fallos del mercado” tienen que ser gestionados por la Administración.
Asimismo ha indicado que el IVA aplicado por el Gobierno de Rajoy no sólo encarece los productos culturales sino que “abarata” el consumo ilegal de los productos culturales.
Por último, el presidente de la SGAE ha defendido el papel de la cultura como un elemento de cohesión social y ha asegurado que en momentos de crisis se hace imprescindible la defensa de la propiedad intelectual, porque es el único medido de autofinanciación de los autores y la “base de su independencia”.