Xavier Balmis, la aventura filantrópica de un héroe desconocido
MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La aventura “filantrópica” que el médico alicantino Xavier Balmis emprendió a mando de Carlos IV en el siglo XIX acaba de ganar una versión de ficción escrita por el periodista y biólogo Luis Miguel Ariza. La novela histórica 'Los hijos del cielo' (MR) pretende, de acuerdo con su autor, “sacar de la oscuridad de la Historia” ese personaje real.
“Es un héroe desconocido, que siquiera tiene entrada en la Enciclopedia Británica. Es la primera vez que aparece como personaje estrella”, explicó este jueves el autor. “El origen del fin de la viruela empezó con Balmis”, aseguró Ariza, quien trabaja como periodista científico y se documentó durante tres años para escribir la novela.
En 1803 partió de Galicia la expedición del doctor Xavier Balmis, con niños huérfanos a bordo, para llevar a América y Asia la vacuna de la viruela, enfermedad bautizada como “el peor ministro de la muerte”. Ariza justificó el uso de huérfanos como “correo” de la vacuna (los niños transportaban el fluido en su propio cuerpo afirmando que tenían que ser huérfanos porque “ningún padre o madre permitiría que su hijo embarcase en esa expedición”.
OPIO, PIRATAS Y ESPIONAJE
La medida de utilizar a los niños se le ocurrió al médico en una época en la que no había maneras para conservar la vacuna durante los largos períodos que la expedición pasaría en el mar hasta alcanzar sus objetivos: las colonias españolas afectadas por viruela en América y Asia. Balmis partió con 22 niños, pero durante los cuatro años de expedición utilizó un centenar de ellos al pasar por Veracruz, Acapulco, La Habana, Puerto Rico, Caracas, Santa Fe de Bogotá, Quito, Lima, Macao e Islas Filipinas, hasta llegar a la China Imperial.
Cada niño conservaba la vacuna en su cuerpo durante una docena de días y, una vez extraído el fluido (“que era la propia vacuna”) que salía a través de unos granos en su piel, los chavales se quedaban en el país visitado (“Balmis pidió un presupuesto al Rey para los niños pudiesen mantenerse”), mientras que el médico buscaba a otros en orfanatos e incluso “compraba” a algunos. Parte de la historia es narrada desde el punto de vista de uno de ellos, Tomas Nepomuceno, que fue secuestrado por piratas al llegar al Oriente y era “el último eslabón” de los niños vacunados.
El tráfico internacional de opio, las organizaciones de piratas (que contaban con una líder real, la pirata más famosa de la Historia, Cheng I Sao) y el espionaje son algunos de los ingredientes de las tramas paralelas creadas por Ariza para la novela.
El autor cuenta que la expedición fue financiada por Carlos IV (“que tuvo familiares infectados por la viruela”) y fue “filantrópica” porque no se cobró nada de las personas vacunadas. “Algunos historiadores afirman que fue la última gran expedición de España como gran potencia”, detalló. Además de inmunizar a las poblaciones, Balmis tenía la misión de enseñar a las personas a sacar el fluido y vacunar a otros.
LOS 'BALMIS' DE HOY
En 1977 el mundo quedó oficialmente libre de viruelas. “La enfermedad mató a cerca de 300 millones de personas en el siglo XX, cuando ya se contaba con la vacuna”, matizó Ariza. En la actualidad, el virus reposa en las neveras de dos laboratorios en Atlanta (Estados Unidos) y Rusia. La Organización Mundial de la Salud reconsiderará este año la cuestión de la destrucción total de las muestras.
Ariza cree que existen muchos 'Balmis' en los días de hoy, materializados en las figuras de los cooperantes internacionales en África o los bomberos y médicos extranjeros que acuden a tragedias como el terremoto en Haití.
El autor declaró también que si la pandemia de Gripe A hubiera alcanzando el porcentaje de muertos que tenía la viruela (un 30%), los gobiernos hubiesen promovido algo similar a lo que hizo Carlos IV, pese al carácter “de negocio” de los laboratorios. “Estas cuestiones son interesantes porque el libro establece un parámetro de cómo la sociedad está viviendo hoy”, concluyó.