Desde hace casi 50 días los palmeros conviven con los incansables rugidos del volcán de Cumbre Vieja. Hoy, no solo no ha cesado, sino que muestra tal estoicismo que hace pensar que el final de su actividad todavía queda algo lejos. Algunos palmeros se refieren a él como el bicho, un enemigo que convive con ellos, puerta con puerta. La tragedia que vive la isla no abarca un solo ámbito, sino que se extiende por muchos, desde el económico al emocional o el medioambiental, de manera que los miles de habitantes La Palma, más allá del Valle de Aridane, se ven afectados directa o indirectamente por la erupción. Estos son los diez golpes que ha asestado, hasta ahora, este volcán sin nombre:
Viviendas y trabajos engullidos por la lava
El enjambre sísmico de los días previos a la erupción puso en sobre aviso a la población y a los expertos, que llegaron a tiempo a la conclusión de que correspondía a una fase preeruptiva. Gracias a ello, se pudo evacuar a los vecinos de las zonas más amenazadas y no se lamentan, a día de hoy, fallecimientos por la emergencia volcánica. Durante el primer día de erupción, la lava corría a 700 metros por hora y sepultaba decenas de casas. Aunque las coladas de lava frenaran su marcha, esta terrible imagen se repetiría durante días, hasta la actualidad.
Según el primer cálculo del programa Copernicus de satélites de observación de la Unión Europea, el 21 de septiembre, dos días después de la erupción, la lava había arrasado 103 hectáreas y 200 casas. El mismo sistema estima que este jueves, 4 de noviembre, la lava había cubierto un total de 990,7 hectáreas y había destruido 2.581 edificaciones/construcciones de los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte.
El Catastro reduce a 1.446 el número de inmuebles dañados y, de este total, estima que 1.171 son viviendas, 66 edificaciones de uso industrial, 33 espacios de ocio y hostelería, 13 de uso público (donde se incluyen los colegios) y 15 de otros usos. Casas y trabajos sepultados por un manto de lava que ahora se tiñe de negro al haberse solidificado.
Según los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), hay 2.089 personas que se han visto afectadas por vivir cerca del perímetro del volcán y hay al menos 7.000 evacuadas. Muchas de ellas, siguen pagando hipotecas de casas que ya no existen.
Todoque y La Laguna
Desde que el magma se convirtió en lava a su salida del cono volcánico parecía haber una dirección clara: Todoque, en el municipio de Los Llanos de Aridane. Días después de la erupción, la lava entró en este barrio palmero como entra a todos los lugares desde entonces, sin permiso y sin miramientos, y con una especie de juego de avanzo y me paro que hacía más agónica la espera de sus vecinos, evacuados ya desde hace días. Finalmente, el de Cumbre Vieja dejó el juego para acabar con la iglesia, el colegio, la asociación de vecinos, el centro de salud... y toda la vida del barrio y la que allí construyeron más de 1.300 habitantes, ahora, sepultada.
El barrio de La Laguna corrió una suerte similar a la de Todoque, aunque no acabó sepultado del todo. Además de las viviendas, hay que destacar que en esta zona se ha perdido algunas fincas de plataneras y otras han quedado muy dañadas. Donde no ha pasado la lava, el problema es la ceniza acumulada en la fruta y la falta de agua para su riego. Ha habido que instalar desaladoras de emergencia, que se tardó varios días en llevar hasta el lugar, para poder disponer de agua.
Carreteras sepultadas
El Cabildo de La Palma cifra en 63 kilómetros de carreteras comidos por las coladas. Son las carreteras LP-2, LP-211, LP-212, LP-213 y LP-2132 así otras calles, travesías y viarios municipales. En este sentido, y una vez más, la localidad más afectada es Los Llanos de Aridane, con más del 67% de sus carreteras afectadas, seguida de El Paso, con el 18%, y Tazacorte, con casi el 14%.
Perder estas vías ha supuesto un duro golpe para las comunicaciones dentro de la isla, ya que, por ejemplo, para ir desde El Paso a Tazacorte, antes se tardaban unos 20 minutos, y ahora más de dos horas, ya que hay que ir por el centro de la isla. Por ello, se ha sugerido que se establezca una conexión marítima que comunique esa parte de la isla por la costa sin que haya necesidad de ir por carretera atravesando las cumbres.
Varapalo al sector primario
Las coladas se han llevado a su paso cientos de hectáreas dedicadas al cultivo y, con ello, también el trabajo de cientos de personas. La superficie total de cultivos afectados es de 283,62 hectáreas. El plátano, al ser la superficie agrícola más predominante de La Palma, ha sido el cultivo más dañado, con 158,83 hectáreas destruidas. Le siguen los viñedos, con 59,62, y los aguacateros, con 24,06 hectáreas damnificadas.
Los pescadores de la isla tampoco están viviendo su mejor momento. La llegada de la colada primigenia a la costa ha provocado que se coma un trocito de mar y que no se pueda faenar en él. Además, hace una semanas el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, tranquilizó a la población palmera y aseguró que, como la propia isla, el pescado seguía siendo seguro y apto para ingerir.
La salud mental de los vecinos, en jaque
Toda esta destrucción tiene una consecuencia clara en la salud mental de los vecinos que conviven con este doloroso volcán. “Hay personas que nos llaman por haber perdido su vivienda, pero también hay muchas otras a las que les supera el constante ruido del volcán”, contó a este periódico la psicóloga Estefanía Martín, que lleva desde que comenzó la erupción ofreciendo acompañamiento gratuito a todas las personas que hayan sufrido de forma directa o indirecta el impacto de esta crisis.
La ansiedad y la depresión ha brotado en un ambiente de inquietud, en el que tienes que convivir con el enemigo que te ha arrebatado todo. Además, la psicóloga aseguró que también ha detectado entre todas sus asistencias un incremento de los pensamientos suicidas. “Hay mucha gente que viene y confiesa que ya no le ve sentido a vivir”, sobre todo, la gente más mayor que se ve sin tiempo para comenzar de cero.
Los daños de la ceniza
Actualmente, los vientos están ayudando a limpiar el aire. No obstante, en los últimos días se han vivido episodios muy intensos en los que los gases y la ceniza han sido los claros protagonistas, en ocasiones, más que la lava. En su inagotable actividad, el volcán ha emitido unos niveles de dióxido de azufre (SO2) que no ayudaron a que la calidad del aire mejorara en algunos puntos de los municipios más afectados. Por el contrario, Los Llanos de Aridane llegó a tener niveles “extremadamente desfavorables” en este parámetro.
Por este motivo, no es raro que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica esté haciendo los trámites necesarios para contactar con instituciones y neumólogos canarios, con el objetivo de hacer un seguimiento de la salud respiratoria de las personas afectadas por las emisiones del bicho.
Además, la ceniza volcánica también afecta a los huesos de los palmeros. La fisioterapeuta Cecilia Acosta cuenta que cerca de un 40% de los pacientes que trata en su clínica muestran dolencias en la espalda y las lumbares, consecuencia directa de la limpieza de la arena volcánica, que se amontona en tejados, azoteas y otras superficies.
Las clases, online
Los padres gritaron victoria cuando el confinamiento acabó y los escolares pudieron volver a las aulas. El coronavirus parecía el único motivo para echar a los estudiantes del colegio, pero no ha sido así. Hasta en este sentido el de Cumbre Vieja ha tenido que despuntar.
Desde el pasado lunes, 1 de noviembre, se mantienen suspendidas las clases en 22 centros educativos de El Paso, Los Llanos de Aridane, Tazacorte, Tijarafe y Puntagorda como consecuencia de la ceniza, por lo que recurren, como en tiempos de confinamiento, al método online.
Hace unas semanas, también se suspendieron por el mismo motivo. A su efímera vuelta, los más pequeños aseguraron “tener miedo”, pero tener muchas ganas de ver a sus amigos de clase.
Desde que comenzó la erupción, los alumnos de estos centros han perdido alrededor de un mes de clases y la lava ha sepultado varios colegios y escuelas unitarias en el Valle de Aridane.
Inoperatividad en el aeropuerto
El pasado miércoles por la tarde mejoró el escenario atmosférico en la zona del aeropuerto de La Palma, lo que permitió reanudar su operatividad. A pesar de que el aeródromo seguía abierto, todas las compañías habían cancelado sus vuelos debido a la espesa nube de ceniza que hacía imposible una aterrizaje o despegue seguro.
La ceniza no ha dado tregua al aeropuerto de la isla y se ha convertido casi en una constante la cancelación de los vuelos y su posterior reanudación. Esta incomunicación vía aérea ha afectado, sobre todo, a sus residentes y a los que quieren ver a sus seres queridos afectados. El aeropuerto llegó a estar hasta cinco días sin operatividad. Todo siempre dependerá de cómo se levante este caprichoso volcán.
Nuevo encaje turístico para sobrevivir
Hablar de turismo en el volcán de La Palma siempre va a traer polémica y debate, pero es innegable que, a pesar de los destrozos y la mala vida que está causando, este monstruo es, cuanto menos, impresionante. La isla vio cómo, tras unos días de incertidumbre tras la erupción, comenzaron a llegar las cancelaciones de reservas turísticas. El miedo al avance de la lava y quedar incomunicado en la isla por la cancelación de vuelos hizo que el sector se resintiera. Por otro lado, también ha aparecido el turista volcánico. Miles de curiosos se acercaron al mirador de Tajuya durante el puente de Todos los Santos, y otros lo siguen haciendo cuando llega el fin de semana.
Muchos trabajadores del sector turísticos, antes del volcán, ya estaban golpeados por la pandemia. Jonás es guía e impulsor de Isla Bonita Tours, una empresa que promociona rutas por los senderos más aclamados de La Palma como La Caldera de Taburiente, La Ruta de Los Volcanes o Marcos y Cordero, todos ahora cerrados. Ahora, ha tenido que reinventarse y tanto él como otras dos guías de su empresa han colaborado con sus habilidades de guías turísticos con la empresa que está organizando excursiones desde Tenerife.
Estragos en la biodiversidad del entorno
Por último, la vegetación situada en el área de la erupción de Cumbre Vieja, y que corresponde en su mayoría a pinar canario, se está deteriorando “muchísimo” debido a la duración en el tiempo de este proceso volcánico, según ha afirmado el investigador del CSIC Manuel Nogales. Al realizar la fotosíntesis, los pinos lo hacen con gases que son aerosoles ácidos desprendidos del volcán, lo que provoca que tengan un aspecto amarillento, “con una clorosis galopante que ya llega a los cinco kilómetros de distancia del cono”.
Ha explicado que aunque los daños no son tan espectaculares como los producidos por un incendio, sí es un proceso más lento e igual de importante y dañino y, como ejemplo, ha citado que está cayendo mucha pinocha en una época del año que no corresponde, ya que ese proceso natural en los pinos se produjo entre agosto y septiembre.
La zona afectada por la erupción es principalmente de pinar pero también de especies características de montes termófilos, como sabinas, y en la costa cardonal tabaibal.