Cumpliendo objetivos  

A las pocas semanas de haber tomado posesión como consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias tuve ocasión de reunirme, en diferentes momentos, con empresarios y representantes del sector de la acuicultura de las islas.

El reto planteado de manera unánime era lograr aprobar el Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura (PROAC). Este documento, debido a diferentes vicisitudes, llevaba acumulado un retraso de más de una década. Entre otros, la complejidad administrativa y los cambios normativos en materia medioambiental habían provocado este retraso que dejaba huérfano a un sector que supone ya, a estas alturas del siglo XXI, el productor de más de la mitad del pescado fresco que se consume en el planeta. 

Así pues, este equipo, con instrucciones precisas del presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, quien también se interesó por el desarrollo de este texto, y un loable esfuerzo por parte de los técnicos y funcionarios de la Dirección General de Pesca y el resto de la Consejería, nos comprometimos a poner en marcha este documento que, sin duda, responde a un sector que tiene un gran futuro en las islas.

En 2017 produjo algo más de 7.810 toneladas de pescado (dorada y lubina), lo que representa el 36,09% de la producción de pescado fresco en las islas. Generó un valor de producción de más de 43 millones de euros, el más alto de los últimos años (29 millones en 2014; 34,02 en 2015 y 41,48 en 2016).

Este documento es fruto de una forma de trabajar que se ha visto reflejada en su presentación, en la que tuvimos la fortuna de estar acompañados por empresarios y representantes de la acuicultura en las islas. Es el resultado de decenas de reuniones, de charlas formativas, de encuentros, de periodos de exposición pública… en los que han participado administraciones, pescadores, empresarios del sector, de la industria auxiliar, técnicos de las universidades y los centros de investigación de las Islas, en uno de los mayores esfuerzos realizados por lograr un documento que, aunque es mejorable, como todos, establece las primeras reglas de juego para un sector que generará empleo y economía en los próximos años. De hecho, ya han decenas de jóvenes formándose en los institutos de Formación Profesional marítimo pesquera que existen en las islas.

Incluye una zonificación (segunda comunidad autónoma que aprueba algo similar) en la que se han tenido en cuenta dos factores clave, que dejan su impronta en todo el documento. Por un lado, la viabilidad económica de la explotación, que viene determinada por la ubicación y las características de sus fondos, profundidades, mareas, cercanía a infraestructuras portuarias. Por otro lado, la obligatoriedad, asumida por el propio sector, de jamás convertirse una amenaza para el medio ambiente del litoral de las islas.

Estas dos premisas, precisamente, son parte de las claves de la estrategia de economía azul diseñada por la Unión Europea, que, básicamente, pretende redirigir la obtención de recursos del mar hacia una óptica mucho más eficiente y respetuosa con el medio, como bien recordó el presidente de la asociación de productores, Carlos Rendón, que lo es también de la asociación española, lo que habla mucho del buen trabajo de los empresarios canarios en este sector.

Se trata de un documento de partida, vivo, que será enriquecido por las aportaciones de quienes están de una manera u otra relacionados con él, un texto que presenta una actividad en desarrollo, con muchas capacidades de generar empleo y sinergias de tipo económico con otros sectores productivos de las islas.

Un documento que plantea un escenario realista de futuro, compatible con la pesca tradicional y que, a los empresarios les va la vida en ello, tiene muy en cuenta las singularidades medioambientales de la costa canaria, sin duda una de las que reúne mejores condiciones de todo el mundo para el desarrollo de esta actividad.   

*Consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias