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Un físico llevado por Vox al Parlamento canario propone instalar pequeños reactores nucleares en las Islas

El licenciado en Física de Partículas y doctor en Física Nuclear Manuel Fernández Ordoñez, este martes en comisión parlamentaria para informar sobre la viabilidad de la energía nuclear en Canarias.

Efe / Canarias Ahora

19 de noviembre de 2024 13:41 h

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El físico Manuel Fernández Ordóñez ha afirmado este martes en la comisión de Transición Ecológica del Parlamento de Canarias que es obvio que no tiene sentido instalar en el Archipiélago una gran central nuclear, pero sí “pequeños reactores modulares”, de hasta 300 megavatios (Mw) de potencia, que generan electricidad pero también son eficaces para desalar agua.

A propuesta de Vox, Fernández Ordóñez, que es licenciado en Física de Partículas y doctor en Física Nuclear, ha respondido a las dudas formuladas por los grupos, incluido el proponente, respecto a la viabilidad de la energía nuclear en Canarias. De hecho, no es la primera vez que en el Parlamento regional se propone la instalación de este tipo de energía en las Islas. Ya lo hizo el arquitecto y doctor en Ciencias Económicas-Sociales y Jurídicas Gonzalo Melián el pasado mes de mayo en una sesión de la comisión parlamentaria sobre reto demográfico.

En esta ocasión el físico Fernández Ordóñez, que afirma tener un amplio conocimiento del sistema energético de Canarias porque su padre trabajó en la implantación de centrales eléctricas en varias islas, ha indicado que no tiene sentido establecer un gran reactor nuclear en el archipiélago por la dimensión de su demanda energética.

Sin embargo, ha continuado, en India, Rusia, Argentina y otros países funcionan reactores nucleares modulares de pequeño tamaño y microrreactores que producen hasta 300 Mw de potencia y que se adaptan en función de la demanda, de manera que podrían abastecer las necesidades de islas como El Hierro y La Gomera.

Entre otras ventajas estos microrreactores cuentan con diseños de seguridad avanzada y son modulares, esto es, se fabrican en serie en cadenas de montaje y ello reduce los costos de producción, pues además se transportan y se ensamblan en el lugar de destino.

Tienen una mayor flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades energéticas y son adecuados para una gama muy grande de aplicaciones, desde la generación de electricidad hasta la desalación de agua, ha proseguido Fernández Ordóñez, quien ha asegurado que este tipo de instalaciones también requiere de una menor inversión total y su impacto ambiental es “muy reducido”.

En cuanto a las dudas expresadas por los diputados respecto al impacto de una instalación nuclear en un territorio turístico, el físico ha preguntado a los parlamentarios cuál es el país con mayor número de turistas de Europa y cuál es el que tiene más centrales nucleares, pues la respuesta es la misma: Francia.

Lo mismo sucede en España, con Cataluña como líder turístico y de energía nuclear, para lo que además ha citado cómo en Tarragona hay parques temáticos próximos a la central de Vandellós.

En cuanto a los residuos radioactivos, ha admitido que son “muy peligrosos” pero también “muy pocos” en volumen, pues una pastilla de combustible nuclear del tamaño de un dado de parchís procura la electricidad que consume un ciudadano de un país desarrollado durante cuatro años, y con 20 pastillas, el equivalente a una pelota de ping pong, la que consume a lo largo de toda su vida.

“Es decir, el volumen de residuos es muy bajo si se compara con los generados por el carbón durante décadas”, según ha detallado el físico nuclear, quien ha aclarado que los residuos no son un problema técnico sino de percepción social.

La industria nuclear lleva años gestionando los residuos de forma segura y en el caso de España, de forma “excelentemente segura” por parte de Enresa, y en el caso español este asunto se gestiona mediante el almacenamiento mientras que para otros países se trata de recursos utilizados como combustible para otros reactores más avanzados.

En cuanto a los riesgos derivados de tener centrales nucleares en zonas con fenómenos naturales como vulcanismo y seísmos, Manuel Fernández Ordóñez ha precisado que el terremoto de mayor magnitud registrado en Canarias en 300 años fue uno de 6,1 en Tenerife y, ha dicho, “eso es nada para una central nuclear”.

De hecho, el de Fukushima en Japón alcanzó los 8,9 en la escala Richter, liberó una energía 15.000 veces mayor que el citado de Tenerife y la central respondió perfectamente, pues los reactores se pararon automáticamente, pero lo que ocurrió después fue la llegada de un tsunami que superó la altura de la instalación.

Fernández Ordóñez ha subrayado que la energía nuclear es limpia, como ha determinado la UE, está “bastante madura” y es la energía del futuro, pues actualmente produce un quinto de la electricidad mundial y se calcula que para 2050 se habrá duplicado la demanda en este ámbito en el planeta.

De los 25 países con más PIB de la OCDE, 22 cuentan con energía nuclear o están desarrollando su implantación, por lo que, a su juicio, España “se está quedando sola, a contracorriente”, y se equivoca al plantear el cierre de centrales nucleares.

La energía “no debería tener colores políticos ni hay razones” para cesar las operaciones en unas instalaciones que producen el 20 por ciento de la electricidad en la Península, el equivalente al consumo de 15 millones de hogares, ha aseverado Fernández Ordóñez.

Las alternativas al cierre de las plantas nucleares “son mucho peores”, desde su punto de vista, con residuos de minería que contaminan ríos, lagos y acuíferos “a perpetuidad” y muchas toneladas de emisión de CO2 a la atmósfera, ha señalado el especialista, para apuntar además que queda mucho camino por recorrer en cuanto a la penetración de las energías renovables.

“Estamos en un punto de inflexión en el que seguir descarbonizando empieza a convertirse en costoso y las cuentas no salen. Quitar la energía nuclear para sustituirla por renovables es mala idea, porque al final se usará más gas, como pasa en Alemania”, ha advertido.

El reto es enorme y “sólo con renovables no lo vamos a conseguir”, ha expuesto el físico, pues un sistema 100% renovable, para lo que ha puesto como ejemplo a Canarias, exigiría “un sobredimensionamiento” de la potencia instalada y del suelo ocupado por las instalaciones para hacer frente a los períodos de poco viento o la oscuridad nocturna.

Por el contrario, una central nuclear suministra electricidad independientemente de los factores climáticos y, de no haber sido por la de Cofrentes en Valencia, tras la dana se habría producido un apagón generalizado, ha añadido.

El físico ha reiterado que para Canarias serían perfectamente viables los reactores nucleares pequeños para ayudar a descarbonizar el sistema eléctrico y avanzar hacia uno verdaderamente sostenible, al tiempo que ha insistido en que, a nivel global, estas micro plantas serán necesarias además para otros usos en los que ahora se emplean combustibles fósiles, como la producción de acero, cemento, plásticos y fertilizantes, “una gran mayoría de todo eso que nos hace falta para vivir tan bien como vivimos”. 

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