El aburrimiento perfecto del PSOE tinerfeño
Desde luego los ánimos a las ocho de la noche no estaban demasiado altos. El PSOE de Tenerife distaba en la noche electoral de ser la alegría de la huerta. Pero al menos estaba la satisfacción de haber colado los dos diputados. Los políticos comenzaron a llegar sobre las 19.30. Los primeros, Julio Cruz y Tamara Raya, con su cargo como diputada nacional confirmado y bajo el brazo. Por mucho que lo disimularan lo cierto es que los socialistas tinerfeños, tradicionalmente habituados a sufrir en silencio, no estaban del todo disgustados con estos datos. Podría ser peor. Existe un especie de músculo en los partidos nacionales o de instinto para responder en cada uno de los escenarios que desde hace año se presentan. Que pierden. Pues actúan de una manera. Que ganan. Pues de otra.
La tradición electoral obliga a que los periodistas permanezcan aislados en una sala, por supuesto, diferente a la de los políticos. De esta manera se consigue, habitualmente, que no trasciendan penas, alegrías exageradas, reacciones viscerales, cotilleos o secretos. El caso del PSOE tinerfeño se consiguió totalmente. Los periodistas fueron enviados a una sala del Hotel Escuela, con sillas escolares, medios suficientes y sin pasarse, buen rollito pero sin acercarse los políticos. En resumen, en cuarentena como manda la tradición. Algunos, como Álvaro Arvelo, se acercaban un poco a la puerta, saludaban de lejos y poco más. Cruz fue más amable y dio la mano a todos y cada uno de los periodistas. Francisco Hernández Spínola a unos cuantos, y a la mayoría ni se les vio.
La verdad es que esto de las elecciones se repite ya demasiado. Idénticas frases, poses, estrategias, no falta la entrevista a la monja simpática, la entrada del perdedor en un coche de lujo y con cara forzada de alegría. Los resultados son cada vez más previsibles e inmediatos. En este caso, por lo menos, fueron casi las dos cosas.
Tamara Raya, Francisco Spínola y Julio Cruz, como maestro de ceremonias no hicieron su aparición hasta bien pasadas las diez y media de la noche. Durante su comparecencia Cruz recurrió, como también es tradición, a los lugares comunes: España es progresista, el PSOE ha mejorado los resultados de las encuestas. Aunque el PP es ganador en Canarias lo cierto es que pierde votos con respecto a la anterior convocatoria, y por eso la presencia de un ministro canario como José Manuel Soria no ha servido para mucho, dijo.
El Senado seguía en el aire y no fue hasta un momento después cuando se dieron a conocer, los datos. Lo cierto es que en el PSOE tinerfeño la tónica fue muy sencilla de resumir: el aburrimiento perfecto.