Música y versos en Madrid para recordar diez años de sufrimiento desde el vuelo JK5022

Décimo aniversario de la tragedia de Spanair

Pablo Paracuellos / Miguel Ángel Rodríguez

Madrid —

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“Diez años de sufrimiento del 20 de agosto aquel, en el que una tragedia cruel nos dejó sin alegría”. Así arranca la coda del cantante Pedro Manuel Alfonso, que ha puesto música este lunes al homenaje dedicado a los 154 fallecidos del vuelo JK5022 que hace diez años se estrelló en el Aeropuerto de Barajas.

Algunos de los asistentes al acto, celebrado en el parque Juan Carlos I de Madrid, no han podido ocultar su llanto frente a la placa conmemorativa que recuerda a los fallecidos, que estarán “en algún lugar... siempre en nuestros corazones”, y a los 18 supervivientes.

Los versos del canario Pedro Manuel Alfonso han estado acompañados por dos guitarras, también canarias, que, según la presidenta de la Asociación de Afectados por el vuelo JK5022, Pilar Vera, han traído “el sentimiento de una isla que lleva diez años llorando las pérdidas”.

Además del cante, algunos familiares, con la voz entrecortada, han leído poemas dedicados a sus padres, hijos y hermanos que fallecieron.

Mientras, otros han depositado flores, como Loreto González, superviviente del accidente, que se ha acercado, despacio, a colocarlas ante la placa conmemorativa, con la ayuda de unas muletas con las que convive desde aquel 20 de agosto de 2008, en el que perdió a su hija Clara, de 23 años.

Entre los presentes en el acto ha estado Marcos Caballero, un canario de 45 años, hermano de David, paracaidista de Paracuellos del Jarama, que murió con 27 años cuando regresaba a Canarias para celebrar el cumpleaños de su hermana pequeña.

Marcos, que ha vestido una camiseta blanca con la foto de su hermano, ha explicado que “las flores son para bodas y cementerios” y que él ha llevado a su hermano, en el homenaje, “su cervecita canaria, que es lo que le gustaba”. Y disimula su tristeza con una broma: “No le traigo su Interviú porque ya sería un poquito escabroso”.

Volar todos los años al homenaje de Madrid es algo que no se puede permitir porque le supone “un esfuerzo económico importante”, pero quien sí lleva viniendo “sin falta” desde el primer trágico aniversario, pese a sus 84 años, es Víctor García, padre del piloto que comandaba el avión, Antonio García.

“Cada año me cuesta más venir”, ha reconocido Víctor antes de señalar que, “pese a que necesite ayuda para llegar al parque Juan Carlos I”, seguirá acudiendo hasta que le llegue su “hora”.

Otro de los supervivientes del accidente, Rafael Vidal, madrileño de 40 años, ha puesto voz a las reivindicaciones de la asociación y ha criticado la actuación de Mapfre, aseguradora del accidente, en la gestión de las indemnizaciones a las víctimas: “Esta mañana ha publicado un comunicado a toda prisa, será por algo: Excusatio non petita, accusatio manifesta”.

Pese a que es uno de los pocos supervivientes que lleva una vida normal, ha reconocido que ha tardado más de siete años en recuperarse de una herida abierta en la pierna izquierda que se le infectó por el agua sucia de un riachuelo en el que esperó desangrándose a que llegaran los servicios de emergencia.

“Es un puto despropósito”, ha calificado el veredicto de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que aseguraba que los servicios de emergencia actuaron adecuadamente, cuando él tuvo que sujetar, con el brazo roto, la cabeza de un hombre para que no se ahogara, durante 40 minutos.

Tras finalizar el acto, los familiares se han desplazado a la Terminal 2 del Aeropuerto de Barajas para continuar con los actos conmemorativos.

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