Dicen que un ilustre vulcanólogo afirma que el Centro Vulcanológico Nacional tiene que estar en Tenerife porque el Teide es el volcán más peligroso de todos. No seré yo quien le falte al respeto al Padre Teide, pues de vulcanología ni idea, pero en acojonamiento soy una autoridad mundial y les aseguro que el Tajogaite a base de fumarolas, meneos, cenizas, gases y bramidos me acongojó tanto que aún tengo el buche virado, para qué los voy a engañar. Un amigo mío mal pensado me dice que los vulcanólogos viven en Tenerife y por eso quieren el disputado centro allí y con un humor muy amargo añade que lo más peligroso que tiene el Teide ahora mismo es el teleférico. A mi amigo le sobran razones para ser mal pensado pues perdió casa, finca y medio de vida y la paciencia residual que le queda no le da para milongas y asevera que el centro lo pondrán donde a sus señorías les dé la gana, pero que el fogón donde sigue encendido es en la Cumbre Vieja y eso por ahora está en La Palma.