El arte de majar almendras con ‘piedra y martilla’

María Victoria Hernández

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El arte de majar almendras con los antiguos útiles de piedra y martilla se pierde si nadie lo remedia. Los antiguos usos y costumbres de la isla de La Palma se deben conservar para testimonio de las nuevas generaciones.

Dos piezas de piedra forman el conjunto del llamado popularmente piedra y martilla. La martilla es un callado de playa alargado adaptable a la mano del usuario. La piedra se trataba de otra piedra, de mayor tamaño, que se podía apoyar sobre un muro, una mesa o sobre el muslo sobre la que se golpea la almendra con la martilla para obtener el fruto interior, ‘la pipa’ (almendra). En algunos casos la piedra era sustituida por una pieza de hierro, ejemplo lo tenemos en una plancha de hierro sin asa. El conjunto se consideraba de uso personal e incluso pasaba de padres a hijos, formaba parte del ajuar familiar doméstico.

El majado de la almendra reunía al vecindario quienes en lonjas y patios se congregaban para la labor comunitaria. El propietario aportaba los útiles necesarios, en este caso piedra y martilla. El martillito de hierro y cabo de madera es muy posterior, evidentemente de mayor coste económico.   

Cuando llega los meses de enero y febrero el paisaje palmeros se tapiza de pétalos de color rosa y blanco de cientos de almendros. En el estío desde los tirantes de los techos de casas y pajeros se bajaban las curtidas y fuertes varas de madera, de distinto tamaño. Comenzaba “el variado de los almendreros”. Así continua, generación tras generación, la vieja costumbre de las gallofas palmeras, “tú me ayudas, yo te ayudo”. 

El almendro se debió introducir en La Palma desde los primeros años pos-conquista. Las primeras referencias figuran a mediados del siglo XVI en los protocolos notariales del escribano público Domingo Pérez. También tenemos noticias, del año 1671, de un legado pio para que se dijeran misas por el donante en el templo de Nuestra Señora de los Remedios, Los Llanos de Aridane, con el producto que dieran “dos árboles almendros”. 

Voces populares de las labores de la almendra 

El grupo etnográfico Baile Bueno de La Laguna, Los Llanos de Aridane, a principios de los años 2000 elaboró un glosario de voces relacionados con las almendras. Por su interés etnográfico lo reproducimos, a sabiendas de estar incompleto. 

Ajuntar. Acción de recoger las almendras una vez “variadas” (vareadas).

Almendra. Fruto del “almendrero” (almendro). Variedades o tipos: Castiza (cáscara dura, flor rosada); Galletas (aplastada); Mollares (se parten con los dientes); Padre santo (semi mollar, flor blanca); Ratonera (menudas).

Almendras ciegas.  Las que la cáscara verde no está abierta en el momento de recoger.

Almendras fallidas.  Cáscara de aspecto perfecto y fruto seco y ennegrecido.

Almendras paridas.  Dos frutos, pipa, en una misma cáscara.

Almendras peludas. Almendras recubiertas con la cáscara, llamada generalmente verde. Ver almendras ciegas.

Almendras tiernas o verdes. Cuando aún está madurando y el fruto está tierno esta aguosa. Golosina para los niños.

Almendrero. En La Palma modo de llamar al almendro. Se dice que bajo su sombra no germina plata alguna. Los propietarios mantenían limpio el terreno, alrededor de ellos, para facilitar la recogida.

Apartar, descoger o escoger. Separar la cáscara del fruto una vez partidas.

Cáscara de almendra. Revestimiento del fruto, de color canelo o marrón.  Se utilizaba para lumbre y cocinar, además para ahumar queso y teñir seda.

Cáscara peluda. Envoltura exterior que cuando la almendra terminando de madurar comienza a desprenderse de la misma. Se solían tirar en los caminos y veredas para emparejar el terreno, en paredones y como abono en las tuneras).

Charamelas.  Trozos de rama o palo de “almendrero” que se recogían al caer en las “variadas” con destino al fuego de las cocinas.

Charamuscas. Trozos de rama o palo del “almendrero” más pequeños que las charamelas.

Corral. Soco de piedra que rodea el almendro.

Cuajar. Cuando el fruto comienza a endurecer.

Desbullar. Retirar o sacar la cáscara.

Encasquillada. Cuando al partir se queda el fruto adherido a la cáscara.  

Espuerta regadera. De menor dimensión de la espuerta normal de dos asas.

Fallida. Cuando la almendra no llena. Se dice que: “El día de la Asunción cuaja la almendra y guincha el ginchón”.

Frailes, los o Flaies: Fruto desperezados en trozos, la pipa no entera.

Manta. Paños, los más viejos de la casa, de lana o de lino que se utilizaban en la “variada” para facilitar el recogido del fruto.

Martilla, la. Callao o piedra de playa de forma alargada que hace de martillo.

Mochila. Talega de tela amarrada a la cintura que se utiliza para respigar almendras.

Monjas: Almendras enteras. Se decía: “no coman solo monjas, coman algunos frailes”.

Nido, el. Pequeño agujero que se hacía en el momento de la recogida, para esconder (hurtar) almendras, en la variada.

Partida. o quebrada. Reunión del vecindario, llamados por el dueño, a partir almendras.

Peladas. Reunión de vecinos, al atardecer, para retirar las cáscaras peludas.

Petiseco. Expresión que se dice cuando un almendro está medio seco, se prevé se pierda.

Piedra, la: Callao o piedra de playa donde se parte, por medio de la martilla, la almendra.

Pipa. Fruto seco de la almendra.

Redrojo.  Reviento que brotan de las raíces del almendro madre, de fruto amargo.

Respigar:  Ir a recoger las almendras que queda después del variado. Se dice: “voy a respigar almendras”.

Vara. Palos de distinto tamaño, de faya.

Variar (Varear). Acción de tirar o despender las almendras, por medio de varas. 

Almendras: Mascullo, confitadas, garrapiñadas, agarrapiñadas y nombres populares dados a las variedades 

Cuando se elabora lo que llamamos “leche de almendra” se majan en un almirez con un poco de agua, una vez colada se obtiene la leche. A la masa sobrante se le llama mascullo, una auténtica golosina para los niños. 

Las llamadas almendras confitada, agarrapiñadas o garrapiñadas tienen en cada familia una receta peculiar. Para ello se tuestan las pipas, almendras, se prepara un almíbar al que se le pone dos claras de huevo, por cada kilo de almendras, para que blanqueen. La mezcla se hace manualmente cuando la masa aún está caliente con la protección de un dedal en cada dedo de la mano.    

El repertorio y variedades de la almendra es muy amplio. El pasense, afincado en La Laguna Fernando Lorenzo Diaz (F. Montero), entorno al año 2002, facilitó a Marcelino Rodríguez Ramírez, del grupo etnográfico Baile Bueno, una relación de los nombres y voces por la que eran conocidas diferentes almendras en la ciudad de El Paso, de amplia tradición del cultivo de este preciado fruto. Son las siguientes: 

·    Clase Enrique

·    Las Garcías

·    Chu carnera

·    Redondas

·    Las del cuico

·    Estrallonas (cascara dura)

·    Narcisas

·    Perdomas

·    Pelua (mucha hoja menuda)

·    Picudas

·    Duras

·    Varincuda (de varas y porte alto)

·    Padre santo

·    Padronas

·    De Tabares

·    Casatañeras

·    Bonitas

·    Ratonera

·    Castiza pequeña

·    Castiza dura

·    Padre santo pequeñas, de piña

·    Amollaradas o coronelas

. Cabocas

Durante siglos la almendra ha ocupado una parte destacada del agro insular. Economía familiar y paisaje de las medianías insular ocupan y evocan la belleza de la floración. Diríamos que La Palma guarda un tesoro relacionado con la cultura del almendrero, que así es conocido lo que en otros lugares se conoce por almendro.

María Victoria Hernández, miembro del Grupo Etnográfico Baile Bueno, cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).

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