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MANFRED VON RICTHOFEN, EL BARÓN ROJO

Von Richthofen, noble, soldado de caballería, cazador implacable –tanto en tierra como en el aire- llegó al mando aéreo cansado de la vida en las trincheras y todo lo que ello conllevaba. Sus comienzos, a la sombra y el dictado del gran Oswald Boelcke, padre del manual de cualquier piloto de caza contemporáneo, fueron prometedores, pero nadie podía prever, en aquellos instantes, que aquel joven, nacido el 2 mayo de 1892, en Breslau -entonces, Alemania, hoy forma parte de Polonia- se convertiría en el mayor as de la aviación durante el conflicto bélico, con 80 victorias confirmadas, frente a las 75 victorias del francés René Fonck y las 72 del piloto canadiense William A. “Billy” Bishop, los dos máximos ases aliados.

Su leyenda, motivada, en buena parte, por pintar algunos de los aviones que pilotó de color rojo –sobre todo el AB.7. Albatros DIII y el AB.10. Fokker Dr.I 425/17 Tripano- le llevó a ser conocido como “El Barón Rojo” entre sus compañeros y sus contrincantes del bando aliado. Tras hacerse cargo de la Jagdstaffel 11 –Jasta 11- éste la transformó en lo que luego se conocería como “El circo volante de Richthofen” tanto por lo colorido de los aviones que la formaban como por la movilidad que dicha unidad de combate tenía. La unidad cosechó algunos de los más impresionantes resultados de toda la Guerra, siendo sus principales ases, además de su comandante, los tenientes Lt. Kurt Wolff (22 victorias), Karl Schäfer (15 victorias) y uno de los hermanos de Richthofen, Lothar (15 vitorias).

Todo ello dejó claro que Richthofen no sólo fue el mejor alumno de Oswald Boelcke, sino que, como comandante de la Jasta 11, sus dotes de liderazgo cimentaron más su leyenda de ser el mejor piloto de combate de la recién estrena guerra aérea.

No obstante, Manfred von Richthofen tuvo sus luces y sus sombras, sus momentos de debilidad y sus momentos de extrema euforia, aunque el aviador siempre demostró un carácter retraído, distante e incluso esquivo, nada que ver con la forma de ser impulsiva de su hermano Lothar. Todo esto, sumado a la férrea y disciplinada educación recibida desde pequeño, hizo de él una persona tremendamente centrada y capaz de asumir, con tan sólo 24 años, la tarea de ser el líder de una unidad de combate aérea en una guerra tan atroz como lo fuera aquélla.

Luego están las heridas sufridas, tanto anímicamente hablando, como ocasionadas por las balas enemigas. Las primeras estuvieron causadas por la pérdida de su mentor, Boelcke, y sus amigos y camaradas Karl Allmenröder, Georg Zeumer, Kurt Wolff o Werner Voss. La segundas, casi acaban con su vida, especialmente el seis de julio de 1917, fecha en la que el as alemán fue abatido por el capitán Donald Cunnel y su observador, el alférez Albert Edward Woodbridge, ambos formando parte de un grupo de aviones biplazas FE2d del 20° Escuadrón Británico.

Tras ser rescatado con vida, Richthofen fue ingresado en un hospital bajo la atenta y severa mirada de la enfermera Käte Otersdorf, de quien se llegó a decir que acabó siendo la amante de piloto. En aquellos días, el aviador aprovechó para escribir sus memorias, Der Rote Kampffieger (El avión rojo de combate) -considerado como la piedra angular para conocer la personalidad y la motivación del piloto alemán- un año antes de su muerte, cuando ya atesoraba 57 victorias confirmadas por el mando aéreo alemán.

Dicho libro, junto con los escritos por reputados historiadores, especialmente anglosajones, ha sido el soporte principal para conocer la vida, los combates, las querencias y carencias del aviador alemán y, sobre todo, las causas de su muerte. Ahora, y coincidiendo con el aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, la editorial Almuzara ha presentado la que, sin lugar a dudas, es una de las mejores biografías del as alemán y un magnífico tratado para entender el contexto histórico y algunos de los principales protagonistas de aquella epopeya que se libró en los cielos europeos durante cuatro largos años.

Manfred von Richthofen. El Barón Rojo es un libro brillante, de principio a fin. Su autor, J. Eduardo Caamaño ha realizado una soberbia labor de investigación y de recopilación de todos aquellos datos que ayudan al lector a comprender lo que significó aquella contienda aérea, la primera de la historia, y sus posteriores repercusiones, tanto en el ámbito civil como en el militar. En sus páginas, hay tiempo para conocer las principales batallas de la contienda y sus antagonistas. Luego sitúa al personaje principal, sus ancestros y un legado del que luego se hizo cargo el joven Manfred y que lo marcaría el resto de su vida.

Un vez estalla la contienda, su sentido del deber le llevará a defender los intereses de su nación y los postulados de un régimen que mejor hubiese tratado de solucionar sus problemas por la vía democrática y no abrazando la tesis de la confrontación directa. Con la guerra llegó primero la caballería y luego el cielo, formando parte de un grupo de recién llegados que, sin saberlo, estaban escribiendo una nueva página dentro de la historia militar contemporánea.

En el libro, no solamente se recogen todos y cada uno de los informes redactados por el aviador tras sus misiones, sino que, también, se detallan los nombres y aviones pilotados por sus adversarios y cuál fue el resultado de su encuentro con el as alemán. Es más, el lector incluso puede disfrutar con una magnífica ilustración a color tanto de los aviones pilotados por Richthofen como de aquellos modelos que fueron derribados por él.

Termino destacando la calidad de la impresión de la editorial Almuzara y el gusto que demuestra por los detalles, aun tratándose de una edición en tapa blanca, algo que en nada desmerece el producto final, el cual es, sin lugar a dudas, una de las mejores propuestas para todos aquellos que quieran conocer la historia de la Primera Guerra Mundial y la de uno de sus mayores protagonistas, el barón Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen.

“Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz”. Epitafio de la tumba de Manfred von Richthofen en la tumba que ocupó en el cementerio francés de Bertangles hasta 1920

Agradezco a Eduardo Serradilla Sanchis el haberme cedido esta reseña para publicarla en la sección de literatura.

Manfred von Ricthofen, el Barón Rojo

Autor: J. Eduardo Caamaño

Páginas: 672

Edición ilustrada

Encuadernación: rústica con solapas

ISBN: 9788416100057

Colección: Memorias y biografías

PVP: 27,95 €

Von Richthofen, noble, soldado de caballería, cazador implacable –tanto en tierra como en el aire- llegó al mando aéreo cansado de la vida en las trincheras y todo lo que ello conllevaba. Sus comienzos, a la sombra y el dictado del gran Oswald Boelcke, padre del manual de cualquier piloto de caza contemporáneo, fueron prometedores, pero nadie podía prever, en aquellos instantes, que aquel joven, nacido el 2 mayo de 1892, en Breslau -entonces, Alemania, hoy forma parte de Polonia- se convertiría en el mayor as de la aviación durante el conflicto bélico, con 80 victorias confirmadas, frente a las 75 victorias del francés René Fonck y las 72 del piloto canadiense William A. “Billy” Bishop, los dos máximos ases aliados.