Casi 500 personas han sobrevivido a la ruta migratoria hacia Canarias en dos días

Una mujer y un niño rescatados por Salvamento Marítimo de una patera este sábado en Lanzarote

Natalia G. Vargas

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Casi 500 personas han sobrevivido a la ruta migratoria más mortal del mundo en dos días. Lanzarote ha sido la isla a la que han llegado todas las embarcaciones en las últimas horas. El viernes fueron rescatados por Salvamento Marítimo 392 migrantes, que se suman a los 104 localizados este sábado en dos embarcaciones diferentes. Todos, después de recibir asistencia a pie de puerto, han sido derivadas al CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) de Arrecife.

El recurso solo tiene capacidad para acoger a 200 personas. Así, aunque las mujeres y los menores han sido derivados a establecimientos para perfiles vulnerables, el recinto que custodia la Policía Nacional está sobrepasado. Desde la Delegación del Gobierno en Canarias han señalado que ''se están poniendo en marcha todos los recursos para agilizar el procedimiento de derivaciones y se están realizando reseñas inmediatas a las personas más vulnerables''.

En estas dos jornadas, la ruta ha sumado una nueva tragedia. Una niña de siete años murió al volcar la neumática en la que intentaba llegar a Lanzarote con su madre, tal y como confirmó Cruz Roja a esta redacción. Según el testimonio de su madre, la superviviente tenía atada a la menor a su cuerpo con un pañuelo, que se desató por un golpe del mar.

Otro menor de la misma barcaza permanece ingresado en estado crítico en un hospital de Gran Canaria. El niño tiene seis años y llegó a puerto con signos de hipotermia y con un golpe en la cabeza. Según fuentes sanitarias, su madre ha podido acompañarlo. ''Llegó al muelle con una fuerte crisis de ansiedad'', cuentan fuentes encargadas de la asistencia a los migrantes.

Fuentes sanitarias han señalado además que muchas de las personas atendidas en estos días tenían heridas graves en los pies. ''Hay un tipo de quemadura química que se produce por la mezcla de gasolina y agua salada. El combustible que usan este tipo de embarcaciones tiene un plomo tan tóxico que ni siquiera se puede vender en Europa'', añaden las mismas fuentes.

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