JORNADAS CONECTA CANARIAS-EUROPA
El experto en gestión empresarial Pedro Calero asegura que el turismo en Canarias “no sería nada” sin las personas migrantes
El director del Experto Universitario en Gestión Empresarial Inteligente e Innovadora y profesor de la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote, Pedro Calero, ha afirmado este martes que el sector turístico en Canarias “no sería nada sin los inmigrantes”.
Calero ha ofrecido la ponencia Emprendimiento e innovación entre la población inmigrante en el sector turístico de Canarias, en el marco de la jornada sobre Migración y asilo en el espacio Schengen organizada por el Parlamento de Canarias.
En ella ha hecho hincapié en la capacidad que en general tiene la población migrante para emprender, enfocada de una forma mayoritaria en el sector de la hostelería y la restauración, además del comercio.
Ha puesto sobre la mesa un dato: el 32% de las licencias de restaurantes en Canarias son solicitadas por extranjeros, “y quizá el porcentaje sea incluso mayor”.
Por lo general, estas personas comienzan trabajando como ayudantes de cocina, como “freganchines”, mientras aprenden lo que necesitan para montar su propio negocio.
“Vienen a corregir muchas ineficiencias. Sin empresarios inmigrantes muchas veces el sector turístico no se desarrollaría siquiera”, por ejemplo los restaurantes en las zonas turísticas: de no ser por este tejido emprendedor inmigrante sería muy complicado“, ha reflexionado.
Pedro Calero ha abundado en que el turismo en Canarias “está sostenido” por personas migrantes, y ha abogado por fomentar y aprovechar esa capacidad de empredimiento por su formación en sus países de origen, pero, sobre todo, por su experiencia en su periplo migratorio: ven oportunidades de negocio que los locales no ven.
El Experto Universitario en Gestión Empresarial Inteligente e Innovadora ha realizado un estudio, en el que se hace hincapié en el problema de escasez de mano de obra en el sector turístico en las islas y la absorción de trabajadores foráneos.
En este punto, Pedro Calero ha indicado que en Lanzarote se prevé abrir un nuevo hotel con 1.400 camas y que necesita a 400 trabajadores “para empezar”, y sin embargo “no va a haber población local para asumir esos puestos”.
Ha añadido que la actividad turística ofrece salarios que para “muchos” de los migrantes son “bastante positivos” en comparación con sus lugares de origen, sin con ello pretender “esconder la precariedad” que existe en el sector.
Pero es que además el sector “necesita de personas con capacidad de entender el mundo más ampliamente que alguien local, que ha viajado menos”.
“En general, el sector está necesitado básicamente de inmigrantes como empleados y como emprendedores, necesita determinados negocios que el tejido empresarial local no es capaz de desarrollar”, ha afirmado.
En el trabajo desarrollado por el Experto Universitario en Gestión Empresarial Inteligente e Innovadora se analizan las razones por las que una persona migrante decide emprender, y la primera es una cuestión de “necesidad: muchos se han visto abocados a tener su negocio porque están bloqueados en el mercado laboral, incluso con titulaciones importantes en sus países de origen, por problemas de homologación”.
Luego están quienes lo hacen porque “han visto otro tipo de funcionamiento de empresas en otros lugares, necesidades cubiertas en otros sitios”.
También se analizan “los rasgos de personalidad” de la población migrante y de los emprendedores, que “suelen coincidir bastante”, pues los primeros “se han jugado la vida para mejorar, salen de su país sin saber qué se van a encontrar: asumen muchos riesgos”.
Las “redes sociales” en sentido estricto, no las virtuales, son también “un elemento clave” en el desarrollo del emprendimiento de la población inmigrante, pues ante los “problemas” que encuentran a la hora de buscar financiación acaban acudiendo a compatriotas, sobre todo chinos e indios, y también tienen acceso a “mano de obra leal y en muchas ocasiones barata”.
Estas redes se suelen concentrar en negocios determinados, lo que en un principio puede ser una ventaja pero a la larga acaba siendo un inconveniente.
El estudio ha detectado dos tipos de negocios: aquellos que copian de compatriotas que se implantaron antes en zonas turísticas, que suelen ser de más edad y optan por el modelo de “autoexplotación”; y los que innovan, por lo general gente más joven y con “más ganas de integrarse” en la cultura local.
Este tipo de emprendedores tienen otras ventajas competitivas, como mantener vínculos con sus países de origen, lo que les ayuda a tejer redes internacionales, pero también desventajas, como la barrera idiomática, y aquí es donde italianos o latinoamericanos lo tienen más fácil.
Como reflexión, Pedro Calero ha invitado a administraciones públicas y otras instituciones, como cámaras de comercio, a adecuar la formación a los emprendedores inmigrantes, y también los bancos para adecuar sus programas de financiación.
Asimismo, ha aludido a otro estudio del grupo de investigación del Experto Universitario en Gestión Empresarial Inteligente e Innovadora en el que se concluye que la llegada de pateras y cayucos “no espanta” a los turistas.
Antes al contrario, “muchas veces” estos turistas “no se enteran” del fenómeno migratorio y “normalizan” que “la mayoría” de las personas que los atienden durante su estancia en las islas “son inmigrantes”.
“No pierde autenticidad el destino porque el turista sea atendido o el negocio sea regentado por inmigrantes”, ha cerrado.
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