Ciudadanos rechaza al exdelegado del Gobierno en Canarias por su pasado ligado al exministro Soria

Enrique Hernández Bento.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

Haber sido la mano derecha de José Manuel Soria en el Ministerio de Industria no es la mejor tarjeta de presentación para iniciar una carrera política por su cuenta y riesgo. Eso es lo que le ha sucedido en poco más de 24 horas acaloradas de agosto a quien iba a ser el candidato de Ciudadanos a alcalde de Las Palmas de Gran Canaria en 2019, Enrique Hernández Bento. Lo tenía pactado desde mayo y ahora ya no es ni militante de base del partido.

En una reacción sin precedentes al publicar Canarias Ahora la operación diseñada por un alto cargo naranja en las Islas mandatado por la secretaría nacional de Organización, el partido presidido por Albert Rivera rechazó este miércoles por la tarde la inscripción de Hernández Bento como militante. Bento se había dado de alta en julio, como él mismo reconoció el miércoles por la mañana a Efe tras publicarse su fichaje en este periódico y provocar un escándalo de Las Palmas a Madrid.

Al exdelegado del Gobierno del PP en Canarias le ha pesado que su nombre saliera a la palestra vinculado a José Manuel Soria, ejemplo de político mentiroso, con empresas opacas en paraísos fiscales y hasta vividor por la polémica de las escoltas hasta su hotel de vacaciones. Mucho más que el hecho de que Bento se haya enfrentado en su última etapa a Soria y su herencia dentro del PP, donde el ahora rechazado por Ciudadanos llegó a optar a la presidencia regional y perdió.

El fichaje de Enrique Hernández Bento, decidido desde mayo, formalizado en julio [el 1 de agosto, según C´s] con su alta en el partido para pasar el periodo de seis meses de prueba, y finalmente revocado este miércoles por las malas apariencias de su pasado con Soria, no solo sentó como una mancha imborrable en el aparente impoluto cartel nacional de Ciudadanos, alarmado y cuestionado por ello, sino a cuerno quemado en la militancia y cargos públicos naranjas del Archipiélago.

Este jueves, en rueda de prensa, la portavoz regional y diputada nacional, Melisa Rodríguez, confirmaba oficialmente la revocación del alta de Hernández Bento, sin desvelar los motivos. “Son secretos” entre el aspirante a militante y el partido, dijo. Al respecto, este diario ha podido saber que el rechazo se justifica por “ocultar su pasado político”. El que todo el mundo político y mediático en Canarias conocía.

La medida ha sido cortar por lo sano, dejar fuera a Bento, único fichaje de los que participan en el desembarco que se había dado ya de alta en el partido. Y de inmediato, lanzar el mensaje de que todo ha sido una “noticia falsa”, con la tropa de trollers en redes dando bombo y platillo a lo que sentencie un político al que le han trastocado los planes y el calendario. Y la imagen de su partido.

Porque el calendario de lo que en clave naranja se entiende como un refuerzo de su marca cara las elecciones locales canarias de 2019 sigue adelante, ya sin Bento. Hasta este otoño hay y sigue habiendo margen para el resto de fichajes, con vistas a las primarias innecesarias de mayo de 2018, por no sobrepasar los 400 afiliados. Deben afiliarse seis meses antes para poder optar a una lista electoral.

Oficialmente, Ciudadanos solo reconoce que sus contactos con la otra parte fundamental de la operación, el expresidente del Cabildo de Gran Canaria José Miguel Bravo de Laguna y su hijo Lucas Bravo, son “para hablar de política en general”. Sin embargo, las fuentes consultadas por Canarias Ahora sostienen que sigue la hoja de ruta con los Bravo, a expensas de cómo integrar su partido local, Unidos por Gran Canaria, en la organización. Tendrá que disolverse.

Hernández Bento era para Ciudadanos un cartel de cierto tirón electoral, sobre todo entre las bases del PP isleño que le apoyaron en su confrontación con Asier Antona, relevo de José Manuel Soria en la presidencia del partido, y los sectores que no comulgan con quien le ganó las elecciones internas en el PP canario.

Pero en realidad, quien sí tiene detrás un respaldo de votos importantes para Ciudadanos y es por tanto la pieza más apetecible es José Miguel Bravo de Laguna. Escindido del PP en 2015, llegó a restarle tantos votos al PP con su Unidos que hizo perder a la derecha la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria y la presidencia del Cabildo de Gran Canaria. Ahora están en manos de PSOE y Nueva Canarias, respectivamente, en sendos pactos con las marcas de Podemos.

Bento ya es historia efímera de Ciudadanos. Le han revocado su afiliación. No llegó ni a un amor de verano. Pero el calendario de movimientos preelectorales cara la cita de 2019 continúa y, al igual que la expresidenta del PP de Fuerteventura Águeda Montelongo seguía estando en el ajo hasta hace escasas horas, otros líderes locales con peso institucional y electoral en municipios relevantes de las Islas se han acercado a la mesa de negociación naranja.

No en vano, Ciudadanos se llevó en 2015 un batacazo en Canarias, al no entrar en el Parlamento de Canarias por la ley electoral a pesar de sus más que dignos 54.000 votos, y tampoco en el Cabildo de Gran Canaria. Solo logró representación testimonial en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el que pretendía relanzarse con Hernández Bento, y otros municipios menores.

Esas incorporaciones le garantizaría al partido un mayor peso político en las instituciones locales. Salvo que por la escandalera montada por el caso Bento, ahora empiecen a poner a remojar sus barbas los hasta hoy compañeros de viaje.

A raíz de la publicación de esta información, el gabinete de prensa de Ciudadanos en Canarias se ha puesto de nuevo en contacto con este diario para, en esta ocasión, sostener que nadie de la dirección nacional ha autorizado ninguna reunión con Hernández Bento. Como mantienen las fuentes consultadas por Canarias Ahora.

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