“Agresiones, amenazas, extorsión y hasta el cierre de su empresa” son las calamidades que viene sufriendo en su casa y en su trabajo María Pérez Martel y su familia desde el año 1997, según ella misma describe. Este infierno lo provocan, según María, parte de los antiguos mandatarios municipales de Telde. El miércoles de la pasada semana, la paciencia de esta vecina de Lomo Magullo se agotó. Esa mañana, la fachada de su casa y el camión de su empresa aparecieron con pintadas y con las ruedas rajadas.
María quiere que sea vox populi, “de una vez por todas, la metástasis del cáncer de la corrupción”, que dice existe en su municipio. Y lo hará, asegura, “con nombres, apellidos y documentos”. Está dispuesta a “tirar de la manta” y destapar a sus hostigadores. “No puedo decir que son estos políticos porque no los vi con el spray en la mano, pero estoy segura de que sí lo son y quiero que un juez lo corrobore”.
Las pintadas y los desperfectos en el camión son sólo uno más de los innumerables ataques que asevera haber sufrido la familia Pérez Martel. “La persecución comenzó en el año 97 y las causas son de oscura justificación”, relata María. “Además, conservo todos y cada uno de los documentos que justifican las acusaciones y denuncias que hago, porque hablo con conocimiento de causa”, asegura.
Esta vecina de Telde, tal y como reza en las alegaciones y escritos presentados en el Ayuntamiento, acusa a personas concretas como “presuntos autores” del acoso que sufren ella y su familia. José Luis Mena, ex jefe de los Servicios de Ordenación Territorial de Telde; Benito Guillermo Reyes, ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Telde; Francisco Agustín Valido Sánchez, alcalde de Telde en 2004; y Miguel Lozano Sánchez, funcionario del Ayuntamiento de Telde, son las personas señaladas.
“Quieren aburrirme y hundirme en la miseria para que me vaya de mi casa y cierre mi empresa”, declara María. “Toda esta extorsión que estamos padeciendo tiene que ver con intereses urbanísticos, prevaricación y tratos de favor a algunas personas que son amigas de ciertos ex cargos políticos. El ejemplo más claro es el cierre de mi empresa, Artesanos del Metacrilato S.L., en 2004”, asevera.
María Pérez Martel afirma que el principio de esta historia está en el interés de José Luis Mena y Benito Guillermo Reyes en sus propiedades. A partir de aquí, como relata ella misma, “el resto de personas se ven implicadas como conspiradores”. Según atestigua el escrito presentado en el Ayuntamiento de Telde, con fecha de 26 de junio de 2006, Reyes -entonces concejal de Urbanismo- modificó en 2004 el Plan de Ordenación Urbanística aprobado en 2001,dejando fuera de ordenación la vivienda de María Pérez.
Una historia de varios años en la que se implica a mucha gente
Estos hechos fueron puestos en conocimiento de Francisco Agustín Valido Sánchez, por entonces -2004- alcalde del municipio, según relata el citado escrito presentado ante el conisistorio. “Mientras estaba hablado con él, se presentan en mi casa y me cierran la empresa -sita en un local que pertenece a la misma vivienda- por carecer de la licencia necesaria para ejercer la actividad que realiza”, cuenta María.
“Y el señor Valido me justifica que él no puede hacer nada porque si esa orden se ha dado es porque lo ha hecho Miguel Lozano Sánchez y éste es el abogado del Ayuntamiento”, cuenta esta vecina de Telde y así figura en el documento que presentó ante el propio Consistorio. Este documento dice también que María solicitó la revisión de esta actuación y sus expedientes “resultaron estar en el despacho personal de Miguel Lozano Sánchez, fuera del Ayuntamiento, por lo que allí no rezaba nada”, continúa la afectada.
“Quise asegurarme de que José Luis Mena conocía mi caso y cuál iba a ser su respuesta. Pero no quiso reunirse conmigo y con mi representante legal” -cuenta la dueña de la empresa Artesanos del Metacrilato S.L.- “y nos envía, para colmo, a un abogado de disciplina urbanística que pretende que acepte la presentación de la misma licencia de mi empresa, bajo otras condiciones para olvidar lo ocurrido”.
María Pérez Martel expone que no aceptó esas condiciones y que, “tras muchos trámites y dinero”, ha logrado volver a abrir su empresa, pero “las amenazas y la extorsión continúan”. “No voy a parar hasta que estas personas paguen por lo que le han hecho a mi familia y a mí” cuenta indignada. “Soy fuerte y voy a luchar porque mi empresa siga hacia delante y que dejen en paz mis propiedades. Sólo quiero vivir tranquila”.