El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), Fernando Fraile, ha advertido este lunes de que, si la protección del Oasis de Maspalomas como bien de interés cultural da lugar a indemnizaciones a las empresas afectadas, estas las pagarán “todos los canarios”.
“Mucho me temo que al final las terminaremos pagando entre todos”, ha subrayado Fraile, quien ha agregado que el Gobierno de Canarias es el que ahora tiene en sus manos “la posibilidad de rectificar el error que cometió, en su momento, el Cabildo de Gran Canaria, con la creación de ese BIC en el sur de la isla”.
En su opinión, el Ejecutivo regional debe permitir que una compañía -en este caso la cadena balear Riu- “con su pleno derecho pueda hacer el hotel que pacten o que crean conveniente en la zona. Lo que si es una verdad es que, si al final hay que abonar alguna indemnización, seremos todos los canarios los que las vamos a pagar”, ha concluido Fraile.
Gamberrismo en el sur grancanario
Por otro lado, Fernando Fraile ha denunciado problemas de gamberrismo que afectan al sector turístico en el sur de Gran Canaria y que, en su opinión, deben ser atajados antes de la campaña de verano.
Fraile ha alertado de que muchos jóvenes residentes, tanto de la zona como de la capital, han tomado este destino turístico como un “banco de guerra”, en el que hay destrozos en las calles, ruidos de coches por la noche y vehículos mal aparcados que impiden el giro de las guaguas turísticas, un camión de bomberos o de una ambulancia.
“Hay que tener cuidado y no basta con que el visitante esté satisfecho con el hotel y los servicios, sino también con el trato que reciben de la población del destino turístico. Ahí hemos dejado bastante que desear en este gran puente de Semana Santa”, ha subrayado.
Fernando Fraile ha dicho que dispone de fotos de que un coche fue quemado, árboles recién plantados fueron arrancados, extintores de los apartamentos se vaciaron en los vehículos y que coches con música elevada están hasta las 5.00 de la madrugada en las puertas de los complejos.
“Son cosas que los jóvenes hacen cuando toman copas más de la cuenta y no reparan en que la isla vive de los turistas que, además de venir a divertirse, también quieren descansar”, ha concluido Fraile.