Cierra el McCarthy’s, gracias por todo
Son épocas de mucha incertidumbre en el tan convulso mundo de la hostelería, y aunque en Canarias no estamos viviendo los confinamientos o cierres que sí se están dando en la península, son muchos los establecimientos que están cerrando sus puertas o cambiando de manos.
Y son las zonas comerciales abiertas de la isla las que más están sufriendo dicho trasiego de cierres o traspasos en el mejor de los casos. Ahora le ha tocado a un establecimiento mítico de la ciudad, el McCarthy’s, que llevaba décadas dando de comer y de beber tanto al público local como al foráneo. Este miércoles 3 de noviembre, cuando medio mundo miraba hacia Estados Unidos para conocer quién será el nuevo presidente de una de las naciones que marcan el tiempo económico mundial, la casa “irlandesa” con más arraigo de la capital grancanaria se despedía con un “gracias y hasta siempre”. Lo hizo como mandan los cánones del siglo XXI, que no por habituales dejan de ser menos fríos, a través de una publicación en Facebook que se ha convertido en viral y que nos ha dejado a muchos huérfanos de sus recuerdos.
No les mentiré contando que se ha ido una casa que echaremos de menos por sus platos, porque no es así, pero es que tampoco le hacía falta. El McCarthy's era mucho más que una cocina, era parte de la ciudad y de la gente que la habita. Para muchos empleados de la zona de Triana, los menús del McCarthy’s eran la excusa perfecta para hacer una pausa en su jornada laboral. Conversar con Ramón y su siempre eterna sonrisa nos ayudaba a resetear y volver al trabajo con más fuerza. Dentro para comer y fuera para beber era el lema de los que lo frecuentábamos, entre los que me encuentro, ¿quién no ha entrado alguna vez en horas intempestivas porque era el único sitio que no cerraba la cocina y siempre había algo que echarse a la boca? Mientras escribo estas líneas me viene a la mente su sándwich mixto con papas fritas, ¿what else?. Ir por la mañana cuando aún montaban la terraza y le pedías que te hicieran ese café que te sabía a gloria antes de comenzar la jornada mientras comentabas con ellos los resultados de cualquier cosa.
Pero ahora de nada vale lamentarse, lo que tenemos que hacer es recapacitar todos sobre por qué se ha llegado a esta situación. Me viene a la mente esa frase que se suele decir en ocasiones: “qué bien se muere la gente en España”, porque en los velatorios siempre contamos lo maravillosa que era la persona en cuestión. Y a día de hoy, la hostelería tradicional agoniza, somos muchos los que nos hemos olvidado de ella en busca del nuevo cocinero de vanguardia o los platos más codiciados de esa casa con eterna lista de espera. Y algo está pasando en nuestra ciudad cuando en un mismo año se nos cierran las puertas de sitios como Casa Ricardo con sus inolvidables perritos calientes, las pizzas de la Pizzería Real o ahora el McCarthy’s. Pero yo no le voy a echar la culpa a lo más fácil, la pandemia, las razones son mucho más complejas. Si hablamos del hostelero, su culpa es no adaptarse a los nuevos tiempos evolucionando hacia lo que la sociedad demanda. Si hablamos del comensal, no olvidemos esas casas de comidas y bares de barrios que siempre han estado para darnos de comer, porque ahí está la base para que todos podamos crecer.
McCarthy’s, Casa Ricardo, Pizza Real y otros tantos más, permítanme que les pida perdón. Perdón por el snobismo de este que se dedica a escribir y contar la gastronomía que se encuentra en el camino, por haberme olvidado de ustedes. Prometo hacer propósito de enmienda y buscar por las calles de nuestras ciudades del archipiélago canario esos rincones que tienen lo más importante: alma, con ganas de darles la voz que se merecen. A usted que me está leyendo permítame darle un consejo, no deje para mañana la visita a ese bar de la esquina o casa de comida que tanto le gusta; si no los apoyamos ahora quizás ese mañana sea tarde, o peor aún, nunca llegue.
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