Lo buscaban en Peña La Vieja y aparece en El Rincón

Diana Mendoza / Diana Mendoza

Francisco (nombre ficticio utilizado para preservar su intimidad) caminaba con la ropa mojada, -la camisa desabrochada a la altura del pecho y apretando contra su cintura el pantalón chorreando que colgaba hasta sus tobillos-, cuando fue visto por un policía que salía de hacer su turno en la sala de emergencias de la Comisaría Central de Las Palmas. No podía creer que frente a su coche, que conducía en dirección al barrio de Guanarteme, estuviese cruzando el hombre al que llevaban buscando toda la madrugada. El agente paró su vechículo en un lado de la carretera y pudo comprobar que su aspecto físico se ajustaba a la descripicón del desaparecido. Rápidamente lo perdió de vista puesto que el individuo se metió corriendo en las naves abandonadas que hay al lado de la carretera, en la zona de El Rincón.

Francisco había puesto en pie desde las tres de la madrugada a todos los efectivos de seguridad y emergencias de la capital grancanaria después de que sus compañeros de piso llamaran alertados al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad CECOES 1-1-2 comunicando que su amigo, según informan fuentes policiales, víctima de un ataque de ansiedad, intentaba arrojarse desde el sexto piso de un edificio en la zona de Las Canteras.

Tras esta llamada, el 1-1-2 activó de inmediato los recursos de emergencia necesarios informando de esta incidencia, en un primer momento, a la Policía Local, a la Policía Nacional y a los Bomberos. Tras este aviso, una unidad de la Policía Nacional que se encontraba en la zona se desplazó al lugar, pero al acceder al interior de la vivienda, los familiares les comunicaron que, tras impedirle que se arrojara al vacío, Francisco había abandonado la casa en dirección a la playa.

Se activó, entonces, un dispositivo de búsqueda en la playa de Las Canteras, y tras un breve rastreo, los agentes localizaron al hombre dentro del mar en la zona conocida como Peña La Vieja.

Tras este hallazgo, el 1-1-2 trasladó la alerta a Salvamento Marítimo que puso en marcha un operativo de búsqueda con un helicóptero INER y una embarcación. Durante aproximadamente una hora y media se llevaron a cabo labores de rastreo sin éxito, por lo que se pensó que el cuerpo podría haberse desplazado hacia la zona norte. A continuación, se solicitó la ayuda de los efectivos del puesto de la Guardia Civil de Arucas para que que colaborasen en el rescate.

Habían transcurrido ya varias horas sin encontrar a Francisco, por lo que los efectivos de Salvamento Marítimo determinaron que era necesario dar aviso al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, los GEAS, para que estuvieran preparados porque la búsqueda se había complicado más de lo que preveían inicialmente.

“Un náufrago sano y salvo”

Finalmente, este aviso no llegó a activarse puesto que alrededor de las siete de la mañana se recibió una llamada que pondría fin a todas las operaciones emprendidas. Era la llamada del agente de sala que conocía con detalle toda la historia de Francisco, desde el principio, con su intento de lanzarse al vacío a primeras horas de la madrugada. No pensaba que él, que había seguido toda la historia a través de la centralita, fuese a ser el agente que pusiera fin a la operación, comunicando el hallazgo fortuito del naúfrago, sano y salvo, tras salir del mar por sus propios medios, en El Rincón.

Tras este último aviso, los agentes de la Policía Nacional, varios efectivos de la Policía Local y una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario se desplazaron hasta la zona dónde sorprendieron al hombre en el interior de una chabola. Se encontraba en buen estado de salud, pero muy alterado. Tras dialogar con él los agentes consiguieron que accediese a ser trasladado al Hospital Doctor Negrín.

Francisco ha conseguido poner a prueba, una vez más, la eficiencia de los cuerpos y fuerzas de seguirdad del Estado, que han invertido toda la madrugada en su búsqueda infructuosa. Por el momento, los cuerpos y fuerzas de seguridad no han procedido a su detención, puesto que según fuentes policiales, “los intentos de suicidio no constituyen una acción delictiva”.

Las fuentes policiales consultadas han precisado también que no van a emprender ningún tipo de acción punitiva contra él, pese al alto coste humano y de medios técnicos que ha supuesto lo que ellos llaman, no un rescate, sino “un auxilio humanitario generalizado”, con la utilización de un helicóptero -cuya hora de vuelo cuesta como mínimo 950 euros-.

Por el momento, el hombre permanece ingresado en la Unidad de Urgencias a la espera de determinar cuál es su patología.

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