El caos en Urgencias obliga a Sanidad a abrir todas las plantas del Hospital Doctor Negrín
“El maremoto ya llegó. Ahora solo se puede achicar agua”. Con este símil define un trabajador del Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria las medidas adoptadas por la gerencia del complejo para atajar el colapso en Urgencias. Con la finalidad de dar respuesta a los picos asistenciales de las últimas semanas y a la espera de que la gripe entre en fase de epidemia en las Islas, la dirección del centro ha habilitado el ala derecha de la segunda planta, un espacio que permanece cerrado la mayor parte del año y que está reservado, con su treintena de camas, a resolver las contingencias que surjan. Esta medida se une a la apertura de la cuarta planta, la de transición, las 24 horas. “Es la primera vez que pasa”, dice otro sanitario en referencia al uso simultáneo de ambas estancias para aliviar el caos. No hay más camas disponibles en todo el recinto, una situación que califican de extraordinaria.
La imagen del servicio de urgencias desbordado, con pacientes postrados en camillas a ambos lados del pasillo o conectados al suero en sillas, se ha repetido en el servicio de Urgencias en estos primeros días de año, como se puede apreciar en el vídeo que acompaña estas líneas, grabado el pasado viernes durante uno de esos picos de afluencia.
La presión asistencial, que de media se sitúa en unos 250 pacientes por día en este complejo hospitalario, llegó a superar los 330, según ha informado a este periódico la Consejería de Sanidad, que sitúa la tasa de ingreso hospitalario procedente de Urgencias en el 10% del total (unos 25 pacientes por día), aunque, en los momentos de mayor afluencia, alcanza el 12%. “Se han alcanzado cifras de hasta 100 ingresos hospitalarios”, afirma.
Los trabajadores llegaron a cuantificar la pasada semana hasta 69 pacientes a la espera de cama, pendientes de ingreso en planta o de una derivación hacia una clínica concertada o un centro sociosanitario. Según la plataforma Mueve el Negrín, cada día amanecían en los pasillos una media de 20 pacientes sin camas y el tiempo de estancia se disparaba hasta las ocho horas. Ni siquiera la apertura, el 11 de enero, de una nueva área de observación con 28 boxes ha logrado desahogar las urgencias.
La situación ha llevado a los profesionales a una situación límite. Una enfermera del servicio expresaba a este periódico la impotencia que sentía al ver cómo un paciente de 90 años permanecía más de 13 horas en una camilla esperando a ser ingresado en planta, cómo tenía que buscar “por todos los rincones” material básico con el que atenderlos o cómo una compañera abandonaba el servicio entre lágrimas por la frustración.
La apertura de todas las plantas -y camas- del hospital y las contrataciones temporales para cubrir el incremento de demanda tratan de mitigar este colapso. La gerencia del Hospital Negrín señala que, en el marco del Plan de Contingencias de Urgencias, ha contratado en las últimas fechas a tres médicos (dos de ellos pendientes de incorporación), 36 enfermeros, 36 auxiliares de enfermería, un técnico de Radiología, 20 celadores y un informador de Urgencias. Y añade otras medidas como la utilización de la Hospitalización a Domicilio (HADO) desde el servicio, además de “potenciar las altas hospitalarias, ambulatorizar los procesos hospitalarios, adecuar el parte quirúrgico...”
Este lunes la situación era de relativa calma, pero los trabajadores esperan nuevos repuntes como consecuencia de la epidemia de gripe. Según las fuentes consultadas, en las 28 camas de la segunda planta del hospital, abierta estos días de manera excepcional, se concentran, sobre todo, pacientes de entre 80 y 90 años. “Solo tres o cuatro tenían menos edad”, señalan.
Desde la plataforma Mueve el Negrín consideran que los datos reflejan la “inutilidad” de adoptar las “medidas de acogida” que defiende el consejero de Sanidad, José Manuel Baltar. “El problema es de accesibilidad al sistema sanitario, de prevención y de políticas proactivas al paciente crónico, mayor, de atender a los determinantes de salud, las causas de enfermedad en Canarias, donde son alarmantes los niveles de obesidad, diabetes o los factores de riesgo cardiovascular. Seguimos sin el Plan de Salud que iban a sacar antes de diciembre. Seguimos improvisando”, sostiene un portavoz de este colectivo.
En la misma línea se manifiesta Asaca (Asociación Sindical Autónoma de Canarias). El sindicato valora los esfuerzos realizados para tapar los agujeros, tanto por parte de la gerencia del Negrín, para abrir todas las camas y contratar personal, como de la dirección de área de Gran Canaria, para agilizar la derivación hacia centros concertados. Sin embargo, cree que las medidas debieron llegar antes y sigue demandando, al igual que Mueve el Negrín, una consignación presupuestaria suficiente para proveer al hospital de una plantilla de refuerzo estable para hacer frente a cualquier imprevisto durante todo el año. En estos momentos, su dotación se limita a dos enfermeros y dos auxiliares para todo el complejo. Asaca se pregunta qué pasará después del 31 de enero, cuando finalicen los contratos de los trabajadores incorporados para aliviar el colapso en el complejo hospitalario.
El sindicato también reclama un refuerzo durante las tardes, noches y fines de semana para servicios como el de rayos, el de laboratorio o, incluso, para el banco de sangre, que se ven desbordados ante el aluvión de pacientes.
Plan de choque del PSOE
En el terreno político, el PSOE anunció este lunes que en el próximo pleno del Parlamento de Canarias presentará una propuesta “con medidas de aplicación inmediata” para dar salida a “la situación límite” de los servicios de urgencias en Canarias. El grupo socialista ha pedido al Gobierno de Canarias que informe de los colapsos en el Negrín y en el Hospital Universitario de Canarias (HUC).
Entre estas medidas plantea un aumento de la plantilla de médicos y enfermeros, un incremento de camas en las urgencias, “la puesta en marcha de protocolos de actuación para mejorar la gestión de disponibilidad de camas en los hospitales” o el suministro de material “adecuado y suficiente” para procurar una atención digna a los usuarios.
El plan de choque del Grupo Socialista también incorpora propuestas dirigidas a reducir los tiempos de espera en la Atención Primaria a demanda, reduciendo los cupos asignados a los equipos (médicos y enfermeros) o aumentando los horarios de atención y los turnos. La iniciativa se completa con “el desarrollo de un plan de formación continua en triaje a todo el personal de Enfermería de las urgencias, el impulso de una correcta reorientación de la demanda asistencial para mejorar los resultados en salud a la población o el impulso del desarrollo efectivo de las acciones contempladas en el Plan de Urgencias Sanitarias”.