Sanidad permite a su ex asesor jurídico incumplir el contrato de la hemodiálisis
La nueva adjudicación del servicio de hemodiálisis de los hospitales Doctor Negrín, de Gran Canaria, y Doctor José Molina Orosa, de Lanzarote, comienza con la misma polémica y mal pie que han tenido tanto su tramitación como el anterior concurso anulado que acabó con una causa por presunta corrupción, el caso Lifeblood.
Ahora, tras ganar a cara descubierta este contrato el ex asesor jurídico del Servicio Canario de Salud Javier Artiles, tapado y cerebro gris en el procedimiento de 2010 con Lifeblood, y contratar previamente al exgerente del SCS en la etapa del PP y Lifeblood, Guillermo Martinón, Sanidad permite a su empresa, Avericum, incumplir las condiciones de puesta en marcha del servicio reinterpretando los plazos fijados en el concurso.
Los pliegos de cláusulas administrativas indican que el contratista debe iniciar la prestación del servicio “en el plazo máximo de 60 días” desde la firma, que fue el 11 de septiembre, y en esos dos meses acondicionar el local según las condiciones fijadas en el concurso, previa puesta a disposición de las instalaciones por parte de la Administración sanitaria canaria.
Este incumplimiento conllevaría la anulación del contrato, pero desde el Servicio Canario de Salud fuentes autorizadas mantienen que los plazos no han empezado a contar porque no se ha puesto a disposición de Avericum las instalaciones del Doctor Negrín donde se ubican las tres salas de hemodiálisis, gestionadas todavía por la adjudicataria de 2004, Baxter.
Esa lectura de Sanidad favorable a su contratista es cuestionada radicalmente en el sector empresarial por parte de licitadoras perjudicadas en este concurso, ya que desde el 11 de noviembre pasado, al no estar operando Avericum en las instalaciones del Negrín con las nuevas condiciones fijadas en el contrato público, se habría incurrido en incumplimientos.
La administración sanitaria, por contra, ha abierto un expediente nuevo a modo de “periodo transitorio” entre un contrato y otro, con el traslado de los casi 250 pacientes a clínicas de Avericum en Melenara (Telde) y Meloneras (San Bartolomé de Tirajana) y a un local en Guía, todavía pendiente de acondicionar, y adscrito a las unidades del Doctor Negrín.
Este “tránsito hacia la ejecución del contrato”, como la define el Servicio Canario de Salud, es justificada porque “Baxter [adjudicataria ahora de un servicio por nulidad, desde ese 11 de noviembre pasado] no puede coger los bártulos e irse, Avericum debe cumplir con las nuevas condiciones, y la cuestión es dónde dializamos en lo que se hacen las obras”.
Así, la decisión tomada desde hace meses por Avericum y Sanidad es el traslado de estos pacientes frente a la posibilidad de acondicionar salas del Negrin mientras en las otras se siguiera dializando, “una medida que se valoró y se decidió que no era lo más conveniente por razones de seguridad y salud”, aunque son tres salas independientes una de otras. Otras licitadoras tenían previsto una gran inversión para ejecutar en un fin de semana las obras mínimas necesarias e iniciar el servicio sin tener que trasladar a los pacientes del Negrín.
Riesgos y sobreesfuerzos laborales
Sin embargo, los planes de Sanidad son llevar a cabo los traslados en enero, a la vuelta de las vacaciones navideñas “porque ahora son fechas más complicadas para los pacientes”; así Baxter seguirá un mes más dializando. Y será un traslado complicado y costoso: la Mesa de Transporte creada al efecto ya repara en el alto gasto que supondrá para la administración pública, a la vez que expertos nefrólogos consultados por Canarias Ahora cuestionan que estos traslados sean lo más adecuado para la seguridad y la salud de los pacientes, por los cambios de clínicas, médicos, auxiliares, rutinas y horarios de sus largas sesiones de diálisis.
Es más, de momento, el local previsto en Guía no ha superado las condiciones mínimas para su puesta en funcionamiento según las últimas visitas giradas por una comisión para puesta en funcionamiento del servicio, y en el sector se teme que Avericum haya decidido doblar el trabajo a los seis médicos y casi la veintena de auxiliares que tiene en sus clínicas de Telde y el Sur, adscritas al servicio del Área Sur de Gran Canaria, con la organización de un tercer turno de diálisis entre las 7 de la tarde y las 11 de la noche. Hasta la fecha se dializa en la isla en dos turnos, entre 8 de la mañana y 7 u 8 de la tarde.
Las fuentes oficiales del Servicio Canario de Salud han asegurado, por el contrario, que la administración sanitaria velará porque Avericum refuerce con más médicos y sanitarios el aumento de pacientes, más del doble de los que atiende en la actualidad en Melenera y Meloneras con los traslados previstos para después de Reyes, que hace una semanas se intentaba ejecutar en estas primeras semanas de diciembre. Serán unos 450 pacientes y con los seis facultativos y menos de 20 ATS del Área Sur sería clínicamente imposible atender con garantías a los pacientes.
Sin acceso al local de Lanzarote
En Lanzarote, además, los incumplimientos del contrato son más evidentes, ya que en su oferta ganadora, Avericum fue premiada con dos puntos más al asegurar que pondría en 45 días en marcha el servicio desde la firma del contrato. El plazo venció el 26 de octubre, y el local que debía acondicionarse en el Hospital Doctor José Molina Orosa no ha superado, al igual que el centro de Santa María de Guía adscrito al Doctor Negrín, las inspecciones de los facultativos integrantes de la comisión de puesta en marcha.
El Servicio Canario de Salud niega que existan “informes negativos” sobre estos locales por parte de las correspondientes comisiones, cuestionando la disposición del interior de los mismos, los suministros de agua o los accesos, pero sí admite que “se están valorando, son centros autorizados, y se están resolviendo entre la contrata y la comisión”.
En las últimas semanas, incluso, la empresa adjudicataria ha impedido a los responsables de este servicio de nefrología en Lanzarote acceder a las instalaciones reformadas por la firma de Javier Artiles Camacho, según han confirmado a este periódico fuentes del sector. En el Servicio de Salud se mantiene que “estamos cruzando conversaciones [con Avericum] para verificar de quién es la responsabilidad” de no haber inaugurado la unidad lanzaroteña.