Termina la huelga de hambre a favor de Hassanna

Hassanna Aalia en la puerta del Ministerio de Interior.

Federico Echanove

Madrid —

“Hemos demostrado que un grupo de gente concienciada puede hacer cositas por esta causa si se lo propone”, nos cuenta un satisfecho aunque aterido César Mesa bajo el gélido aire de este invierno madrileño en el Paseo de la Castellana. Dos de los compañeros que junto a él han estado en huelga de hambre en Barajas desde el pasado viernes en la T-4 acaban de entrar en el ministerio del Interior para entregar en el registro un escrito reclamando que se le dé asilo a Hassanna Aalia, acompañados del presidente de la coordinadora de asociaciones solidarias con el Sáhara, José Taboada, y del diputado de IU-ICV Joan Josep Nuet.

Cuentan que han perdido entre 4 y 6 kilos en estos cinco días, y algunas de las chicas sufrieron en el día de ayer desfallecimientos, pero lo importante para ellos, como dice la psicóloga Cristina Mata, es que han conseguido “dar a conocer un poco más la causa” del Sáhara Occidental y de la defensa de los Derechos Humanos en el territorio, además de denunciar “la complicidad del Gobierno de España con las autoridades marroquíes”. 

A unos metros, Hassana Aalia -que acaba de llegar de impartir una conferencia en Galicia- recuerda que, en el caso de que tenga que volver a Marruecos tendrá que “estar en la cárcel de por vida” y que allí le esperarían “todo tipo de torturas y maltrato”. 

No obstante, según ha podido saber Canarias Ahora, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ya ha presentado un recurso ante la Audiencia Nacional que suspendería cautelarmente la orden que recibió el activista saharaui, cuando se le denegó el asilo, de abandonar España en un plazo de quince días que se cumplían hoy miércoles. Hassanna ha adelantado que si no obtiene respuesta favorable de la Audiencia Nacional, podría recurrir al Tribunal Supremo y al de Derechos Humanos de la UE. 

“Les agradezco mucho su apoyo y me animan mucho para seguir en la lucha”, dijo Hassanna de los ocho activistas canarios -siete de ellos de Tenerife- que iniciaron la huelga de hambre el pasado viernes, y a los que la mayor parte del tiempo han acompañado también tres chicas saharauis. 

El activista de 26 años ha señalado hoy que aunque “no tiene miedo”, sí está “preocupado” por su situación, pero que va a continuar desarrollando toda una serie de actividades por toda España en apoyo de la causa del Sáhara Occidental y que está “muy orgulloso” de su trayectoria como activista 

Y agrega que lo que más le duele es que con su negativa a solicitar asilo, España haya podido “legitimar”, el juicio que bajo la jurisdicción militar se siguió contra él y otros 24 compañeros tras el desmantelamiento por la Policía y el Ejército en noviembre de 2010 del campamento Gdeim Izik. 

En este sentido, el diputado en el Congreso de IU-ICV, Joan Josep Nuet, señaló que aunque desde el Gobierno del Interior se ha deslizado y filtrado en alguna conversación informal desde que hace dos semanas se conoció el asunto que el motivo de la negativa es que había “problemas administrativos” para conceder el asilo, ese argumento “que tendrían que explicar y que de ser cierto, en cualquier caso, podrían resolver, parece ser una excusa. Lo que nos tememos que han hecho es adoptar una decisión política fruto de las presiones de Marruecos”, manifestó Nuet. 

“España tiene la obligación de proteger a Hassanna y al pueblo saharaui y la única forma es concederle asilo, porque es un perseguido político por defender los derechos de su pueblo mediante medios democráticos”, agregó tras recordar las obligaciones que, según la ONU, tiene España para con los habitantes de su excolonia.

Comparecencia de Margallo

En este sentido, también adelantó que cuando la próxima semana el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, presente en el Congreso sus planes para los dos años que va a estar España en el Consejo de Seguridad de la ONU, Izquierda Unida le reclamará “que utilice esa herramienta para exigir que se lleve a cabo el referéndum de autodeterminación que la ONU reclama desde hace décadas”. 

Nuet no fue el único político presente ayer frente al ministerio del Interior, ya que también quisieron dejarse ver por allí para darles su apoyo a Hassanna y los huelguistas (y hacerse la correspondiente foto) otros políticos de Izquierda Unida, como los más que probables candidatos al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid Mauricio Valiente y Tania Sánchez. 

El dirigente de Nueva Canarias Carmelo Ramírez también acudió a la cita, pues no en vano preside la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara (FEDISSAH), además de ser todos los huelguistas de procedencia canaria, a excepción de las chicas saharauis.   

“Había que respaldar a este grupo de jovenes”, dijo tras recordar que aunque su iniciativa no tuvo al principio apenas eco en los medios de comunicación, en estos días se les han ido sumando 156 organizaciones y colectivos de todo el Estado. 

Acompañado de la concejal de Nueva Canarias por Telde Fefi Milán -otra activista por la causa saharaui habitual en este tipo de actos- Ramírez subrayó que se calcula que aún hay más de 70 presos políticos saharauis en las cárceles del Reino Vecino o del territorio que ocupa y calificó las posturas de Francia y España “al permitir la violación de Derechos Humanos” y “no permitir la extensión del mandato de la ONU a ese ámbito” como “intolerables”.

“No lo dejaremos solo”

Entre los activistas procedentes de Barajas, que habrían mantenido la huelga de hambre hasta el día de hoy, la ardorosa Sara Mesa había leído poco antes un manifiesto dirigido al ministro Fernández Díaz, preguntándose si con la denegación de asilo a Hassanna, el Gobierno estaba admitiendo la “potestad de Marruecos” para llevar a cabo juicios en un territorio del que España sigue siendo aún, según la ONU, Potencia Administradora. 

“Se priorizan las buenas relaciones con una dictadura frene a los derechos humanos, la libertad y la justicia”, dijo, “pero a Hassanna no lo dejaremos solo”. 

“Para nadie es gratificante dejar de comer, pero era una manera de demostrar que hay cosas más importantes que nuestra propia comodidad”, señaló Cristina Mata en relación a la huelga de hambre

Según esta psicóloga, lo peor no fue sólo dejar de comer sino “la presión a que fueron sometidos por las autoridades del aeropuerto, aunque parece que, finalmente, las multas de 45.000 euros con que se les amenazó no han transcendido”. 

“Lo mejor ha sido el apoyo que recibíamos de las personas que se acercaban allí, y me acuerdo en especial de una chica colombiana, porque a veces nos encontrábamos un poco solos”, añade.

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