Ricardo Haroun es biólogo, director del Grupo de Investigación en Biodiversidad y Conservación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, además de profesor en la universidad grancanaria. Defiende que los tiburones, como los jaquetones, son pacíficos frente a la imagen ideada en el colectivo social de que son peligrosos.
“Al tiburón se le da una imagen en las películas de riesgo y peligrosidad” pero “la mayoría de ellos no es así”. “Son animales que, como la mayoría de peces, son carnívoros, y están en la parte superior de la cadena alimenticia”, aclara y reitera que en el imaginario colectivo se le ha dado erróneamente una agresividad que no es tal.
“Siempre ha habido tiburones en Canarias, no es nuevo”, apunta en una conversación con Canarias Ahora. Entiende que si se pudiera confirmar que la mordedura a una bañista madrileña la semana pasada fue de un tiburón, esta sería “algo excepcional” por lo que “no merece la pena dar alarma”. De hecho, comenta que en aguas de las Islas hay más de una veintena de especies de tiburones, rayas y chuchos que han convivido en la costa de las Islas “toda la vida”, pero ahora es más fácil verlos y registrarlos.
Desde su punto de vista, tal vez se constata que hay más tiburones porque hay más gente que disfruta del mar y realiza actividades relacionadas con él ya que existe una economía marina dedicada al avistamiento de especies como los angelotes, delfines o cetáceos, aparte de que en los últimos tiempos se han creado asociaciones para proteger a los tiburones.
Sobre el argumento basado en que las jaulas de la acuicultura atraen a estos peces, Haroun es contundente y asegura que es “completamente erróneo”. Así, sostiene que alrededor de las jaulas no sólo hay tiburones, sino que también hay otras especies como barracudas, delfines o chuchos, y aclara que la presencia de jaquetones por las jaulas es “una visión muy simplista”.
Asimismo, advierte que el pienso utilizado en la acuicultura de las Islas es específico para los peces de las jaulas, por lo que no atraen a los tiburones, estos simplemente se acercan a la costa y jaulas cuando hay concentración de peces para alimentarse. “Que no se relacione con las jaulas, estas están desde el año 1995, es una actividad muy grande y es la primera vez que sucede esto (la mordida)”.
Al igual que el director del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig, quien señaló en la información adelantada por este periódico que tal vez las elevadas temperaturas derivadas del cambio climático puedan atraer a especies que no suelen nadar por aguas canarias, Haroun manifiesta que aunque en el Archipiélago hay especies que se pueden ver sólo en verano, el cálido invierno que se está viviendo también afecta al mar, por lo que estos tiburones están más tiempo en nuestra latitud, aparte de creer en la posibilidad de que remonten especies tropicales que son más comunes en la zona de Cabo Verde y Senegal “y que ahora se ven por aquí”.
Haroun también habló de otra especie de tiburón que reside en las Islas, el angelote, un animal sedentario que convive con las personas y cuya única población reproductora en el mundo es la que está en Canarias, por lo que defiende que es importante que se respete a este pez. Mientras, el jaquetón es diferente porque se mueve más en la columna pelágica. “Vienen, comen y se van” y “no son fáciles de fotografiar”, concluye.