Elena Ávila es una usuaria del Servicio de Apoyo Integral de las Mujeres (Saim) hasta este 30 de abril, cuando el Servicio cierre sus puertas, debido a que el Instituto Canario de la Mujer considera que la línea de financiación de la Unión Europea ha concluido. Ella y las otras 5.600 mujeres atendidas sólo en Gran Canaria el año pasado, tendrán que recurrir ahora a otros organismos municipales o insulares.
Sin embargo, esta solución “no es la más apropiada”, según Elena Suárez, portavoz del colectivo Mujeres Libres, que la tarde de este martes organizó una concentración en Las Palmas de Gran Canaria, para pedir explicaciones y soluciones al Gobierno de Canarias. Suárez recordó que las mujeres que atendía el Saim no pueden “cambiar la dinámica y empezar de cero”, cada usuaria lleva una terapia que dura meses y el cierre del Servicio supone “romper la línea de trabajo con las mujeres”.
Añade Suárez que el remedio es la autofinanciación canaria del Servicio, que el Gobierno autónomo asuma el coste de su mantenimiento, al margen de las posibles ayudas que se puedan conseguir de instituciones europeas o nacionales. El objetivo es que el Saim, inaugurado en el 2004, reabra sus puertas.
El manifiesto defendido por las participantes en la concentración pregunta ¿en manos de quién nos van a dejar ahora?, ¿cuántas veces vamos a tener que contar nuestra historia personal a los profesionales para que nos ayuden?, “y la pregunta del millón: ¿A dónde va dirigido el dinero que aquí se recorta para atendernos?
Entre sollozos, Ávila asegura que la labor del Saim es “una luz en un camino oscuro que no debe apagarse, una necesidad y una guía para las que no lo tenemos nada fácil”.