Espacio de opinión de Tenerife Ahora
… y bajé hacia la Tierra
Yo estaba estos días tan pancho en las alturas, en mis alturas, donde por fortuna la divina naturaleza me deja reposar sin molestarme con malas noticias, que no son pocas las que hay en estos tiempos, y entonces, justo cuando más extasiado andaba junto a mis chuchos de cuatro patas, con gente adorable y al lado de un lindo malpaís verde y florecido por la bondad de la lluvia y la tremenda humedad (con el primer gran volcán al fondo y con el segundo mayor abrazado a este), ocurrió, debido al mismo paso del tiempo, que reventó el reloj con un ruido poco apropiado para el lugar en que me hallaba, donde ese aparato, debo reconocerlo, no pega ni con cola.
Había llegado el momento, como dice el imprescindible Silvio Rodríguez en una de sus canciones…, de bajar a la Tierra; o sea, al mundanal ruido, al lodazal de las malas noticias, al lugar donde las radios repican puntualmente pesadillas, y hoy, casi siempre, en el noventa y nueve por ciento de los casos (como aseguraba aquel joven cubano que me tropecé en Pinar del Río hace ya algún tiempo), solo difunden noticias malas, noticias nefastas, horrorosas…
Sumido en esa desesperación, y ya importándome poco la profundidad del malestar, se me ocurrió adentrarme en un magnífico tema musical de otro cubano, de Carlos Varela. Fui a por Muro, en la versión del atrevido Miguel Bosé en sus Once maneras de quitarse el sombrero, y la desgracia entonces se convirtió en algo insuperable…
Porque Muro es mucho Muro. Además, en la coyuntura en que la volví a escuchar, más que un muro me pareció una muralla que se perdía en el cielo infinito. Y ahora mismo, con tantos muros que crecen como setas en bosque abonado por la lluvia, en cada paso y en cada palmo, reflexiono que lo mejor hubiera sido no querer bajar a la Tierra, como ya insinuó Silvio.
Pero no podía quedarme allí arriba, sobre todo porque para estar bien en esas alturas antes hay que resolver un montón de cosas aquí abajo, donde casi todos podemos y debemos ser útiles, para acabar con “… el plato vacío…” que tan bien dramatiza Carlos en Muro.
*Historia publicada en el libro de cuentos y otros textos PolicromíaPolicromía
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