Más de lo mismo
- Título: Bladerunner 2049 (2017)
- Dirección: Denis Villeneuve
- Guión: Hampton Fancher y Michael Green (basado en los personajes creados por Philip K. Dick)
- Reparto: RyanGosling, Ana de Armas, Harrison Ford, Sylvia Hoeks, Jared Leto, Robin Wright
Uno de los mejores directores de la actualidad, Denis Villeneuve (La llegada, Prisioneros), ha desembarcado en los cines con la muy esperada secuela de Bladerunner (Ridley Scott, 1982). Lo hace realizando un ejercicio de respeto absoluto por el filme, lo cual es lo mejor que emana de este largometraje: una fidelidad absoluta por el universo replicante en cuanto a forma y contenido.
Impresiona por tanto la dirección de todos los departamentos artísticos de esta producción, que pueden sentirse orgullosos por un más que logrado objetivo. De igual forma, esta nueva entrega homenajea el ritmo de su predecesora, muy lento pero seguro, algo que también caracteriza las películas del realizador canadiense.
Pero claro, he ahí la gran disyuntiva que puede llevar a grandes equívocos a la audiencia. Al hablar de Bladerunner estamos exponiéndonos ante un título que mezcla la ciencia-ficción distópica más interesante combinándola con estructuras del cine negro más clásico. Recursos de esto último enmarcados en aquella estructura narrativa ya tan típica de “lo que empezó como…”.
Como resultado, lo anteriormente manifestado: una historia cuya velocidad puede llegar a aburrir pero que, en el fondo, no estuvo nunca destinada al entretenimiento de la gran masa media sino a ser tratada como una película de culto que con los años tendrá por seguro la valoración de los aficionados al género, sin llegar a la originalidad de la cinta de 1982.
Con las interpretaciones nos llevaremos bastantes alegrías. Los roles protagonistas ofrecen mucho tema de discusión: por qué actúan como actúan siendo lo que son, su credibilidad en una posible realidad…
Sin embargo, lo verdaderamente interesante nos lo ofrecen los papeles secundarios: Jared Leto, Robin Wright, Sylvia Hoecks o una más que sorprendente Ana de Armas, a la que le ha caído del cielo el magnífico papel que desempeña y que sirve para unir el contexto de la ciencia-ficción de entonces con esta era mucho más terrenal y menos filosófica del siglo XXI, que tanto se esfuerza a veces por suplantar las propias carencias afectivas que pueda sufrir.
Sin duda, Bladerunner 2049 es una gran propuesta a la hora de ir al cine, pero dada su exclusividad a la hora de ser aceptada por el gran público no podemos estar hablando de un largometraje destinado a todo tipo de espectador. Es muy complicado que alguien que no sea seguidor de la original disfrute en su totalidad con esta nueva entrega y, a su vez, muchos de los que la consideraron aburrida pueden redimirse y reengancharse con su secuela.
Aisladamente, el guión debe ser tratado con total atención y seguramente varias cosas serán entendibles solo a partir de un segundo visionado, precisamente por la complejidad de la naturaleza de la saga.
Eso sí, quien logre aguantar pegado a la butaca y alcance el último tercio en buena predisposición se encontrará con un desenlace que, si bien no es del todo iluminador, al menos deja sugerentes secuencias para la historia del cine de esta década, además de reflexiones y debates muy interesantes para su discusión, como también pasara –marcando siempre las distancias pertinentes- con aquella historia de los 80 en la que aprendimos que los momentos que vivimos se pierden como lágrimas en la lluvia.