La exmujer del fratricida asegura que no era violento y que el día del asesinato salió de casa “normal”
La exmujer del acusado de asesinar a tiros a dos de sus hermanos ha manifestado este martes ante la Audiencia de Las Palmas que el procesado no era una persona violenta y que el día que ocurrieron los hechos, el 13 de mayo de 2015, salió de la casa “normal”, como una jornada cualquiera.
En la segunda sesión del juicio, esta testigo, que fue pareja de de Francisco Javier M.A. desde los 15 años, ha dicho que era una persona trabajadora y que siempre hizo una vida normal, y que ella tampoco entendió el motivo por el que sus hermanos le despidieron de la empresa familiar “con todo lo que se había deslomado” por ella.
Ha explicado que cuando le echaron lo pasó mal al principio, pero que al mes logró otro trabajo, así como que tras el despido cortaron la relación con la familia del acusado.
Según esta mujer, Francisco Javier M.A. tenía como fijación el que sus hermanos no le agradecieran el esfuerzo que hizo por la empresa, pues era el primero que llegaba y el último que se iba.
Ha dicho que el procesado tampoco solía hablar sobre lo que le ocurrió salvo cuando se encontraba a algún cliente por la calle y le comentaban que no entendían “cómo le había hecho eso su familia” con lo que había trabajado él para la empresa, que era de los padres del acusado, aunque la llevaban sus hijos.
Así mismo, ha dicho que su expareja “solo” se alteró en 2014 cuando, por la compraventa de las acciones que tenía de la empresa, le llegó una comunicación de la Agencia Tributaria en la que se le requería el pago de más de 4.000 euros por su venta, pues la familia había acordado asumir ese pago y se negó a darle ese dinero.
Tras mucho insistir, fue la madre del procesado quien les dio el dinero, ha indicado la testigo, quien ha señalado que se trataba de una compraventa “ficticia”, porque él no quería tener ninguna responsabilidad sobre la compañía tras su despido.
En esta sesión, también han declarado las dos únicas hijas de los dos fallecidos, quienes han señalado al tribunal las secuelas que padecen a causa de la muerte violenta de sus padres y que por ello reclaman una indemnización al acusado.
La hija de José Antonio M.A. ha relatado que, días antes de que acabara con la vida de su padre, se encontró al acusado, del cual ha dicho que “estaba tranquilo y fue capaz de mirarle a la cara teniendo eso en la cabeza”.
Ha afirmado que le han “destrozado” la vida, que a raíz del crimen “se fue al garete” y ha precisado tratamiento psicológico y psiquiátrico y, además, ha tenido intención de suicidarse.
La hija de José Antonio M.A. ha explicado que, pese a que sus padres estaban divorciados, mantenía una “relación perfecta con su padre”, pues junto con su madre “era lo mejor” de su vida.
Así mismo, ha reconocido que tiene miedo de su tío, tanto por ella como por el resto de su familia.
La hija de la otra víctima, Noelia M.A., quien vivía con su madre porque sus padres estaban separados y desde los 6 años perdió la relación con su progenitor, ha señalado que también está en tratamiento psicológico y sufre terrores nocturnos, y que tras lo ocurrido “nada es igual” y “no ve sentido a seguir viviendo”.
Ha manifestado que antes de producirse el despido de su tío su madre estaba nerviosa e intranquila, y que ella tenía entonces 14 años y tampoco sabía lo que sucedía, al tiempo que ha dicho que “nadie se esperaba lo que ocurrió”.
En esta sesión también han declarado los policías que intervinieron en el caso y testigos que vieron cómo el acusado disparó a sus dos hermanos, a Noelia cuando salía de su casa, en el barrio de Almatriche de la capital grancanaria, y a José Antonio cuando iba en su coche, en el polígono de industrial el Cascajo, en el municipio de Telde, donde está la empresa familiar.
El juicio continuará este miércoles con la declaración de los médicos forenses, una prueba crucial tanto para las acusaciones como la defensa para determinar la responsabilidad penal del acusado, al que se le ha diagnosticado un trastorno delirante continuo de gravedad importante, que la fiscal cree que afectó a su voluntad, aunque de forma incompleta.