La Justicia condena a 23 años de cárcel a los tripulantes de un velero interceptado en Canarias con 2,2 toneladas de cocaína
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha impuesto 23 años de cárcel a dos tripulantes de un velero que fue interceptado en aguas canarias con 2,2 toneladas de cocaína, y que tendrán que afrontar una multa que en total suma cerca de 3 millones de euros.
La embarcación se hundió debido a su mal estado y tanto los detenidos como la carga fueron transportados al puerto de Las Palmas de Gran Canaria.
La sentencia apunta que cada uno de ellos deberá pagar dos multas 775.000 euros hasta sumar alrededor de 3 millones, que equivale al doble del valor de la droga incautada.
El fallo los considera responsables de un delito contra la salud pública que consiste en el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes que causan grave daño a la salud, en cantidad de notoria importancia y extrema gravedad, con utilización de una embarcación y el agravante de reincidencia por parte de uno de ellos.
La operación es resultado de la cooperación policial internacional, pues a principios de agosto de 2023 la policía de Belgrado comunicó que la Fiscalía serbia dirigía una investigación por delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales derivados del narcotráfico de una organización criminal que operaba desde Serbia y en varios países de la Unión Europea (UE) y en ese momento se identificaron a cinco personas.
Las informaciones recabadas por ese cuerpo apuntaban a un velero que importaba cocaína desde Brasil hasta España que habría partido de Sudamérica el 25 de julio, con el sistema de localización apagado y pabellón de Holanda que luego cambió por el de Polonia y que se situaba a unas 1.200 millas de Canarias cuando fue abordado.
La mecánica de la operación se basaba en abordar la nave cuando estuviera a una distancia prudencial de las islas, donde se pensaba realizar el transbordo de la droga a otra embarcación desconocida para llevarla a puertos deportivos de la Comunidad de Valencia desde donde sería distribuida por toda Europa.
La Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) solicitó a través del Centro de Inteligencia y Crimen Organizado (CITCO) ante las autoridades de Holanda y Polonia, dado que la embarcación llevaba estas banderas, permiso para el abordaje, a lo que respondieron que no pertenecían a sus países.
Finalmente, sobre las cinco de la mañana del 24 de agosto un buque de la Armada española localizó al velero y envío dos embarcaciones que procedieron al abordaje encontrando a los dos condenados y 89 bolsas de deporte, cada una con 25 kilos hasta sumar algo más de 2.200 kilos.
Los tripulantes y la carga fueron trasladados a un buque español y se procedió al hundimiento del velero ante la imposibilidad de desplazarse por sus propios medios dado su mal estado.
Una vez llegaron al puerto de Las Palmas se comprobó que la pureza de la cocaína era de un 93%, por lo que el valor de cada uno de los kilos hubiese alcanzado cerca de 36.000 euros.
Las defensas plantearon sin éxito la ilegalidad del abordaje dado que las autoridades holandesas y polacas no lo habían autorizado a lo que se respondió que desde España se dio vía libre a la operación dado que el barco se encontraba en aguas cercanas a Canarias.
Un grupo de pruebas se concentraron en el seguimiento a las llamadas y elementos electrónicos encontrados, a lo que se une las informaciones recibidas sobre la actividad de esta organización.
Tampoco se admitió la alegación de que los tripulantes desconocían el contenido de los paquetes y de hecho uno de los detenidos indicó durante el juicio: “no soy tonto” al ser preguntado por esta cuestión
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