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Sobre este blog

Amberes es una revista digital volcada en la divulgación de contenidos culturales y con un especial interés en los nombres y eventos de la escena santanderina.

Emulando la vocación comercial de la ciudad que le da nombre, nuestra revista aspira a transformarse en un polo de intercambio no ya de bienes tangibles, sino de una serie infinita de ideas cuyo anclaje se encuentra en las manifestaciones culturales más dispares. Nuestro propósito es acercarnos a éstas sin miedo para mediar entre ellas y nuestros lectores.

González y sus historias

El periodista Enric González. |

Eduardo García Escudero

El periodista Enric González (Barcelona, 1959) ejerció como corresponsal del diario El País en Londres, París, Nueva York, Washington, Roma y Jerusalén. Autor de algunas de las crónicas más brillantes del periodismo contemporáneo español, de sus aventuras profesionales y personales en estas estancias surgieron tres libros -Historias de Londres, Historias de Nueva York e Historias de Roma-, publicados por separado y reunidos posteriormente en un mismo tomo, Todas las historias y un epílogo (RBA, 2011), que nos acercan una mirada íntima y diferente para conocer tres de las ciudades más importantes del mundo. 

Londres

LondresGonzález ocupó la corresponsalía de Londres a principios de la década de 1990, y organiza sus memorias según las zonas geográficas de la ciudad: el Oeste, el Centro y el Este, que contienen “todos los Londres, todos los mundos posibles”. 

Fiel al estilo irónico y conciso de sus columnas, nos acerca a la idiosincrasia de la capital británica, utilizando múltiples referencias históricas, políticas, sociales, culturales… mezcladas con su propia experiencia. Sin reservas. Desde anécdotas divertidas como sus problemas con la pronunciación en inglés hasta momentos de angustia como los problemas de corazón de su mujer, Lola, ingresada durante varias semanas en los hospitales de Westminster primero y Saint George más tarde, “la larga caída a los abismos del sistema hospitalario británico”.

Entretanto, recorre la ciudad barrio a barrio y se adentra en las librerías del Soho, cuya variedad da para todos los gustos: desde las tradicionales, las especializadas (deporte en SportsPages, crimen en Murder One, la librería feminista, la de literatura rusa, la de cuestiones árabes…) hasta Foyles, a donde uno no va a comprarse un libro, “va de safari”.

Las curiosas normas y tradiciones de los clubes sociales sirven de preámbulo para introducirnos en la institución más emblemática de Reino Unido, la Corona: “La exhibición del lujo más obsceno y el protocolo más fantasioso constituyen un signo de identidad de los royals”. Sin embargo, el atractivo turístico de la monarquía y el apoyo de las clases populares (conscientes de las limitaciones intelectuales de sus soberanos) la convierten en un pilar fundamental para todo el país.

Tras descubrir los mejores bares y pubs de la ciudad o el paté de Battersea, González plantea una incisiva pregunta: ¿Qué tienen en común los sistemas políticos de Reino Unido y Arabia Saudí? La dictadura parlamentaria: “El poder casi absoluto del Gobierno se complementa con la falta de una Constitución escrita, la inexistencia de algún tribunal u organismo dedicado a controlar los excesos gubernamentales y la mezcla de los tres poderes clásicos –ejecutivo, legislativo y judicial– en el Parlamento”.

Su exhaustivo análisis sobre la prensa inglesa nos revela las claves del éxito de los tabloides, “calculados al milímetro para que pueda comprenderlos un público casi iletrado que, sin embargo, lee periódicos”. Finalmente, pasea por los tiempos de Sherlock Holmes y Jack el Destripador, iconos de la literatura que esconden la insostenible realidad social del East End londinense, y repasa la historia de los equipos locales (Arsenal, Chelsea, Crystal Palace, Tottenham, Fulham, Queens Park Rangers, West Ham y Wimbledon) y sus vínculos sociales y políticos, bajo una premisa indiscutible: “El fútbol es un asunto de la máxima gravedad en Londres”.

Nueva York

Nueva YorkEnric González aterriza el 16 de junio de 2000 en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy: “En Nueva York siempre es hoy y todos los momentos valen”. Aquí manda el presente, no se trata de una ciudad concebida para llevar una vida tranquila ni para retirarse, y el periodista será consciente de ello desde el principio, cuando la búsqueda de piso se convierte en una auténtica odisea.

El de Nueva York es un relato más desordenado, que comienza en una época marcada por la violencia tras el estallido de la crisis económica: González narra la llegada a la alcaldía en 1993 de Rudolph Giulani, el candidato que prometía ley, orden y mano dura, no exenta de racismo ni abusos policiales. El 11 de septiembre de 2001, con su mandato ya a punto de finalizar, Giulani lidera la reacción de la ciudad tras sufrir el atentado terrorista más terrible de su historia. Las muestras de solidaridad y la movilización ciudadana convirtieron la respuesta neoyorquina en todo un ejemplo ante un mundo conmocionado y realzaron la figura del alcalde hasta ser nombrado como 'Persona del año' por la revista Time

La actividad de la mafia italoamericana y sus cinco familias neoyorquinas, los Genovese, Gambino, Lucchese, Colombo y Bonanno (incluyendo la historia personal de John 'Junior' Gotti, que encajaría a la perfección en la serie Los Soprano) se explica de forma clara y concisa: “Todos acabarán ahí [en el cementerio]. El juego consiste en llegar el último”.

Pero el poder en la Nueva York de principios del siglo XXI se resume en seis apellidos, las seis divinidades, origen del moderno imperio americano. Los Morgan (banca), Carnegie (acero), Vanderbilt (ferrocarril), Astor (especulación inmobiliaria), Rockefeller (petróleo) y Frick (carbón) controlan la economía de la Gran Manzana. Sus antepasados disfrutaron de la explosión económica tras la posguerra civil y la industrialización, crearon monopolios y cometieron toda clase de abusos para conseguir su fortuna.

Por suerte, hay vida más allá de la economía y los grupos de poder tras ella. La oferta gastronómica, por ejemplo, es de primer nivel: “Nueva York es la capital mundial de los cocineros”. Destacan los restaurantes especializados en altas carnes, como las míticas steakhouses de Peter Luger, Sparks, O'Gallagher's y Old Homestead.

La ciudad es beisbolera (Yankees y Mets) y el baloncesto (Knicks) y el fútbol americano (Giants y Jets) constituyen su complemento. El béisbol es un deporte en el que juegan nueve contra nueve y siempre ganan los Yankees: “En ningún otro deporte existe un equipo cuya hegemonía resulte tan duradera, implacable y monótona”.

Después de tres años de corresponsalía, González homenajea a Julio Anguita Parrado y Ricardo Ortega (periodistas y amigos fallecidos ejerciendo como corresponsales de guerra) y se despide emotivamente: “Nueva York sigue siendo una tormenta de almas, un caudaloso río humano. Para entender ciertas cosas no hacen falta idiomas, ni experiencia, ni memoria. Basta con abrir la ventana y escuchar el rugido de la Bestia”.

Roma

Roma“Si quieren entender algo de la Roma de hoy y la tarea, les prevengo, es ardua, recuerden que esta ciudad la hicieron los papas”. Hay tantas Romas como queramos, al menos en términos urbanísticos: la antigua (centro histórico), la de finales del siglo XIX, la de Mussolini, la desarrollista (Exposición Universal de 1942) y la borgata de Passolini.

El mejor café del mundo se toma en el Caffé San Eustachio, situado en la plaza de la que adopta su nombre, una buena forma de coger  fuerzas ya sea para recorrer las preciosas callejuelas del centro o para enfrentarse a la lenta, complicada y desesperante burocracia italiana.

El escritor Leonardo Sciascia decía que “Italia es un país sin verdad”. Quizás esto explique el éxito de Silvio Berlusconi, primer ministro durante el periodo de corresponsalía de Enric González. En palabras del periodista, “Berlusconi ha sabido presentarse como el hombre nuevo, el hombre enviado por el destino para regenerar Italia devolviéndola a su esencia eterna, es decir, al pasado”. Pero Berlusconi no es sólo “un tiburón de las finanzas, un magnate que corrompe jueces y paga lo que haga falta para estar por encima de la ley. También es un empresario eficiente. Sus empresas, por la vía legal o la ilegal, ganan dinero”.

La importancia de la mamma en la sociedad italiana, el crimen del Marqués de Casati Stampa, el director de cine Alberto Sordi, una iglesia en la que nadie quiere casarse, la excelente gastronomía y el pontificado de Juan Pablo II protagonizan algunos de los capítulos del libro, hasta llegar al calcio, una de las grandes pasiones del autor. La rivalidad entre el Lazio y la Roma no es solo deportiva: “El fútbol nunca ha vivido ajeno a la política en Italia. Los furores ideológicos se han expresado durante décadas en la grada”. De hecho, el AS Roma nace tras una fusión de varios clubes impuesta por Mussolini. Auspiciado por el dictador con el objetivo de tener un equipo fuerte en la capital, los resultados deportivos estuvieron sin embargo muy lejos de lo esperado, pues la Roma no ganó la liga hasta quince años después de su fundación, coincidiendo con el inicio de la decadencia del régimen fascista.

Desde las almenas del Castillo de San'Angello, observando el río Tíber, los tejados, las cúpulas y la Piazza Venezia, Enric González termina su estancia en la ciudad eterna con nostalgia, intuyendo que sus tiempos como corresponsal pueden llegar a su fin. Al fin y al cabo, “un corresponsal es un tipo que se despierta por las mañanas con una náusea en el estómago y la convicción de que su despido es inminente” pero convencido como está de que “el oficio tiene algunos días tan buenos que compensan por todo lo demás”.

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Amberes es una revista digital volcada en la divulgación de contenidos culturales y con un especial interés en los nombres y eventos de la escena santanderina.

Emulando la vocación comercial de la ciudad que le da nombre, nuestra revista aspira a transformarse en un polo de intercambio no ya de bienes tangibles, sino de una serie infinita de ideas cuyo anclaje se encuentra en las manifestaciones culturales más dispares. Nuestro propósito es acercarnos a éstas sin miedo para mediar entre ellas y nuestros lectores.

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