“El teatro socialmente comprometido ha llegado a estar mal visto”
Pati Domenech, de la compañía Ábrego Teatro, y Begoña García, de Hilo Producciones, son dos de los impulsores de 'Teatro de Una Noche de Verano' y llevarán por Cantabria su larga experiencia elaborando espectáculos teatrales. Begoña García, con más de 20 años como productora teatral en distintas compañías nacionales, y Pati Domenech, con una larga trayectoria de actuaciones en escenarios de distintas partes del mundo, comentan en eldiario.es sus experiencias y presentan la nueva edición de este ciclo teatral. “Una romería va a haber siempre en verano, pero un teatro en un espacio singular no es tan frecuente”, comenta Domenech.
La cuarta edición de 'Teatro de Una Noche de Verano', iniciativa organizada por Ábrego e Hilo Producciones, inundará de espectáculo los escenarios de Santander, Noja, Comillas, Castro Urdiales, Vioño y Oruña de Piélagos. Este proyecto pretende abrirle la puerta a una forma de entretenimiento en familia diferente, llenando de contenido un tiempo y un espacio de carácter vacacional.
Esta es ya la cuarta edición de 'Teatro de Una Noche de Verano'. ¿Qué acogida esperan para esta nueva edición?
Begoña García: Teniendo en cuenta las anteriores ediciones, esperamos muy buena acogida. Siempre la hemos tenido en todos los ayuntamientos y en todos los espectáculos que se han presentado en 'Teatro de Una Noche de Verano'.
¿Cómo es trabajar en conjunto? ¿Qué aporta la cooperación entre los distintos grupos de teatro?
Pati Domenech: Yo creo que es una experiencia por la que se debe pasar y que además facilita mucho las cosas porque compartes las responsabilidades y los éxitos. A veces es difícil en un ambiente tan competitivo como el que vivimos debido a la crisis y a la propia naturaleza de la actividad que hacemos. Es complicado darse cuenta de que es mejor tener aliados que ir por libre. A nosotros nos funciona y son varios los programas en los que colaboramos con bastante éxito. La colaboración funciona, independientemente de los resultados de los programas.
BG: Yo soy una gran fan de las colaboraciones. Hilo ya lleva diferentes proyectos conjuntos y varias ediciones con Ábrego, colaboramos en lo que podemos. Yo estoy de acuerdo con eso. Será porque crecimos con 'La bola de cristal': “Solo no puedes, con amigos sí”. Me parece mucho más interesante colaborar. Es verdad que no siempre encuentras gente para ello. Nosotros hemos hecho coproducciones con otras compañías, con algunas ha resultado mejor y con otras peor, pero me parece que es el camino. Es lo interesante de nuestro trabajo, que colaboras con gente diferente y te encuentras con distintos recursos, te enriqueces. Me parece enriquecedor.
¿Con qué obras de las que dirigen en 'Teatro de Una Noche de Verano' disfrutan más?
PD: Todas. Esta edición de 'Teatro de Una Noche de Verano' es quizá la más ambiciosa en cuanto a variedad de espectáculos porque hay más de diez. Todos son nuestros hijos, no se puede elegir. Por contraste con otras ediciones, vemos que funcionan todos los estilos, al público le gusta ver teatro y le gusta ver una comedia o un drama. Creo que no hay mayor predilección por una cosa o por otra. Afortunadamente este programa cuenta con un público de teatro y esto es bueno porque fomenta la afición, aunque no se puede decir que fomente nuevos públicos, porque es un público aficionado al que ya le gusta el teatro y que desgraciadamente no tiene oportunidad de verlo con toda la asiduidad que debería. Imagínate un lugar como Noja, que está lleno de gente de toda España, que exista la oportunidad de ver diferentes obras de teatro profesionales es un lujo porque la gente viene de ciudades donde semanalmente puede ver una representación. Sin embargo, en Noja o vas a la playa o vas a la playa. Hay voluntad en los ayuntamientos que colaboran de desestacionalizar la oferta de una forma interesante, porque una romería va a haber siempre en verano, pero un teatro en un espacio singular no es tan frecuente.
Este proyecto tiene muchísimas virtudes y algunos defectos, pero entre las virtudes está esa desestacionalización en sentido positivo. Hay una desestacionalización veraniega que es odiosa, ponerte a actuar en un sitio inadecuado en el marco de las fiestas populares. Tenemos experiencias, fuera de 'Teatro de Una Noche de Verano', de tener que estar actuando en una plaza llena de bares con música y voces. Esa es la mala desestacionalización, confundir que en verano vale todo y de cualquier manera. Nosotros tratamos de cuidar que los espacios y el entorno sean adecuados y no coincide prácticamente nunca en el mismo espacio-tiempo con fiestas populares.
BG: Yo creo que todos los ayuntamientos que colaboran han entendido el proyecto, que precisamente es ofertar teatro dentro de tu plan de vacaciones porque no solo de playa vive el hombre. Sobre todo porque o llueve, o aunque no llueva la playa se acaba a las nueve. ¿Qué haces el resto del tiempo?
PD: Hay sitios en los que programan teatro y van las madres con los hijos a pasar la tarde, con bolsas de palomitas, con niños levantándose y corriendo. No hay intención de ir a ver una obra de teatro, hay intención de ir a pasar un rato, lo mismo que vas al parque, como es gratis te vas allí a ver el teatro. Eso en 'Teatro de Una Noche de Verano' no pasa, por un lado porque hay que pagar y por otro porque va gente a la que le interesa el teatro.
¿Por qué Shakespeare?
BG: Es una línea de trabajo que lleva Hilo desde que comenzó. Aunque colaboramos con mucha gente, el alma de Hilo somos dos personas. Yo, que llevo la parte de producción, y Sandro Cordero, que se ocupa de la parte artística y es el que escribe textos, dirige y actúa.
A él le interesa mucho Shakespeare, siempre dice que le proporciona vivencias, sentimientos y situaciones que son universales y atemporales. Eso no se lo da casi ningún otro autor y por eso siempre recurre a él. De los clásicos, seguimos esa línea, revisitándolos, porque por ejemplo Shakespeare tal y como está traducido puede no ser muy interesante sobre todo en la comedia, que también es un hilo conductor por el que vamos. Por la comedia y por los chistes pasa el tiempo y algo que le podía hacer mucha gracia a un campesino hace 300 años ahora no se entiende. Lo que se puede hacer es trasladar a nuestro humor actual las obras. Ese es el trabajo que hace Sandro y el que nos agradecen siempre los espectadores, porque estamos cansados de ver espectáculos 'shakespearianos' que no te llegan porque el lenguaje no es el tuyo.
¿Qué otros proyectos tienen en mente?
BG: Muchos. Para marzo ya está en marcha 'Cole al teatro' y empezará otra vez en septiembre la quinta edición. Hilo inaugura un espacio en agosto junto a Nacho Fernández, una aventura nueva en Vioño de Piélagos. De hecho, uno de los espectáculos de 'Teatro de Una Noche de Verano' forma parte de esa inauguración, 'Anónimo'. También tenemos propuestas lanzadas que no te puedo contar porque no sabemos si se van a hacer o no, a partir de septiembre. Y luego el trabajo habitual de giras.
PD: Nosotros ya tenemos preparada la segunda edición del Festival Internacional que hacemos en la Teatrería de Ábrego de 'Mujeres que cuentan'. Empieza en octubre, habrá presencia de ocho países diferentes y el trabajo habitual de giras y funciones.
¿Qué les llevó a hacer teatro comprometido con causas sociales?
BG: Yo es que no lo entiendo de otra manera. Considero el teatro como una manera de relacionarte con tu tiempo y yo creo que en estos tiempos hay que comprometerse con ese tipo de causas. Aunque muchas veces a la comedia se le acusa de intrascendente, nosotros nunca hacemos comedia intrascendente, siempre aportamos crítica y ese compromiso social. Por ejemplo, el proyecto 'Cole al teatro' no es muy rentable, pero entendemos que hay que hacer funciones en espacios aunque no sean rentables. Hay que hacer un trabajo de creación de públicos y que a los niños les llegue el teatro.
PD: Durante años, el teatro socialmente comprometido ha llegado a estar mal visto. Se consideraba que era aburrido y al final resulta que prácticamente todo el mundo se ha declarado comprometido con causas que nos mueven en todos los ámbitos. Creo que ha habido un triunfo del teatro con contenido sobre el teatro sin él, que sigue existiendo y sigue ganando dinero, pero creo que se ha reivindicado el teatro social como una expresión natural del teatro sin el menosprecio que tuvo durante muchos años. Yo lo recuerdo y he vivido eso de que te llamen pesado y que me digan “¿Y eso a quien le importa? De esas cosas no hay que hablar en el teatro”. Me he dado cuenta de que ha sido una forma de trabajar válida antes y ahora.
Viendo que la violencia de género es uno de los temas que tratan, ¿cómo ven la situación en España?
PD: Yo creo que en España es un país en el que se hay violencia de género y en el que las políticas que se implementaron en anteriores legislaturas han ayudado a aminorar esa circunstancia. Desgraciadamente esas políticas se han olvidado en los últimos años, sobre todo en la última legislatura. Los recortes se han llevado por delante programas de prevención, de defensa y de creación de hogar. La derecha nunca ha entendido el problema de la violencia de género aunque se vean obligados a defenderlo públicamente. Siempre hacen aguas en este tema.
Nosotros llevamos trabajando desde el año 2000 en temas de violencia de género y hemos observado que España no es un país donde se dé más violencia de género que en otros países de nuestro entorno ni que, por supuesto, en países de habla hispana. En Francia, por ejemplo, hay un porcentaje mucho mayor, prácticamente en toda Europa hay más violencia.
En algunos países de Europa se está empezando a hablar públicamente de la violencia de género, porque antes no se hacía, tampoco se hacían estadísticas, sencillamente se incluía en asesinatos. Yo creo que España ha sido un modelo en la defensa de los derechos de la mujer. Y en relación con Latinoamérica mucho más. Ahora hay un movimiento en Argentina, 'Ni una menos', y hay grandes movilizaciones ante casos de violencia de género. En el año 2002 ya hicimos una gira en Argentina y entonces eran cuatro 'locas' feministas las que apoyaban nuestras actuaciones sobre el tema de género por allí, además mal vistas. Eso está cambiando en América, pero tienen mucho camino por recorrer. E incluso en Europa, en el mundo anglosajón, estadísticamente se da mucha más violencia de género que en España. Aquí hemos ido un poco a peor, yo creo que debido a las malas políticas, pero la intención durante años ha sido buena. Se han hecho programas muy interesantes.
BG: Por ejemplo, en el debate electoral entre los candidatos hablaron 22 segundos del tema. Actualmente se visibiliza y se cuenta porque no queda otra, porque la gente se mueve y habla del tema y no se esconden las cosas como puede pasar en otros países. Pero las políticas están abandonadas.
¿Cómo ha sido su experiencia en campos de refugiados? ¿Cómo recibían las actuaciones allí?
PD: Fue una experiencia muy intensa porque realmente es meterte en la boca del lobo. Estuvimos en Bosnia en el año 97, justo después de acabar la guerra, y había por allí mucha presencia militar y de la ONU. Ibas acojonado a todos los sitios porque estaba todo lleno de armas y de trincheras. Esa es la parte anecdótica. Pero cuando estás en un campo de refugiados o en un orfanato y ves a la gente con tanta necesidad de sonreír y de evadirse, lloramos y sufrimos mucho, pero al mal tiempo buena cara y mientras duraba la presencia ante el público tratábamos de dar un poco de alegría y de distracción a esa gente que en ese momento era tratada prácticamente como ganado. Me recordaba en algunos sitios a estas películas de campos de concentración, aunque eran campos de refugiados.
¿Qué opinan de la actual situación de los refugiados en Europa?
PD: Hay una desconexión evidente entre lo que quiere la gente y cómo actúan los gobiernos.
BG: A nivel humano, la respuesta de la ciudadanía siempre está por encima de la capacidad que tienen los gobiernos de organizar y de tratar los temas. Siempre que existe una capacidad de organizar las cosas a nivel institucional, la respuesta es masiva. Pero de momento en España esto solo funciona en Barcelona. De los refugiados a los que supuestamente tenemos que acoger, no llegamos ni a 500. Esto es muy sintomático. Nadie entiende muy bien lo que están haciendo. Yo creo que ese es el problema, no hay estructuras ni canales, ni control para hacer frente a este problema. Yo trabajé muchos años con Imprevís, una compañía valenciana, e hicimos una producción que trataba el tema de una refugiada en Europa. Un monólogo de una mujer que viene de un país del que huye porque peligra su vida y llega a un centro de refugiados inglés y es espeluznante. El texto era brutal, porque les tratamos como a animales, les criminalizamos. Esa es la imagen que se intenta vender, cuando en el fondo es gente como tú y como yo que está huyendo por razones políticas y porque quieren salir del horror que se vive en sus países. Pero yo creo que es más un problema institucional que uno de humanidad.
Teniendo en cuenta que muchos de sus proyectos están enfocados a un público juvenil, ¿creen que el teatro tiene buena acogida entre los jóvenes?
PD: Si les gusta, sí. A los jóvenes normalmente les damos productos pensados para adultos. Pero hay espectáculos pensados para adultos que les gustan y con los que sintonizan, y hay espectáculos pensados para adultos que no les interesan para nada. No es que no se deba ofrecer un espectáculo pensado para adultos a los jóvenes, sino que no todos los espectáculos para adultos sirven para jóvenes. Otra cosa es ofrecer espectáculos diseñados para jóvenes, que también los tenemos. Con eso normalmente aciertas.
BG: Nosotros siempre decimos que nuestros espectáculos son de 12 a 100 años porque piensas en ellos. Creemos que el público juvenil está abandonado, hay mucho espectáculo infantil pero cuando abandonan el cole y empiezan a funcionar por ellos mismos la oferta es bastante triste. No se piensa en los jóvenes a la hora de hacer espectáculos. Es una cosa que Hilo y Ábrego trabajan muy específicamente porque nos interesa y porque creemos que hay que seguir potenciando este tipo de público. A los niños les llevan los mayores al teatro, a los jóvenes no y les cuesta mucho ir. Cuando hacemos campañas escolares y les preguntamos a los adolescentes si les gustaría ir otra vez a ver otro espectáculo, la mayoría dicen que sí. También es cierto que los padres tampoco van mucho al teatro. Es lo de siempre: “Quiero que mi hijo lea”. Ya, pero ¿tú lees? Porque si tú no lees es muy difícil que tu hijo lea. ¿A ti te gusta el teatro? “Sí, me encanta”. “¿Cuántas veces has ido? ¿Una vez hace siete años a ver 'Mamma Mía'? Además no hay políticas de fomento del teatro, no hay campañas institucionales de cara a creación de público.
¿Y cómo se puede combatir contra esas carencias?
PD: El teatro es una experiencia casi de minorías. Se sale de ese concepto cuando se produce teatro por intereses económicos, con figuras de la televisión que lo que tratan es de masificarlo. Eso en principio no es malo si haces buenos productos y en España hay gente que lo sabe hacer bastante bien y hace productos muy comerciales y a la vez con un interés teatral y cultural. Son la minoría, pero les está saliendo muy bien. Lo que ocurre es que la mayoría siguen haciendo cosas masificadas simplemente porque hay una figura relevante a la que la gente quiere ver en directo. Lo demás es un teatro minoritario. No hay educación teatral, los políticos y los responsables institucionales no tienen ni idea de cómo se debe hacer una promoción teatral. No es una crítica directa a nadie en concreto, es una situación que se da. Puede haber gente culta y educada que no tiene ni idea de cómo promocionar el teatro.
BG: Ahora vivimos un desmantelamiento de la cultura. La cultura no interesa publicitarla, ni venderla, ni hablar de ella, porque no interesa que la gente sea culta.