“La derecha siempre ha tenido esa historia rara con la gente del arte”
Alberto Romero Nieto (Sevilla, 1983) es un cantautor que lleva más de 15 años de carrera musical contando cuentos e historias con las que el público se identifica en unos directos llenos de energía y complicidad mutua. Puede que su anterior pseudónimo, Albertucho, siga aún atrapado en la memoria de muchos melómanos, pero su nuevo proyecto como Capitán Cobarde (con un disco homónimo de 2015) se ha ganado a pulso convertirse en el camino a seguir por el músico, por unas melodías folk, country y bluegrass que acompañan y enriquecen de manera sublime las trabajadas letras de sus canciones, dejando entrever las influencias de la música norteamericana que le gusta escuchar pero sin dejar de lado todo lo que ya había aprendido. El barco orquesta del Capitán Cobarde atracará en Santander este sábado con un concierto, a las 21.00 horas, en la Sala Black Bird.
Actualmente está de gira por España. ¿Es de los que prefiere el directo o valora más componer?
Son cosas totalmente diferentes, porque cuando uno se sube a un escenario es una fuerza distinta. Me gusta mucho sentarme a escribir y me reconforta muchísimo más, porque yo creo que la sensación de escribir una canción y que te guste es una de las cosas más satisfactorias que he conocido. Pero, claro, el directo es otra historia: es vida, nervio, corazón, dejarte la piel... Lo disfruto mucho, pero si tengo que elegir, la sensación de escribir una canción que me parezca buena es de lo mejor que he conocido.
¿Se le hace dura la carretera?
Llevo desde los 18 años montado en una furgoneta y uno aprende a vivir con la carretera. Sí que se hacen duros los kilómetros –y más yo que soy de Sevilla, que está tan abajo- pero en cuanto estás dos o tres semanas sin tocar, ya lo necesitas. Aunque se haga duro, uno ha aprendido a vivir con eso y a disfrutarlo. Sobre todo porque me gusta mucho comer y ya aprovecho cuando voy a tocar para ver la cultura gastronómica de cada ciudad y disfrutar un poco de los viajes.
¿Hay diferencias entre el público de Sevilla y el de aquí?
Sí, pero es más por una cuestión de confianza. En el sur he tocado mucho más y la gente, quizás, te conoce y te tiene como parte de su familia. Pero eso es rodaje y trabajar para que en todos lados te sientan como algo suyo y parte de su vida. Con la gente que me sigue hay como una confianza. Se sienten identificados con mi manera de escribir, mis letras. Les hablo como si les conociera de toda la vida y al final del concierto hablo con la gente y, al ser una música de letras, la gente tiene ese punto que parece que te conoce.
¿De dónde salen las historias que cuenta Capitán Cobarde?
Según el tipo de canción. Hay algunas autobiográficas, que te piden escribir por sensaciones y emociones y hay cuentos, que de repente te apetece escribir e inventarte un personaje para decir algo entre líneas. Pero las ganas de escribir es como lo de la carretera, es una forma de vida. Cuando llevas tiempo sin escribir te lo pide el cuerpo y es una terapia. Alguien dijo por ahí que el tiempo que te lo gastas en escribir canciones, te lo ahorras en el psiquiatra.
¿Qué le aporta su nuevo personaje Capitán Cobarde?
Es un personaje que salió con mi anterior proyecto en 2009. Buscas un poco el personaje y desarrollas la música de otra manera, más cuentista, más coloreado. Sin la parte más adolescente, que son cosas desde las tripas y que las sueltas. También ha sido por influencia de artistas como Tom Waits, que en sus letras siempre cuentan historias de personajes. He querido llevar mis canciones por ahí, por eso el cambio de nombre y de estilo, por sentirme bien con lo que hago y ser honesto.
Ya en mis anteriores discos se veían pinceladas. En el disco de 2002, 'Alegría', hay, a mi manera y como yo lo iba entendiendo, folk, country o bluegrass. Ha sido por inquietud por ir conociendo y haciendo lo que quiero. No ha sido premeditado, uno no sabe por qué hace las cosas que le gustan, pero se le ponen los pelos de punta y va por un caminito...
¿Qué influencias podemos encontrar en su nuevo proyecto?
Dylan, porque en el año 2008 fui telonero suyo y a raíz de eso empecé a meterme mucho más en el mundo de las letras. Empecé a comprarme los libros con todas las letras, empecé a descubrir las diferentes etapas, las diferentes maneras de escribir… Para mí ha sido una de las grandes influencias en sonido, aunque Tom Waits también e incluso Johnny Cash. Siempre los grandes clásicos, pero también hay otros grupos que me gustan mucho que hacen bluegrass, como Greensky Bluegrass o un millón más de grupos que me encantan. Aunque, claro, los clásicos te influyen siempre.
Tradicionalmente las letras del country siempre han sido más bien conservadoras… ¿Evolucionará su estilo hasta perder esas letras tan canallas?
Para nada. Yo sigo leyendo lo que me gusta, desde Miguel Hernández hasta Bukowski. El rollo es que a mí me influyen por una parte los autores y los escritores y por otra parte los sonidos. Está guay dejarse seducir por otro tipo de letras, pero yo tengo muy marcada mi manera de escribir y eso no lo he cambiado nunca.
¿Tiene preferencia por alguna de las canciones que ha reinterpretado ahora con arreglos más folk respecto de las originales?
A mí las que más me gustan son las tres nuevas, que marcan un poco lo que va a ser el próximo disco y el sonido de mi música y de mi composición. En cuestión de alguna que haya cambiado de arreglo o de producción, te puedo decir que 'Los venideros' o 'El descuido' con una historia más folk y más rápida, porque era una canción muy adolescente –de cuando yo tenía 16 años- y sí que la veo ahora, incluso teniendo esa letra, más madura.
Si echa la vista atrás, ¿está satisfecho con su más de 15 años de carrera en la música?
Todo lo que he hecho ha sido por autosatisfacción y por honestidad, si tenía alguna espinita clavada, con este disco me la he quitado. Porque ya me llamo como yo quería, Capitán Cobarde, y mi proyecto está enfocado a la música que escucho día a día y que disfruto. Siempre está el disco próximo que vas a hacer, que esa es la espinita que te quieres quitar siempre, ese pasito más. Por lo demás, estoy muy contento.
¿Cuándo veremos un nuevo trabajo de Capitán Cobarde?
Ahora en directo estoy tocando algún tema que he compuesto para el próximo disco -en Santander haré un par de ellos- y en internet voy colgando. Hace poco colgué un tema muy 'dylaniano' llamado 'Hay un hombre', cantado en la calle. Yo voy enseñando cositas y el disco nuevo, pues en cuanto pueda... Ahora me tocan conciertos por un tubo, festivales, trabajar mucho en este disco y hacer que la gente se entere de que me he cambiado el nombre [ríe], que eso también es un trabajo. Pero en cuanto pueda, para el año que viene, me gustaría meterme en el estudio a grabar el nuevo disco de Capitán Cobarde.
¿Compone constantemente o necesita hacer un retiro artístico?
Siempre he compuesto de manera compulsiva. Pero en la vida te vas cambiando a ti mismo y puede que ahora necesite sentarme. Antes, era un poco más de escribir continuamente. Sigo teniendo muchas canciones, pero con el tiempo me apetece más sentarme a escribir y ser más exigente. Hago bocetos y me siento a desarrollarlos.
“Tantos años dando forma a un sueño puñetero que no viene”. ¿Es usted y su nuevo proyecto el 'Jovencito Frankenstein'?
Claro, es que nosotros somos como el monstruo del doctor Frankenstein. Tenemos este monstruo, queremos que llegue y luchamos por ello. Es una meta o una expresión de nosotros mismos, vamos formándolo poco a poco, luchamos y soñamos con eso continuamente.
¿El financiar mediante crowdfunding su último trabajo le ha aportado libertad o más trabajo?
Ha dado más trabajo, eso está claro. Porque el crowdfunding es muy bonito por una parte, porque la gente cree en ti –y lo ves- pero por otra, es un coñazo, porque no sabes si lo vas a conseguir o si no. Además, tiene muchísimo trabajo detrás. Vamos, tiene partes positivas y negativas como todos los proyectos. Si tengo que volver a hacerlo lo haré, pero sinceramente prefiero que no.
¿Es duro vivir de la música?
Sí, está difícil. Entregas tu vida a un proyecto y no nos lo ponen fácil porque pagamos muchos impuestos. Por eso, a veces, tienes que prescindir de la banda. Es muy difícil y tienes que estar siempre en la carretera. No es una vida sedentaria, es una vida en la que tienes que estar siempre activo y luchando. Esta profesión es de corazón y por eso no todo el mundo se puede dedicar a la música, lo tienes que tener muy claro.
¿Están bien valorados en el sector de la música?
Eso es muy de la derecha, de los tiempos de la ley de vagos y maleantes y el franquismo. Pero es verdad que la gente necesita el arte en general: los escritores, los cómicos, los músicos... Yo no podría vivir sin las películas, la música o los libros y la derecha siempre ha tenido esa historia rara con la gente que se dedica al arte. Supongo que se valora poco, pero no por parte de los políticos, sino de ciertos políticos.
Ya ha compartido escenario con Bob Dylan. ¿Con cuál de sus otros ídolos le gustaría tocar?
Si tuviera que elegir uno y además fuera de aquí, sería sin duda Joaquín Sabina. Para mí, es el mejor letrista que hay en este país y creo que con los años será recordado como uno de los grandes escritores de letras y canciones de este siglo.
Este sábado actúa en la Sala Black Bird de Santander. ¿Qué puede esperar el público?
Voy en acústico, en un formato que le he puesto 'Capitán Cobarde en solitario'. No es un concierto de cantautor al uso, es una especie de hombre orquesta, de cuentacuentos. Llevo el bombo, la pandereta, el piano, la armónica, el banjo, el ukelele… No lo puedo ir tocando todo a la vez, ¡claro! Pero voy a ir desgranando historias. Voy solo, pero yo siempre intento que parezca que hay más gente en el escenario [ríe].