“El pacto con el PSOE goza de buena salud y espero que siga así durante mucho tiempo”
Pedro Hernando (Santoña, 1969) se ha convertido esta legislatura en el 'hombre-orquesta' del Partido Regionalista de Cantabria. El portavoz parlamentario del PRC tiene que 'tocar' a todos los grupos políticos, tejer acuerdos a izquierda y derecha en el seno de la Cámara, para sacar adelante las iniciativas políticas de un Gobierno bipartito que sobrevive con minoría en el Parlamento. De momento, presume de una hoja de servicios casi intachable: en estos primeros seis meses, el Ejecutivo solo ha perdido una votación en los plenos y el pasado 1 de enero entraron en vigor los presupuestos de 2016, que se aprobaron sin sobresaltos gracias al voto favorable de socialistas y regionalistas y a la abstención de Podemos. Repite las palabras “acuerdo, pacto, diálogo y cesión” casi como un mantra, dentro de ese papel de negociador que le ha tocado jugar. “Estoy encantado con la tarea que tengo. Creo que estamos viviendo el mayor ejemplo de democracia parlamentaria que se ha hecho en estos últimos años en Cantabria”, asegura.
Año nuevo, presupuesto nuevo y a punto de estrenar un nuevo periodo de sesiones en el Parlamento de Cantabria. ¿Qué espera de este 2016?
Espero crecimiento económico, que Cantabria vaya a mejor con el presupuesto que se ha aprobado. Es cierto que no es el presupuesto ideal, el que nos hubiera gustado hacer, pero creo que puede servir para que la economía de Cantabria mejore, el empleo crezca y haya menos personas en situación de emergencia social. Cuando mejore la contratación, va a haber menos problemas para todos.
En estos primeros seis meses hemos podido comprobar cómo funciona la nueva dinámica parlamentaria, con un Gobierno en minoría que ha perdido una sola votación. ¿Qué balance hace de su estreno como portavoz?
El balance es muy positivo. Creo que es muy importante escuchar lo que los ciudadanos nos decían en la calle y que expresaron después en las urnas. Cuando votaron, los cántabros dijeron que no querían una mayoría absoluta, distribuyeron sus votos entre cinco grupos políticos y eso se traduce en un mensaje claro: pónganse de acuerdo, dialoguen, trabajen, pongan en común los distintos programas. Y creo que eso es lo que hemos hecho. Estoy encantado con la tarea que tengo. Creo que estamos viviendo el mayor ejemplo de democracia parlamentaria que se ha hecho en estos últimos años en Cantabria. Me ha tocado vivir un momento extraordinario, porque es la exaltación de esa petición ciudadana de diálogo, de consenso, de acuerdo. Estoy contento porque hemos conseguido aprobar los presupuestos, que era el objetivo.
¿Es más difícil entenderse y llegar a acuerdos cuando los recursos son escasos?
Siempre es más complicado administrar la pobreza.
Algo parecido dijo el anterior presidente de Cantabria, Ignacio Diego.
Efectivamente, estoy de acuerdo con él. Lo que pasa es que hay gente que deja herencia y otra gente que deshereda a los que vienen después. El Gobierno actual ha partido de ese grado: ni siquiera la legítima, no teníamos nada. Y en esas condiciones es difícil montar un plan de desarrollo. Yo creo que se ha hecho un esfuerzo, pero el problema no es tanto que el nivel de ingresos no sea el deseable o que no se puedan desarrollar algunas ideas que teníamos previstas, sino que tienes que dedicar los fondos a los que realmente lo necesitan de forma urgente.
Más que un problema, eso parece una obligación.
Era un compromiso y se refleja en este presupuesto, que se ocupa de aquellas circunstancias ante las que no se puede girar la cara, a las miles de familias que no pueden llegar a fin de mes, a esas casas en las que no entra ningún tipo de ingreso, a los padres que tienen que mandar a sus hijos a los comedores escolares que no estaban abiertos, a los que sufren los problemas de desahucio... Eso es lo urgente, luego vendrá lo importante, que es recuperar el empleo o la industria, recuperar el medio rural como creador de empleo, convertir a Cantabria en un referente cultural y turístico desestacionalizado... ¿Es más fácil llegar a acuerdos cuando tienes menos recursos? No, aunque siempre es complicado. En este caso, sin embargo, la negociación ha sido relativamente fácil, porque las negociaciones son más sencillas cuando los objetivos son comunes. Si tienes voluntad de llegar a un acuerdo, llegas. Esa ha sido la filosofía de este presupuesto y está siendo la filosofía del funcionamiento del Parlamento. No hay mucho, pero lo que hay se ha distribuido razonablemente bien.
Precisamente por tener que atender a lo urgente, y porque las áreas vinculadas a lo social están en manos del PSOE, se ha exteriorizado un cierto malestar desde la parte regionalista dado que el presupuesto en materias como Industria o Medio Rural está muy lejos de las expectativas. ¿Cómo se maneja eso dentro del partido?
Hay una cosa muy clara y es que el PRC es el partido que sustenta a este Gobierno. El programa de este Gobierno es el programa del PRC, que aporta 12 diputados a este Ejecutivo. En ese programa estaban recogidas todas las medidas sociales que están incluidas en los presupuestos. ¿Que es cierto que por las distribuciones de los pactos, las cesiones y el diálogo gran parte de esas áreas están en manos de nuestro socio de Gobierno? Sí. ¿Eso supone que el PSOE gestiona más que el PRC? No. El Gobierno de Cantabria es el que gestiona todas las partidas presupuestarias. Evidentemente, nos gustaría que hubiera mayores partidas para Industria o Medio Rural, pero ya las habrá. Entre comprar vacunas para los niños o subvenciones para las empresas, no queda otra opción. Malestar no, aunque no podemos estar contentos, hay que ser ambiciosos. Este es nuestro programa y están desarrollándose nuestros ejes fundamentales. Creo que es más un argumento que se ha utilizado por parte de la oposición para ver si conseguían influir en las posiciones del Gobierno. Hay un criterio común y no habrá problemas.
¿El pacto con el PSOE goza de buena salud?
Yo puedo garantizar que el pacto con el PSOE funciona bien. Se está viendo y se va a ver cómo el Gobierno va a ejecutar las políticas comunes que están recogidas en el presupuesto. Hasta ahora, el PRC y el PSOE han votado juntos todas las decisiones parlamentarias. El pacto con el PSOE goza de buena salud y espero que siga así durante mucho tiempo.
¿Detectan ciertos 'celos' de los socialistas por la buena relación del PRC con Podemos, como se evidencia desde la tribuna casi cada lunes?
Esto es una cuestión de diálogo. Nosotros tenemos buena relación con Podemos y con Ciudadanos. También intentamos tener una buena relación con el Partido Popular, aunque es más complicado. Yo no he notado esos celos a Podemos, aunque todo el mundo haya hecho muchas interpretaciones de la presencia de Pablo Iglesias en Santander. Pedro Sánchez estuvo en Cantabria y estuvo reunido con el presidente del Gobierno. ¿Por qué no salieron imágenes o no se utilizó mediáticamente en campaña? No es una cuestión que dependa de Miguel Ángel Revilla. Las decisiones las toman los partidos.
Estamos hablando de un periodo electoral en el que el presidente de Cantabria recibe a los candidatos, como en su día recibió a Zapatero. Si lo hubieran pedido Rivera o Rajoy, hubiesen sido recibidos sin ningún problema. La labor del PRC es llevarse bien con todos los grupos necesarios para pactar. Yo necesito los votos de Podemos, el Gobierno necesita los votos de Podemos. No tendría ningún sentido que la relación no fuera fluida y constante. Existen tensiones, pero quizás porque el PSOE y Podemos compiten por un mismo espacio electoral. Confío en que las relaciones con la oposición sigan siendo buenas. Eso será bueno para el Gobierno.
El PRC firmó un pacto de Gobierno con el PSOE y otro acuerdo de investidura con Podemos, al que en otros espacios políticos se le ha trazado una especie de 'cordón sanitario' para mantenerlo lejos de las decisiones importantes. ¿Cómo valora este hecho?
Yo creo que lo que estamos haciendo nosotros es una buena muestra de la nueva situación política que vive España y de la nueva situación política que vive Cantabria. Si no somos capaces de darnos cuenta de que las cosas han cambiado, mal vamos. Yo no veo necesidad de un 'cordón sanitario' con nadie, con ninguna fuerza política. Con todos los que estén dentro del marco de la Constitución se puede dialogar y llegar a acuerdos. En el caso de Podemos, lo he tenido que explicar en muchísimos foros y en muchísimos ambientes. A mí me han transmitido estas dudas en muchas ocasiones. La realidad es que son gente absolutamente razonable, que tiene sus ideas claras, que las fundamenta correctamente, que trabajan para que su programa electoral salga adelante...
Todos los partidos tenemos claro que desde donde se cambian las cosas es desde el Gobierno. El PRC y el PSOE necesitan a otro grupo para sacar adelante las propuestas del Gobierno y nos hemos encontrado con los tres diputados de Podemos, con los que hemos alcanzado puntos en común que se recogen razonablemente bien en este presupuesto. Y si yo fuera un votante de Podemos, estaría contento del presupuesto de Cantabria. La escenificación, y en eso la gente de Podemos es especialista, en el espectáculo de la democracia, también es importante. Han jugado sus cartas. En estos seis meses no he visto ninguna propuesta de Podemos que fuera descabellada, ni inconstitucional, ni ilegal, ni irracional siquiera desde el punto de vista legal, ético o político. Sacar de la posibilidad de negociación a cualquier grupo político no es correcto democráticamente.
¿Teme que las discrepancias internas que han aflorado estos días en Podemos puedan poner en riesgo esa estabilidad que ha logrado el Gobierno hasta ahora?
No me gusta opinar sobre los problemas de otros partidos, y sobre el mío, poco. Creo que los procesos de democracia interna son muy buenos, pero dentro de los partidos. Todos tenemos discusiones. Los ciudadanos valoran mucho la unidad, la coherencia con los principios, una línea uniforme en los planteamientos. Da una sensación de seguridad a la hora de votar. En partidos como Podemos, con elementos muy participativos, pueden existir riesgos de este tipo. Yo estoy convencido de que lo solucionarán como lo hacen todos los partidos. Aquí no estamos hablando de viejos o de nuevos partidos. La política ni es vieja ni es nueva, es política. Como conozco personalmente a los tres diputados de Podemos y tengo buena relación con ellos, y me parecen tres buenos diputados que están trabajando mucho, confío y deseo en que no tenga influencia en el Gobierno y que solucionen sus problemas.
¿Esta va a ser la última legislatura de Miguel Ángel Revilla como presidente de Cantabria?
[Se lo piensa] Creo que el presidente de Cantabria tiene una labor fundamental por delante, que pasa por mejorar la situación económica de la comunidad autónoma, generar empleo, porque ha prometido reducir significativamente el paro, mejorar la industria y el turismo, reducir la situación de emergencia social y hacer frente a alguna de las grandes infraestructuras que nos quedan pendientes en Cantabria, como es el tren de altas prestaciones. Si hace todo eso, Miguel Ángel Revilla estará contento y habrá cumplido su palabra.
Entonces, ¿el PRC no piensa aún en el día después de Revilla?
Vamos a ver, el PRC es un partido con una organización muy asentada, con más de 40 alcaldes, con cientos de concejales y una estructura preparada para que en el momento en el que se produzca un cambio en la dirección, se afronte sin ningún tipo de problema y en perfecta sintonía. Ahora mismo pensamos en el Gobierno. El día después de Miguel Ángel Revilla es mañana, que sigue siendo presidente y sigue ejerciendo su labor de manera magnífica.
¿Y qué valoración hace del escenario político nacional?
Es complicado, muy complicado. Parece que los ciudadanos han expresado lo mismo que en Cantabria, con muchas fuerzas políticas con algo que decir. Se acabó el bipartidismo y ahora los partidos tienen que reaccionar ante este nuevo escenario. Ahí es donde me surgen más dudas, porque no parece que hayan entendido el mensaje.
¿Están en shock todavía?
Sí, absolutamente. Hay que empezar a mover los hilos. Es una cuestión que va a tardar, que no va a ser inmediata. Va a ser un proceso lento de negociación. Hay que tener en cuenta que se está hablando mucho de una reforma de la Constitución, pero cualquier reforma pasa necesariamente porque dos tercios como mínimo del Congreso de los Diputados se pongan de acuerdo. Eso implica al Partido Popular y al Partido Socialista. Y también al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Esto es algo que también nos debe llevar a reflexionar sobre qué hay que reformar, porque nos encontramos con un Senado donde el sistema mayoritario y las listas abiertas nos han llevado a que un partido que no llega al 30% de los votos tenga mayoría absoluta en la Cámara. El Senado tal y como existe no tiene ninguna lógica.
¿Cómo cree que será la legislatura?
O se va hacia un pacto de estado entre los grandes partidos o se alcanza un acuerdo de Gobierno entre las fuerzas progresistas. En los próximos días veremos cuáles son las posiciones definitivas.
¿No va a haber una repetición de las elecciones?
Es que es problemático, porque cuando uno habla de adelanto electoral, sería una repetición seis meses después de las anteriores, sería un gasto enorme y una imagen de inestabilidad importante para dar un resultado electoral, me da la sensación, que muy parecido en lo que se refiere a los bloques. Los equilibrios se mantendrían, porque no va a haber una nueva mayoría absoluta y ni siquiera creo que dos partidos la pudieran sumar. No parece que tenga mucha lógica repetir las elecciones para obtener un resultado parecido.
Aquí es dónde vamos a ver si los partidos hemos aprendido algo o no de los nuevos tiempos de la política. Hay planteamientos ideológicos a los que no se puede renunciar, porque los electores lo tienen en cuenta. Vivimos una época de incertidumbre que va a alargarse casi hasta el verano. Va a ser apasionante y no peor que otras épocas de las que se habla mucho, como la Transición. Ahí estábamos muchísimo peor, porque había un riesgo de involución. La situación ahora es razonable democráticamente hablando y habrá que salvarla desde los instrumentos que tenemos en nuestras manos. Acuerdo, pacto, diálogo, cesión... Estas palabras serán fundamentales.
Sin embargo, hasta ahora han hablado más de líneas rojas que de puntos de encuentro...
Ese es el gran problema. Para llegar a un acuerdo es mejor dejar las discrepancias para el final. Siempre se ven con otra perspectiva cuando existe un consenso general. Vivimos en un mundo diferente, antes las mayorías eran distintas.
¿Y qué sería lo mejor para Cantabria, desde el punto de vista del PRC?
Un Gobierno PSOE-Podemos sería lo más cercano a lo que tenemos aquí. Desde el punto de vista del Gobierno de Cantabria, lo importante es tener la mayor sintonía con Madrid. De todas maneras, lo hemos dicho por activa y por pasiva: Cantabria va a reivindicar los elementos fundamentales de nuestras peticiones con la misma fuerza y la misma virulencia sea el Gobierno del color que sea. Vamos a tener el mismo afán reivindicativo. Los cántabros pueden estar tranquilos.