José María Mazón: “Los líderes de los principales partidos tienen asumido ya que debe haber Gobierno”
José María Mazón (Oviedo, 1951) es el único representante del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) en el Congreso de los Diputados. Su acta el pasado 28 de abril fue celebrada por su formación política como uno de los mayores hitos en sus 40 años de historia y fue el preludio de la contundente victoria electoral de Miguel Ángel Revilla en las elecciones autonómicas que se celebraron apenas un mes después. Su voto fue el único que cosechó Pedro Sánchez en la investidura fallida, tras alcanzar un acuerdo con el PSOE que fue la llave también del Gobierno de coaliación que ambos partidos comparten en Cantabria. Ahora, de cara a la repetición electoral del 10 de noviembre, este ingeniero de Caminos, que ha ocupado puestos de responsabilidad en la Administración regional durante casi dos décadas, se muestra confiado y optimista sobre el resultado que depararán las urnas: “El PRC va a tener una gran subida en las elecciones generales, una subida espectacular. Por eso creo que vamos a conseguir un segundo diputado”, sentencia.
¿Ha servido de algo la legislatura que está a punto de terminar?
Si la legislatura ha servido para alguien, ha sido para el PRC. Por una parte, se ha visto la utilidad de tener a un partido que representa a Cantabria en Madrid, a un partido que piensa estrictamente en Cantabria. Hemos sido el único partido que ha apoyado a Pedro Sánchez para formar Gobierno, hemos tenido voto, siendo el único que ha actuado de manera positiva, y hemos tenido voz, porque se nos ha visto en la tribuna del Congreso de los Diputados. Es muy importante que la gente nos vea, que la marca Cantabria esté ahí.
En segundo lugar, se han conseguido cosas concretas. Firmamos un acuerdo con el PSOE, un documento firmado con una serie de compromisos asumidos por este partido si gobernaba. Muchos de estos compromisos ya se han cumplido o se han comenzado a cumplir estando incluso el Gobierno en funciones. Por ejemplo, se ha licitado el estudio informativo del tren Santander-Bilbao, se ha licitado la obra de la Autovía de la Meseta, en el tramo de Quintanilla de las Torres y han salido a información pública los proyectos del ferrocarril de alta velocidad de Palencia hasta Alar del Rey.
Estos pasos que se han dado, si no está el Partido Regionalista al Congreso, no se habrían dado. Nadie lo habría pedido. Los diputados del PSOE o del PP no lo van a hacer. Todo esto hace que esta legislatura haya valido para algo en Cantabria. No es suficiente, no nos conformamos, hay mucho que hacer, porque nuestras reivindicaciones son muchas. Por ejemplo, estamos haciendo hincapié en las Cercanías, tenemos que hablar de la Dependencia, de los problemas derivados de las inundaciones... Muchas cosas que dependen del poder central en Madrid. Tener una voz propia ha merecido la pena.
¿A quién culpa el PRC de la investidura fallida que ha derivado en seis meses de inactividad en el Congreso?
Nosotros lo decimos muy claramente: todos tienen una parte de culpa en que esto haya ocurrido. Por una parte, el PSOE es responsable porque no ha sabido negociar. Lo intentó con Unidas Podemos, pero no supo hacerlo. Ciudadanos, que era la opción que hubiera dado estabilidad, ni siquiera fue posible. A Albert Rivera se lo dije en la tribuna del Congreso: ha actuado de manera incomprensible para la mayor parte de los españoles, que no entienden por qué despreciaba la posibilidad de ser un partido bisagra. Nosotros hemos sido siempre un partido bisagra en Cantabria, hemos pactado con el PP o el PSOE, siempre hemos colaborado para garantizar la estabilidad, y ahora somos el partido más votado en Cantabria, somos el partido hegemónico. Ciudadanos se ha suicidado. La oportunidad que han tenido la han desaprovechado. Y el Partido Popular también es responsable, porque votaron que no. No han dejado gobernar al partido más votado y no tenían ninguna alternativa. Y en el resto de partidos pasa parecido: ni catalanes ni vascos se mojaron. Se abstuvieron. El único que apoyó la formación de un Gobierno fue el PRC. Todos son culpables del bloqueo, aunque la escala de culpabilidad la veremos en las urnas. La decidirán los ciudadanos.
El PRC consiguió el 28A un hito histórico para el partido por primera vez en 40 años con la consecución de su primer representante en el Congreso de los Diputados. ¿Hay riesgo de que ese éxito se ponga en peligro el 10 de noviembre?
Por los datos que tenemos, nuestro diputado está muy consolidado y aspiramos a tener dos diputados a partir del 10 de noviembre. Y creo que estamos muy próximos a conseguirlo. En una situación como la actual, estos días de campaña van a hacer que el voto se decante de una manera u otra. Nuestras perspectivas son inmejorables: todos los que nos han votado nos van a volver a votar, porque la gente está muy contenta de tener un representante en Madrid. Y muchos que no nos votaron porque pensaban que no íbamos a tener representación esta vez sí nos van a votar. El PRC va a tener una gran subida en las elecciones generales, una subida espectacular. Por eso creo que vamos a conseguir ese segundo diputado. Es un poco pronto, pero que los datos que tenemos nos hacen ser muy optimistas.
Entre el 28 de abril y el 26 de mayo, entre las elecciones generales y autonómicas, hubo casi 70.000 votos de diferencia en los resultados del PRC. ¿Cree posible romper esa tendencia?
Las últimas papeletas que echaron los cántabros, el 38% fueron del PRC. Estos votos no se van a ir por arte de magia todos, ni mucho menos. Vamos a mantener muchísimos de estos votos el 10 de noviembre.
Decía usted en la última campaña que “esto no va de Pedro o Pablo, que esto va de Cantabria”. ¿Ese mensaje cala en un ambiente tan polarizado?
Yo creo que sí está calando en una gran parte de la población, lo vemos por la calle. Hay mucha gente que nos está animando. Son muy conscientes de que al final hay que formar Gobierno, pero nosotros también facilitamos esa estabilidad. Eso es un valor, tener representantes que están siempre por el sí. Hay muchos partidos que si no ganan, van a ser oposición. Nosotros no tenemos esa vocación. Siempre intentamos ser constructivos y colaborar con la gobernabilidad. Eso la gente lo va a reconocer. En cuanto a la polarización de España, si todo el mundo se piensa que lo importante es la situación de Cataluña, pues a lo mejor no nos votan, pero los ciudadanos no son tontos. Y ahora tenemos una ventaja añadida, y es que saben que estamos ahí. Antes parecía que esto era solo cosa de los grandes partidos, pero ha cambiado el escenario.
Hablaba antes de los “logros” que se habían conseguido como consecuencia de su acuerdo con el PSOE. ¿Entiendo entonces que no se arrepiente de su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez?
No, no, no, por supuesto. No nos arrepentimos porque hemos hecho lo que hemos creído, hemos cumplido con nuestro compromiso, con lo que dijimos en la campaña. No me puedo arrepentir, claro que no. Habrá alguien que diga que nosotros somos como el PSOE, pero eso no es verdad. Todo el mundo en Cantabria nos sabe diferenciar muy bien, aunque alguno lo repita en campaña… Hemos apoyado a Pedro Sánchez porque creíamos que era la mejor opción. O más aún: la única posible.
¿Ese acuerdo de investidura sigue vigente a partir del 11 de noviembre o tendrán que volver a sentarse en función de los resultados?
Nosotros vamos a mantener el mismo mensaje: vamos a defender primero los intereses de Cantabria. Por lo tanto, una de las condiciones que pondremos a cualquier candidato a presidente es que respete estos compromisos. A partir de ahí, nosotros vamos a facilitar siempre la gobernabilidad. No vamos a pactar nada con aquel que no tenga posibilidades. Al candidato que pueda ser presidente sí lo vamos a apoyar. Aunque a ver, hay unos mínimos, unas líneas rojas para tener nuestro apoyo. Eso está claro.
En este arranque de precampaña prácticamente toda la actividad política está centrada en la situación de Cataluña y en las reacciones tras la sentencia del procés. ¿Cómo ve la evolución de este conflicto? ¿Cómo valora estos acontecimientos?procés
En Cataluña hay un Gobierno autonómico que está enfrentado al Gobierno de España y que es un Gobierno que no representa a muchos catalanes. Es más, solo representa a los independentistas. Hay millones de catalanes que están deseando que el Gobierno de España les apoye, les ayude y haga cosas. El Gobierno de Torra es prácticamente su enemigo. Y nosotros defendemos la unidad de España, porque está en la Constitución. Todas las leyes y todas las normas se pueden llegar a cambiar, pero actualmente hay unos límites y no se pueden saltar estos límites en democracia. En Cataluña, la falta de libertades la tienen los no independentistas, que son los que no pueden salir a la calle tranquilamente. Hace falta firmeza. No digo cómo, porque la situación es compleja, pero hace falta firmeza.
¿Y le parece correcta la actitud que está tomando el Gobierno de Pedro Sánchez al respecto?
Yo creo que está bien. A Torra le ha puesto firme y me parece muy bien que Pedro Sánchez no le reciba porque una persona que no condena la violencia como debe, no puede ser un interlocutor válido. Torra no tiene que decir que los violentos no le representan, tiene que decir a los violentos que les va a perseguir, que les va a detener y que les va a acusar, porque es su obligación. El Gobierno catalán tiene que decirles que va a por ellos. Y eso no lo dice. Mientras que no digan esto, no se puede hablar con ellos. A partir de ahí, se puede hablar de todo.
En estos momentos, entiendo que los poderes del Estado estén tomando buena nota de todo lo que está pasando y reúnan las pruebas suficientes para detener a los cabecillas de estos disturbios, que no es una violencia gratuita o esporádica. Es una violencia organizada dentro de un plan que va contra las leyes y la democracia. No se trata de actuar contra ellos a las bravas, como dirían en los bares, no, no. Hay que respetar la legalidad y estar vigilantes para que esto no vuelva a ocurrir.
¿Y qué le parece la sentencia por sedición contra los líderes políticos del independentismo catalán?
Personalmente, confío en el Tribunal Supremo. Es una sentencia que ha tocado todos los temas que tenía que tocar y es suficientemente ponderada. No tiene nada que ver con lo que están repitiendo los independentistas como un mantra. Lo que ha quedado probado es que había delitos y se han aplicado las penas que establece el Código Penal. Hay que acatar la sentencia. No quiero entrar en el detalle, pero me parece que está bien. Se han cumplido todos los requisitos procesales, con absoluto respeto a los derechos humanos, y han quedado probados unos hechos que son motivo de delito. Nada que añadir al respecto. Ni es una sentencia vengativa ni una sentencia política, nada más lejos de la realidad.
El otro asunto relevante de los últimos días ha sido la exhumación de Franco. ¿Cómo lo ha vivido? ¿Qué opinión le merece?
Bueno, lo he vivido con cierta distancia. Tengo que reconocer que es un asunto del que no me he preocupado mucho. Creo que es una cosa positiva que se haya sacado a Franco del Valle de los Caídos, que es algo que probablemente se tenía que haber hecho hace mucho tiempo. No vamos a echar la culpa a nadie, pero ha llegado el momento. Quizás algunos lo han intentado utilizar electoralmente, no sé. Yo creo que no va a tener una gran influencia electoral, porque no creo que haga cambiar a nadie su voto. Lo que no veo tan positivo es cómo se ha hecho…
¿No le ha gustado el proceso?
No. No me ha gustado que lo hayan televisado, por ejemplo. Creo que ahí no tenía que haberse dado tanta cobertura. Tenían que haberlo sacado discretamente, sin televisión. La familia podría haber estado allí, pero de manera más discreta. No entiendo esa retransmisión. Pero vamos, es un tema que ha llegado por fin, bienvenido, pero hasta aquí, nada más que hablar.
Con este tipo de asuntos que marcan la atención mediática, ¿queda espacio para reivindicar una agenda social a las puertas de una nueva desaceleración económica?
La agenda social tiene que estar siempre ahí. Y a medida que avanzan los tiempos, todavía más. Ha aumentado la desigualdad, y con las máquinas, el autoempleo… están cambiando mucho las cosas. Yo soy muy partidario del colchón social y tiene que haber recursos para ello. Está claro que no todo se puede pagar. No se pueden subir las pensiones todo lo que nos gustaría, ni los sueldos más bajos… Se puede hacer mientras la economía lo permita. Si lo haces cuando no hay recursos, es peor el remedio que la enfermedad. En España hay unos mínimos que están cubiertos y que es difícil bajar de ellos. Eso no es malo para la economía. Luego hay reivindicaciones como las de los funcionarios públicos, por ejemplo, que cuando no se puede, no se puede. Hoy en día estamos viendo reivindicaciones que no es fácil llevar a cabo de hoy para mañana. Hay que medir mucho las cosas. Si las mejoras se hacen paulatinamente y con cierto rigor, se van consolidando.
¿Y qué le diría a esos pensionistas que, semana tras semana, salen a la calle a reivindicar sus derechos?
Lo primero que le diría a los pensionistas es que en España las pensiones no son malas. La media de las pensiones es buena comparada con otros países europeos. Nuestro sistema ha ido mejorando mucho, se han subido mucho las pensiones en los últimos años, y en este sentido creo que no se puede tener queja. De hecho, en toda la crisis, los pensionistas son probablemente los que menos han sufrido. La han sufrido mucho más todos aquellos que se han ido al paro o que estaban ganando 1.200 euros y ahora ganan 800 o 900. Los pensionistas en España, en general, tienen unas pensiones que no están mal. Hay algunas que hay que subir, pero habrá que hacerlo paulatinamente. En otros países hay otros sistemas peores, que son la mitad que en España, y la gente se tiene que buscar sus ahorros a lo largo de la vida. Las pensiones en España han ido mejorando paulatinamente, no son ningún escándalo. En mi opinión, los pensionistas en España están aguantando bastante bien esta crisis en comparación con otros colectivos dentro de la sociedad.
Decía antes que es un poco pronto para hacer predicciones, pero a la vista de las encuestas, la tendencia parece que es clara y se mantiene la fragmentación. ¿Los resultados nos pueden llevar a un mayor bloqueo o ve factible que, de una manera o de otra, haya Gobierno?
Da la impresión de que los resultados no van a ser mucho mejor en cuanto a la fragmentación, pero sí ha cambiado la mentalidad. Los líderes de los principales partidos creo que tienen asumido ya que debe de haber Gobierno. Unas terceras elecciones serían una locura, así que creo que va a acabar gobernando el que más apoyos tenga, aunque no alcance la mayoría absoluta.
¿Con una abstención?
Probablemente, probablemente. Y sin la necesidad de que haya que hacer pactos extraños con partidos que a lo mejor están haciendo unas exigencias que no son bien vistas… Creo que el resultado va a seguir siendo fragmentado, pero la mentalidad de los partidos grandes ha cambiado.
¿Habla de una gran coalición, PSOE-PP o PP-PSOE, en función de quién gane?
Vamos a ver, tampoco quiero hacer pronósticos, pero parece claro que a nivel nacional van a ser las dos fuerzas principales. Veremos quién tiene más apoyos…
Esa posibilidad sería mucho peor para el PRC, en cuanto a la opción de hacer valer sus votos en una hipotética investidura…
Nosotros podemos tener influencia. Si tenemos dos diputados en Madrid, seremos importantes. Y siempre tendremos la voz. Siempre es importante que te oigan, y como vamos a pedir cosas razonables para Cantabria, estoy convencido de que vamos a conseguir que se comprometa con ellas el que gobierne. No es lo mismo tener a un partido como el PRC a favor que en contra. Entre otras cosas porque tenemos a un líder, que es Miguel Ángel Revilla, que tiene un eco nacional que no lo tiene nadie. Cualquier partido que tenga el apoyo del PRC y de Revilla tiene un valor añadido enorme. Ahí vamos a tener una posición de fuerza.