Román San Emeterio (Santander, 1970) se afilió a UPyD en enero de 2008, animado por los textos del filósofo y pensador Fernando Savater. Su intención era contribuir al funcionamiento de la nueva formación en Cantabria, que actualmente tiene algo más de cien afiliados. Cuenta que nunca pensó en participar “de forma activa” ni mucho menos tomar las riendas. Sin embargo, desde hace poco más de dos años es el coordinador y la cabeza visible del partido magenta en la región. “Hacían falta tantas cosas que dabas la mano y te cogían el brazo”, afirma recordando los inicios. Este arquitecto y empresario concurrirá, por segunda vez, a la Presidencia de Cantabria con la tranquilidad de tener la sensación del “deber cumplido”.
Le toca encabezar la lista de UPyD al Parlamento autonómico justo en el momento, posiblemente, más convulso desde la creación del partido.
Tenemos problemas de imagen pero nadie está cuestionando lo que hacemos. UPyD no es un partido que proponga cosas mierdosas o locas, no; lo que están cuestionando es cómo nos organizamos y quién nos dirige. Y a mí eso me parece desviar la atención sobre lo esencial. Lo que está en juego no es que vaya a haber un Congreso extraordinario en junio; lo que tendrás que ver es si lo que proponemos para tu ciudad o tu comunidad autónoma te parece interesante.
Pero también importa quién lidera el proyecto.
Sí, sí. Pero a mí me parece paradójico que se cuestione un partido que gusta lo que hace, porque a mucha gente, aunque no sea votante, le ha parecido útil lo que ha hecho UPyD en estos siete años, y lo ha hecho con esta misma dirección. La dirección que no te gusta es la que ha hecho todo esto. Es una contradicción, una especie de amor-odio. Me gusta mucho lo que haces pero no me gusta quién está de portavoz ahora mismo, y no me gusta ahora, porque durante siete años ha sido –Rosa Díez- la política mejor valorada de este país. Es cierto que el CIS no te pone nunca la tabla de los más odiados, en la que posiblemente habría sido también la primera.
A mí me parece que ha habido mucha distorsión con el partido y que éste ha sido el único flanco débil que se ha encontrado. UPyD es un partido incómodo, que no se casa con nadie, que si tiene que sentar en el banquillo a alguien poderoso lo hace. En lugar de gastar dinero en publicidad, lo hacemos en querellas. Eso es incómodo y nadie puede pensar que eso no tiene consecuencias. Si tú a los ataques externos le sumas tus errores propios, de organización humana, que siempre existen, han dado esta situación de crisis, de la que yo creo que saldremos fortalecidos.
¿Que lo tenemos más complicado? Pues seguro que sí, porque no podemos obviar esta sensación ambiente, pero es cierto que hay muchos lugares en los que estamos bien.
¿En Cantabria?
En Cantabria nunca hemos estado mejor. Yo llevo siete años y creo que es la época en la que estamos más consolidados. No ha habido ninguna salida del partido.
¿Cómo están preparando las elecciones?
Contamos con escasísimos medios económicos para hacer la campaña, no será fácil que la gente nos vea en grandes vallas publicitarias ni con anuncios en prensa. Vamos a tener 2.000 euros para toda la campaña. Con eso vamos a poder imprimir los carteles que necesitamos para estar presentes en los municipios donde nos presentamos. ¿Cómo lo vamos a suplir? El trabajo en redes sociales, que es el que nos ha servido siempre para prosperar, y calle. No podemos hacer muchas cosas más.
¿Y cuáles van a ser las líneas programáticas en las que van a incidir?
Vamos a hacer hincapié en las cosas que ya hemos hecho. Creo que hemos sido el único partido extraparlamentario que hemos llevado propuestas concretas, como reestructurar la Administración. Se ha recortado en cosas esenciales mientras sigue existiendo una especie de michelín administrativo que hay que adelgazar. El mapa municipal también es absurdo, 102 municipios para una población de 585.000 habitantes.
Mi primera propuesta, estando en el Gobierno o en la oposición, sería hacer un gran pacto para los asuntos esenciales que tienen que ir más allá de cuatro años. Un pacto sobre la educación, la sanidad, la industria, la economía… Con quien quiera que hables, todo el mundo te dice que no hay un plan, no hay un objetivo, vamos dando palos a la piñata. Es un poco ir a la deriva, y hacer que la inercia y la inacción resuelvan ciertas cosas. Hacer un plan para saber hacia dónde queremos que esta comunidad vaya a largo y medio plazo.
Voy a incidir también en la reforma de la Ley electoral con la supresión del umbral de acceso al Parlamento, la incompatibilidad de cargos y la participación ciudadana. Hay mecanismos en Cantabria que nunca se han puesto en marcha, como las iniciativas legislativas populares o las preguntas parlamentarias. Nosotros hemos planteado la creación de un escaño 36 para que la ciudadanía pueda llevar y defender iniciativas en el Parlamento.
Pero realmente, después de estos cuatro años de rodillo del PP, el partido tradicionalmente más votado en Cantabria, ¿cree que es posible ese pacto?
Tampoco sé si es posible reducir los municipios de Cantabria pero no voy a dejar de proponerlo si me parece necesario. O lo planteamos o no se va a hacer nunca. Yo creo que, en un momento dado, no es tan difícil llegar a un consenso.
¿Qué les diferencia del resto de formaciones con las que van a competir por el voto de los ciudadanos?
Nuestra trayectoria puede hablar por nosotros. Somos un partido que ya tiene representación. Por ejemplo, hemos hecho un trabajo estupendo en Piélagos. ¿Qué nos diferencia? Pues que decimos lo que creemos que hay que decir. Decir en Cantabria que hay que agrupar municipios, igual no gusta pero si es necesario, hay que decirlo. Somos un partido muy libre e independiente. Eso nos causa problemas para crecer.
Somos un partido de gente trabajadora, que conoce la calle, no estamos en una burbuja como otros. Eso es una diferencia. Y, sobre todo, no amoldamos nuestro discurso a lo que creemos que se tiene que escuchar, como hacen otros partidos. Seguramente eso dará rédito electoral pero a mí no me compensa. Yo me dedico a esto voluntariamente y me gusta mirarme al espejo todos los días sabiendo que digo lo que pienso. No vendo ningún elixir crece pelo.
Entre los rivales por obtener representación en la Cámara autonómica están antiguos compañeros del partido (Rubén Gómez y Juan Ramón Carrancio, números uno y dos de Ciudadanos, entre otros). ¿Qué paso para que se produjera esa fuga de UPyD a Ciudadanos?
Casi ni me acuerdo de lo que pasó. Fue tan remoto… hace dos o tres años. Hubo una concejala en Santoña, denunciada por un compañero por presuntas irregularidades en el uso del dinero del grupo municipal. Al abrirse el expediente la exconcejala nuestra, que no dejó su acta, se marchó del partido; no esperó a la resolución ni planteó defenderse como tenía capacidad de hacer, y en esa salida arrastró a un grupo de personas, entre ellos, quienes están ahora mismo liderando Ciudadanos en Cantabria.
La concejala denunció a su antiguo compañero por atentado al honor por decir que ella se lo llevó a su casa. Hubo un juicio hace poco, y quedó acreditado lo que se estaba diciendo. Ella ha recurrido la sentencia.
Estas personas se marcharon con varias portadas de periódicos y mucho ruido. Yo pienso que ahora mismo algunos de ellos se tienen que estar hasta arrepintiendo porque es ponerse del lado de alguien que no hace las cosas demasiado bien. Espero que lo hicieran por ignorancia. A mí no me preocupa. Personalmente los hay con los que tengo más simpatía que con otros.
Decía que a lo mejor se están arrepintiendo. ¿No cree que a lo mejor se están alegrando porque las encuestas les dan representación en el próximo Parlamento y a UPyD no?
Evidentemente las encuestas desde hace un par de meses están siendo estupendas para Ciudadanos, pero no me refería a eso. Pueden estar arrepintiéndose porque, de repente, alguien les recuerde que se marcharon de un partido protegiendo a una concejala que no hacía las cosas bien.
Tampoco fue tanta sangría como se vendió. Para nosotros fue duro pasar ese trance pero en estos dos años el partido se ha consolidado. No hemos tenido que gastar energías hacia dentro, por lo cual lo hemos gastado todo hacia fuera, y llegamos a las elecciones en una situación muy buena.
Dice que llegan en una situación muy buena, pero si miramos las encuestas hace un año UPyD entraría en las instituciones y, sin embargo, ahora los sondeos les dejan fuera. ¿Qué ha pasado para que en tan poco tiempo se haya revertido esa tendencia?
Esa pregunta se la haría yo a la gente. ¿Qué hace que un partido de repente se infle en dos meses en las encuestas y otro se hunda? En las elecciones europeas muchas personas piensan que tuvimos que tener mejor resultado, y seguramente es así, pero también tuvimos una progresión muy importante, y UPyD en Cantabria creció más que en toda España.
¿Qué hace que estés en las encuestas o no? Pues mira, la única encuesta que se ha realizado en Cantabria ha sido la del Diario Montañés. Desafortunadamente el que hizo la encuesta preguntó a simpatizantes de UPyD y, según nos han contado, no se cuestionó por nuestro partido. UPyD no estaba en esa encuesta, y es mucho más complicado que salgas cuando no se pregunta por ti. Las encuestas, todo el mundo sabe, cómo pueden llegar a ser influidas por el que la hace. Otra cosa es que las tendencias están ahí.
Y la tendencia, por lo que refleja el resultado en Andalucía, no parece buena.
Fue un resultado que no esperábamos. Estoy de acuerdo en que hay que hacer autocrítica pero una cosa es hacer autocrítica y otra sacar una guillotina y cargarse la dirección de un partido. Algo que no ha hecho Izquierda Unida con su pésimo resultado electoral. O el Partido Popular tampoco. Lo único que se ha esperado es que la cabeza de Rosa Díez rodara por la carrera de San Jerónimo abajo.
Entonces usted sigue confiando en la dirección de Rosa Díez.
Sí, sí pero no porque confíe ahora. Lo complicado de los grupos somos los humanos. Personas que pueden estar enfrentadas a Rosa Díez, les tengo en muy buena estima porque me han demostrado una gran tarea. Por ejemplo, Toni Cantó. Creo que hasta personalmente podía tener un pequeño prejuicio, pero me ganó con su actividad parlamentaria, con su dedicación, con la ayuda que nos hizo en campaña. Es un tipo muy servicial, amable, cercano.
Sinceramente, sigo creyendo que hemos acertado en lo difícil, que ha sido la parte seria de la política, y que hemos fallado en lo fácil, que era contar todo lo que hacíamos. No es muy normal que lo que se esté cuestionando de mi partido es cómo nos organizamos internamente y quién lo dirige o lo va a dirigir. Yo lo que apelo a las personas es que si te gusta lo que un partido hace, pues apuesta por eso. Además la contradicción que decía antes: si un partido con una directiva llega a hacer una política que a ti te convence, por qué cuestionas tanto esa dirección.
Con lo cual, yo confío en que las políticas que hemos llevado han sido acertadas. No creo que la dirección interna del partido esté bien, desde hace ya tiempo, y eso hay que resolverlo.
Hay compañeros suyos que han dicho que Rosa Díez les está llevando al matadero.
Y otros que se han marchado a otro partido en cuanto han pensado que no iban a salir diputados autonómicos. Hay algo que últimamente me irrita bastante, y es pensar que un montón de personas que estamos en este partido, estamos de alguna manera aducidos por un maleficio y una perversa madrastra que nos controla y nos domina. Esa imagen que se ha vendido de la Rosa absolutista, a mí me parece insultante.
UPyD es un partido de gente muy libre, muy exigente y eso tiene su precio. Cuando se es muy generador de ideas innovadoras y de defensa muy fuerte de ciertos pensamientos, cuando algo no gusta también es virulento. Somos personalidades bastante fuertes.
En siete años lo único que se ha podido decir de UPyD es “Rosa Díez mala”. Yo tampoco soy mitómano. Ni creo que ella se vea eterna; tiene prácticamente la edad de mi madre, todos tenemos una carrera vital. En mi opinión, ha habido una especie de acoso y derribo hacia su persona. Insisto en que lo único que se ha conseguido decir de UPyD es que no estamos bien organizados y que nos manda una todopoderosa madrastra que nos controla a todos con un encanto. A mí eso me parece un poco insultante para los militantes.
Otros compañeros también están planteando que fue un error no confluir con Ciudadanos. ¿Por qué apuesta usted?
Yo apuesto porque UPyD sea UPyD. Al principio de la entrevista decía que la negociación tiene que ser obligatoria en política, pero negociar con alguien no quiere decir que te cases. Para mí el tema no es ese. A medida que avanza el tiempo veo cada vez más cosas que nos diferencian. No nos parecemos tanto como la gente cree. La negociación con Ciudadanos será obligatoria, pero una cosa es negociación y otra casarte. Por cierto, tampoco creo que ellos tengan mucho interés. Nosotros somos un partido independiente y queremos seguir siéndolo.
Si UPyD no entra en el parlamento de Cantabria, ¿habrá que depurar responsabilidades internas?
Pues no lo sé. La sensación que tenemos es un poco como la película ‘Lo imposible’. Estamos vendiendo helados en la playa, porque no estamos tomando el sol, y llega un tsunami muy grande. El resultado será el que sea pero la gente nos está transmitiendo que lo estamos haciendo muy bien.
Además, tenemos una organización en la que es muy fácil trabajar. Yo creo que hoy somos el partido mejor avenido en Cantabria. No tenemos ningún problema dentro de UPyD Cantabria. Y yo confío en que tengamos un buen resultado; no presento para jugar, me presento para ganar. Tampoco tengo ninguna intención de aferrarme a nada.
Por último, ¿qué serie de televisión le regalaría al presidente de Cantabria?
Ninguna. Yo no regalo nada a ningún cargo público. No hay regalos posibles.