Revilla pedirá protección policial ante el “acoso” hacia él y su familia de un grupo de hosteleros cántabros
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), no va a dimitir, tal y como le pide la derecha parlamentaria encabezada por PP, Ciudadanos y Vox y la Asociación de Hostelería de Cantabria, tras sufrir un escrache de un grupo de hosteleros al término de una comida con empresarios este pasado jueves en Santander. “Si yo pensase que he hecho algo mal, no necesito que me lo pidan”, ha subrayado el dirigente regionalista, que ha sido acusado de comer en el interior de un local de hostelería y fumar en la terraza, algo que niega tajante.
Y es que desde hace 20 días, el presidente de Cantabria, que no lleva escolta, está siendo perseguido sistemáticamente en sus comparecencias públicas y en reuniones de trabajo, una situación de “acoso” que se está viendo extendida a su familia, según ha explicado él mismo, ya que su hija ha sido increpada con insultos una noche reciente al verter la basura doméstica en los contenedores callejeros. La hija de Revilla fue grabada en vídeo e increpada, algo que su padre “no va a tolerar más”.
A raíz del incidente en el restaurante en el que los hosteleros le acusan de saltarse sus propias normas comiendo en el interior de un local y fumando un puro, Revilla ha negado estas acusaciones, amplificadas en las últimas horas a través de las redes sociales, y ha pedido una comparecencia parlamentaria, que tendrá lugar la próxima semana, así como protección policial de sus actos y reuniones.
Al término de un acto conmemorativo del Día de Europa, el presidente cántabro ha hecho un llamamiento a los partidos políticos para que “no alienten comportamientos violentos” como los que él está padeciendo. En estas semanas fue increpado al ir a vacunarse a un centro de salud del Astillero, también su coche fue zarandeado cuando se encontraba asistiendo a un pleno parlamentario, ha sido grabado en Somo conversando con un puro en la mano a varios metros de un parque infantil y, este jueves, fue increpado y perseguido por tres hosteleros que se presentaron al término de una comida de trabajo en la terraza de un restaurante cercano a su despacho, en el centro de Santander.
En los propios vídeos que grabaron los hosteleros que le increparon en el restaurante, y que han acabado viralizándose en redes sociales, se aprecia cómo el presidente reacciona en primera instancia con aturdimiento, para después buscar refugio en el interior del restaurante, de donde vuelve a salir e intenta mantener un diálogo con los que le persiguen, que continuamente le reprochan haber llevado “a la ruina” a la hostelería. Revilla, que niega que un puro que había sobre la mesa fuera suyo -cosa que este viernes ha reconocido que sí-, fue perseguido hasta la calle Castelar y a partir de ahí ya se dirigió en solitario a la Presidencia del Gobierno, que se encuentra en las inmediaciones.
“Ayer tuve una comida con unos empresarios muy importantes para un nuevo proyecto para Cantabria. Ellos mismo reservaron y plantearon que comiéramos en una terraza a las dos y allí me presenté”, ha relatado ante la prensa. Concluido el almuerzo Revilla ha afirmado que fue sometido a “actitudes violentas” de un grupo de personas, entre los que se encontraba “el hijo de un antiguo dirigente del Partido Popular que llevaba guardaespaldas”. Por fuentes próximas al presidente, así como por su imagen recogida en los vídeos del incidente del jueves, la referencia de Revilla se atribuye al hijo hostelero del exdirigente del PP y exalcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro.
Por otra parte, Revilla ha rectificado su afirmación que puede oírse en el propio vídeo de que el puro que aparece en la imagen no era suyo. Ahora lo reconoce, pero añade que “no lo estaba fumando” y que, cuando acude a un lugar en el que no se puede fumar, lo apaga momentáneamente a la espera de volverlo a retomar cuando abandona el sitio. “Un puro no es un cigarrillo, cuesta tres euros, por lo que al acabar sigo [fumando]”.
Revilla ha dicho que esta es una práctica que viene de lejos y ha recordado que cuando acude al Parlamento hace lo mismo, dejando en un aparte el puro apagado, algo que en el pasado le costó un encontronazo con otro dirigente del PP, Ignacio Diego, al que desde entonces se le ha tildado desde el regionalismo como el “pisapuros” por arrojar y pisar el puro depositado en el alféizar de una ventana del exterior de la Cámara autonómica.
“Sí, era mío y ahí se quedó. En una foto aparezco con el puro en la mano, pero no en la boca”, ha explicado. “Tengo el defecto del puro, pero procuro cumplir las normas”, ha añadido.
Protección en sus actos y llamamiento
Revilla dice estar más preocupado por el acoso a su familia y el boicot a sus actos y reuniones de trabajo que por su situación personal. El presidente se está pensando en pedir protección personal, aunque ya ha decidido solicitar un servicio de vigilancia a la Delegación del Gobierno para aquellos actos o reuniones de trabajo en los que participe. “Me he negado siempre a tener protección, pero desde hace 20 días estoy siendo sometido a una presión tremenda”, se ha justificado.
Del incidente en el restaurante de la calle Castelar, Revilla dice haber pasado “vergüenza por los empresarios” y ha avisado contra los que alientan este tipo de actos. En este sentido, ha dicho que hay partidos políticos detrás. “Hay grupos que crean una tensión terrible alentados por partidos políticos”, ha acusado sin citar nombres, aunque en declaraciones a Radio Euskadi, Revilla ha precisado que se trata de la “extrema derecha”.
“Nunca he acosado a nadie. Estoy en contra de exacerbar los ánimos. Condeno cualquier tipo de violencia y escrache. Hago un llamamiento a los partidos políticos para que no alienten este tipo de situaciones que empiezan así y acaban de otra manera”, ha apelado.
Partidos y patronal piden su dimisión
Ante los últimos acontecimientos, la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) ha denunciado ante la Consejería de Sanidad lo ocurrido en el restaurante, donde el presidente “se sentó a comer y a fumar un puro en el interior de un negocio de hostelería”, actividad “prohibida” por Sanidad, por lo que ha pedido su dimisión por lo que consideran este “incumplimiento”.
El presidente de la patronal hostelera, Ángel Cuevas, acompañado por la Junta permanente de la asociación, ha valorado que “hay que tener muy poca vergüenza” para pedir medidas a los ciudadanos y que Revilla, que es “el que las hace”, es “el primero que se las salta”.
“Consideramos los hechos muy graves, sobre todo por tratarse de su protagonista y de sus posteriores declaraciones diciendo que no había fumado”. Cuevas ha pedido a Revilla que se vaya “a su casa” y ha apuntado que “es fácil ver los toros desde la barrera y no jugarse el pan del día a día como hacen las 7.000 familias de hostelería de la región”.
Por su parte, el coordinador de Ciudadanos en Cantabria, Félix Álvarez, ha afirmado este viernes que al presidente Revilla “no le queda otra salida que dimitir” al entender que ha comido y fumado en el interior de un restaurante, lo que está prohibido.
Álvarez ha acusado al jefe del Ejecutivo de “mentir” y de utilizar “excusas” cuando él es “el único responsable de sus acciones”, subrayando que lo que ha hecho “no tiene un pase”. Porque, si el vídeo se confirma, algo que en su opinión debería hacer la Consejería de Sanidad, en él el presidente actúa “como si las restricciones y las prohibiciones que el propio Gobierno de Revilla decreta no fueran con él, como si estuviese por encima de la ley, como si estuviese por encima del bien y del mal”.
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