Tan solo 31 de los casi 800 niños matriculados en los dos colegios públicos de Santoña acuden a clase en pleno confinamiento del municipio
La vuelta al cole en Santoña, municipio en el que se levantó un cordón sanitario el pasado miércoles por el avance de la pandemia, ha estado marcada por un importante absentismo entre el alumnado de Infantil y Primaria que ha iniciado este lunes, como en el resto de Cantabria, las clases presenciales.
Y es que tan solo han acudido a las aulas 31 de los 796 niños y niñas matriculados a fecha del 2 de septiembre en los dos centros públicos de la localidad, el CEIP Macías Picavea y el CEIP Juan de la Cosa, según datos facilitados por la Consejería de Educación que dirige la regionalista Marina Lombó.
Además, en el Sagrado Corazón, colegio de carácter concertado, han sido 88 de los 169 alumnos los que han acudido, según este mismo departamento. Así pues, han sido menos del 4% los que han ido a clase en centros públicos y, en total, contando el alumnado del colegio concertado, el porcentaje asciende al 12%.
No obstante, este absentismo era previsible, tras la concentración celebrada este domingo en el municipio en la que cientos de vecinos reclamaron que se retrasase el inicio del curso escolar, una postura compartida con los directores de los centros educativos, que llegaron a amenazar con no abrir los colegios, pero que finalmente se echaron atrás acatando las órdenes de la Consejería, pese a manifestarse en contra de su postura abiertamente.
Tras conocer las bajas cifras de asistencia, desde el sindicato educativo STEC, que este fin de semana pidió el cese de la consejera del ramo, han celebrado la decisión de las familias de no llevar al colegio a sus hijos a través de su cuenta de Twitter.
Además, el concejal de Educación y Sanidad del Ayuntamiento de Santoña, que además es profesor en el CEIP Macías Picavea, Ismael Diego (PSOE), ha señalado que estos datos se explican porque que desde el primer momento los vecinos han apoyado la postura de los equipos directivos y de las Ampas de retrasar el inicio del curso hasta el 16 de septiembre, día en que está previsto levantar el cordón sanitario si la evolución de los casos en la villa es buena.
“Apelamos al sentido común”
Por su parte, la jefa de Estudios del centro, Vanesa Pechero, ha lamentado que desde la Consejería de Educación les “han obligado a abrir” pese al confinamiento impuesto al municipio, y ha apelado al “sentido común” que, a su juicio, “no debe haber mucho”.
En este sentido, ha considerado una “contradicción” que mientras en Santoña se impiden reuniones de más de 10 personas se permita que en el entorno de un colegio como el Macías Picavea, con 500 alumnos y 42 profesores, este lunes se pudieran juntar hasta “mil personas”, dado que cada niño habría ido acompañado al centro de un familiar.
Ha denunciado además que a los profesores no se les ha hecho pruebas PCR para detectar posibles casos de coronavirus antes de acudir a las aulas. “Si la localidad está confinada y los niños tienen que venir, ¿por qué no se han hecho pruebas, y si tengo COVID?”, se ha preguntado.
Pese a estas reticencias, los centros “han abierto con normalidad según la normativa que nos han impuesto”, ha reiterado, y los profesores van a recibir a los niños “con la mejor de sus sonrisas, porque ellos no tienen la culpa de nada”, ha señalado Pechero en declaraciones a EuropaPress.
En este sentido, ha destacado que los colegios llevan trabajando todo el verano en la organización del nuevo curso, y en los centros está todo “preparado” para cumplir las medidas sanitarias y de seguridad para prevenir contagios.
Por su parte, los pocos familiares que han acercado a sus hijos a los centros han pedido respeto para su decisión, tomada bien por motivos organizativos o de manera “muy meditada”, según ha dicho una madre, que ha pedido “respeto” y el “apoyo” de las Ampas a los padres que quieran ejercer su “derecho a la escolarización”.
En su opinión, la Consejería de Sanidad “tiene muchos más datos que nadie” y “más seguros que aquí”, es decir en los centros educativos, los niños “no van a estar en ningún sitio, con distancias, con mascarillas y sabiendo lo que tienen que hacer si se les ha explicado en los domicilios”.
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