“Seguimos viviendo en una farsa”
Javier Hernández Larrea, más conocido como Boni para los amantes del rock duro por ser la voz y guitarra de la mítica formación Barricada, ha comenzado una nueva etapa de su carrera musical con 'Incandescente', su segundo trabajo en solitario –'Peligroso animal de compañía' (1992) fue el primero-, dividido en dos discos, uno acústico y otro con su rock más eléctrico.
Boni quiere seguir grabando discos, haciendo canciones y encontrándose con la gente que quiere verle. “Quiero continuar disfrutando de un oficio que considero de los más bonitos del mundo”. El veterano rockero ha prometido a eldiario.es que hará “lo mejor que sé, que es entregarme a tope en el directo” y que veremos un Boni enérgico pero, dice entre risas, “más veterano, por supuesto”, en el concierto que ofrecerá este viernes en la sala Black Bird de Santander o el próximo 22 de julio en la Noche de Rock de Música en Grande 2016. “Lo que van a tener es entrega total”.
¿En los directos de 'Incandescente' trabaja más el formato acústico o el eléctrico?
El directo lo tengo enfocado a que sea la parte eléctrica. El formato acústico lo hice un poco por reflejar el momento compositivo que estaba viviendo. En ese momento, no forcé la máquina para hacer una cosa tan extraña como se puede considerar un rockero haciendo un acústico, pero sí que me empezaron a surgir ideas con ese formato y me pareció bastante adecuado el poder sacar esa otra cara. No por eso tiene menos graduación, las letras tienen una connotación pesada, algunos momentos de crítica y otros momentos algo más íntimos, pero van de la mano del proyecto de 'Incandescente'.
¿Alguien se ha llevado una sorpresa por la parte acústica de su disco doble?
La referencia ya la tenían con Barricada cuando intentamos hacer ese formato en 'Latidos y mordiscos', pero en cierto modo sí que ha podido llegar a sorprender esta primera aparición como representación en solitario y personal, tal vez ahí sí que alguno creía que iba a tirar más por lo duro y lo directo. Eso no se ha quedado atrás, sigue ahí, solo que he querido un pequeño aderezo, por mostrar el momento musicalmente prolífico que estaba viviendo con todas esas inquietudes musicales y letrísticas que me iban surgiendo.
El público parece haberlo acogido muy bien...
Sí, la gente lo ha acogido muy bien y más de uno me ha llegado a comentar que le ha gustado mucho y que le entra muy bien el acústico, que no se lo esperaban, pero que tampoco les extrañó. Me alegra y al a vez me da un poco más de amplitud para poder presentarme en un directo para cualquier causa.
Ahora me ha surgido una actuación en Burgos que para mí es especial, en el Museo de la Evolución –no sé si creerán que yo soy el eslabón perdido–, y ahí voy a estar con mi guitarra afrontando el acústico en solitario. Es un reto que me atrae mucho, con un acústica donde la gente me va a ver como habitualmente se está en casa componiendo una canción, y eso puede ser muy curioso.
¿Compone de la misma forma que cuando era parte de Barricada?
De entrada, mi instrumento que es mi guitarra, mi hacha, el cirio que ilumina el camino. Yo siempre acudo al instrumento, de ahí se va formando una melodía y agarro la guitarra y empiezo a cantar encima cuando algo me surge. Son todo ciclos que vas alimentando poco a poco. A partir de ahí, el ambiente que tiene la canción me puede dar alguna pista: si la canción tiene algo oscuro o tenebroso me pedirá hablar de una cosa que tenga esa especie de color ambiental. Me intento adecuar a lo que me pide la música. Es raro que tenga una letra y le ponga melodía, a mí me gusta mucho la música y es, tal vez, lo que me orienta.
Los fans que han escuchado su disco dicen que lo que más les recuerda a Barricada es su voz y que para el resto se ha reinventado. ¿Así lo pretendía?
En ningún momento he intentado desligarme del estilo de Barricada, ni he intentado parecerme. Me intento dejar llevar por lo que a mí musicalmente me hace vibrar y, muchas veces, cuando compongo una canción, me tiene que poner la carne de gallina a mí mismo. Aunque pueda sonar a falta de modestia, me tiene que transmitir algo y, si me transmite y aunque eso no vaya a ser mayoritario, quiero que quien me escuche tenga esa misma sensación. Hasta que no me transmite eso no suelto la canción y no lucho por ver qué estilo es. La pauta que sí me marco es que vaya acorde con mi gusto musical, que ronda por el rock más duro, guitarras potentes –cuando hace falta hacer un arreglo suave, se hace-, e intentar que tenga una cierta dureza, que es como yo concibo el rock and roll.
¿Ha cambiado su relación con el público?
No noto esa diferencia. Sí que noto lo que ha supuesto en sus vidas un grupo como Barricada. El que me viene a ver a mí, no me viene a ver porque sea 'el Boni', sino porque he formado parte de un grupo tan importante que compone la banda sonora de sus vidas. Eso es muy bonito. Noto mucho cariño, mucho respeto y que son conscientes de que la vida sigue y de que, para quien tiene alma de rockero, el escenario es su vida.
¿Por qué ha reinterpretado 'Cierra los ojos'?
'Cierra los ojos' está extraído de un disco, 'La tierra está sorda', que fue muy importante dentro de la carrera de Barricada y me pareció una buena manera de reflejar lo que aporté. Quise reinterpretarla no con la tristeza de un piano a solas, sino que quería que se viera como era la bajada de sensaciones después de 30 años de vivir la carretera. A modo de reflexión y sin ningún mensaje subliminal. Una especie de guiño a mis excompañeros y lo que vivimos juntos y a todos los que nos siguieron e hicieron posible que una banda como Barricada durara tantos años.
¿Con 'Peligroso animal de compañía' se dejó algo en el tintero que haya recuperado en 'Incandescente'?
Pudimos hacer ese disco en un parón que hizo el grupo para descansar y lo aprovechamos para crear otras cosas más personales. Lo cual quería decir que la banda estaba muy viva. Me lo tomo como una experiencia puntual. No tenía ninguna pretensión, porque que la maquinaria de Barricada estaba muy viva. Lo tengo como una aventura en una época muy activa. La diferencia con 'Incandescente' es que este tiene ya una pretensión algo más ambiciosa: intentar hacerme un hueco –por mucho que tenga un bagaje de 30 años con Barricada–. Como hay que ganárselo día a día, quiero seguir grabando discos, haciendo canciones y seguir encontrándome con la gente que quiere verme. Seguir viviendo de esto, vamos, más que por el hecho de ganarme la vida, por seguir disfrutando de un oficio que yo considero de los más bonitos del mundo.
En la canción 'Por delante' denuncia las prácticas de la industria del petróleo y el fracking, algo que en Cantabria preocupa mucho a la gente. ¿Cómo surgió esa letra?
Esa canción fue a raíz de lo que ocurrió en el mar canario y la relación de las multinacionales con los recursos naturales. Me parece que pasan por encima de la gente sin contar para nada en lo que puede afectar a sus vidas. Yo creo que ellos anteponen los negocios al interés general, que es vivir normal. Por eso lo de Canarias me llamo mucho la atención, porque estuvieron insistiendo hasta el final en que iban a hacer la plataforma en medio del mar y los ciudadanos estaban asustados porque la destrucción del hábitat natural iba a ser enorme.
Así funcionan, no hicieron caso a las protestas de la gente, pero al final vieron que no iban a poder sacar gran cosa y, cogen, y se van. Es todo un interés bestial, si llegan a tener recursos suficientes, no les hubiera importado cargarse la fauna marina. La canción es una medida de protesta contra esa desfachatez.
¿Es 'Incomunicado' un alegato anti-tecnología?
Ahora la información se expande de miles de maneras y a mí lo que me preocupa es la confusión y la elección para ver quién dice la verdad y quién no. Yo veo las redes sociales muy necesarias, pero lo que sí me preocupa es esa dependencia que nos intentan meter. No hay que dejarse llevar demasiado porque, al final, hay unos intereses detrás y nada es gratis. El big data nos tiene a todos atrapados. La canción es una especie de quejido sobre esa situación. No es agradable ver a toda la gente de una mesa con el teléfono móvil, no es eso de lo que me quejo, pero sí de que si te dejas llevar demasiado, se secuestra en cierta manera tu intimidad e, incluso, tu manera de pensar.
¿Necesita apartarse de todos esos estímulos para componer?
No, yo me meto en casa y no me aíslo completamente. Dedico unas horas y se me pasa el tiempo volando. Con este disco me metía a la cama a las cuatro o las cinco de la mañana y vuelta a empezar al día siguiente. Entonces, corre tanto el tiempo que no te fijas en eso, pero no dejas de estar en contacto con la realidad. El lujo de apartarte para componer no me lo puedo permitir, porque tengo familia, claro [ríe]. Pero tener siempre mi guitarra y donde grabar lo que estoy sacando es suficiente para mí. Lo que me interesa es tener el material suficiente en la cabeza –mantenerla siempre en movimiento- para poder componer y estar atento a lo que pasa alrededor para que socialmente se refleje también eso en la manera de escribir.
¿Qué dice la letra de 'Sua'?
La canción habla sobre la relación entre dos personas que no define si son hombre y mujer, mujer y mujer u hombre y hombre. Esa poesía está extraída del poemario de una chica que se dedica a la poesía erótica y a la poesía juvenil. Coincidí con ella en un ciclo en el que la homenajeaban, me dieron a leer unas poesías suyas y me gustaron. La letra va sobre la relación de dos personas que rompen la monotonía en ese encuentro furtivo. La poesía tiene tantas lecturas que si hablas con el autor puede que escudriñe lo que ha querido transmitir con ella, pero lo bueno de la poesía y las canciones es que la interpretación es libre. Pero más o menos habla de un encuentro muy fogoso –lo compara con fuegos artificiales, por eso se llama sua (fuego en euskera)–.
La verdad es que me gustó y la incluí en el acústico. Siempre que puedo hago un guiño al euskera, que ha sido una lengua que se ha cuidado muy poco aquí en Navarra –ahora, por suerte, parece que por los cambios que ha habido se tendrá un poco en consideración y no estará marginada- y es mi pequeño granito de arena a aportar en ese aspecto.
¿Qué sensación le produce ver las 'Cuchillas' impidiendo a la gente huir de la pobreza o la guerra?
Es un problema que no se acaba en poco tiempo. Lo ocurrido con los balseros –los de la patera que intentaron pasar a Marruecos y los recibieron a bolazos– me toca las narices y tenía que escribir algo al respecto. Concreté en ese problema, pero en Marruecos son cuchillas y aquí te cierran directamente la puerta y te dejan en un descampado. Era de esperar. Ha explotado todo, porque la gente no huye por capricho y lo que tienen en algunos países no es vida y prefieren jugársela.
Nos estamos encontrando con un problema que era de prever y que no sé cómo se solucionará, pero tiene que ser con dignidad. Demostrar que más que europeos unidos, tengamos unión en cuanto a eso. Menos europeísmo y más unión a la hora de entender que con esa gente hay que hacer algo. Si no se soluciona con humanidad, ya no te hablo de aplicar políticas efectivas, ya que a la gente que tiene la bandeja por la mano –los que mandan- les importa un pito que resultado se de. Hay muchos intereses de por medio. Una puerta puede parar el problema durante un tiempo, pero por mucho que sea de hierro, acabará rompiéndose y nos encontraremos con lo que vive esa gente. Nos podría tocar lo mismo a nosotros. Aunque veo muchos esfuerzos de asociaciones de España que están haciendo un gran trabajo y eso me hace sentirme orgulloso.
¿Alguien le ha intentado convencer de que no era buena idea cantar sobre estos temas?
He tocado temas muy peliagudos, pero tampoco soy tan explícito y con un tono tan agrio –sí hay escritores que lo hacen– como para que me hayan puesto esas cortapisas. Pero bueno, la 'Ley Mordaza' está ahí y lo han padecido los títeres, algún poeta que otro, concretamente Def con Dos… Seguimos viviendo en una farsa que es mucho cante a estas alturas, cuando deberíamos tener las miras más abiertas. En mi caso no ha ocurrido, supongo que dirán : “Este escribe tan diluido que no molesta”. Pero en el fondo sí que hay un grito de rabia por todas esas cosas que no me parecen bien.
Nadie está libre de que cualquier tontería te pueda cerrar la boca. De hecho, Facebook tiene algunos controles que son inauditos. No hay una completa libertad de expresión. Sin embargo, desde el otro lado tenemos que estar escuchando tonterías sin que nadie ponga remedio o freno a cierto tipo de expresiones y, por el otro lado, un simple pensamiento es amputado. Yo no he tenido problemas, pero el disco va cargado de mucha adrenalina y mala leche.
¿Qué puede esperar la gente que acuda a sus conciertos?
Pues lo mejor que sé hacer yo, que es entregarme a tope en el directo. Me desenvuelvo y me encuentro como pez en el agua. Van a ver un Boni enérgico, más veterano, por supuesto [ríe], pero apoyado por una banda que se atreve a afrontar este reto conmigo, lo cual agradezco. El directo tiene esa función de dejar satisfecho a quien se ha molestado en reservar ese día para ir verte y pagar una entrada. Eso merece una entrega total y eso es lo que van atener, entrega total.
Además, haré un repaso de lo que han sido mis vivencia musicales, tocaré íntegramente 'Incandescente', haré un pequeño recordatorio de lo que fue 'Peligroso animal de compañía' y, por supuesto, incluiré temas de los que interpretaba en Barricada, que forman parte de mi historia musical y de la de los que han seguido al grupo y a cada uno por separado.
También haré un par de guiños simpáticos a un par de grupos. Concretamente en Santander tocaré una de los Koma, 'Aquí huele como que han fumao', para poner el broche de fiesta e intentar que sean dos horas intensas de la primera hasta la última canción.
Una elección muy acertada: Cantabria bate récords en sanciones de la 'Ley Mordaza' por consumo de drogas.
¡Pues la idea iba por ahí! Fíjate que esa canción se hizo cuando aún se podía fumar. Refleja ese filtro que hacen a lo que es el ocio de la gente y… ¡cada uno hace con su cuerpo lo que quiere! Así que refleja bastante bien lo que más o menos está pasando ahora con la 'Ley Mordaza' y sus consecuencias.