La Inspección de Trabajo conmina al Ayuntamiento de Santander la retirada del amianto de las ruinas próximas al museo MAS
La cubierta de la antigua nave de Gráficas Martínez en Santander, aledaña a la Biblioteca Municipal y al Museo MAS, se desplomó en junio de 2023 y con ella pudo fragmentarse el material con amianto que forma parte de la construcción hoy en ruinas. Pero aún queda más material en la estructura del edificio. La Inspección de Trabajo, a iniciativa de CCOO, ha conminado casi un año después a que el Ayuntamiento de Santander retire el material cacerígeno.
Una de las razones del retraso es la disputa entre Ayuntamiento y Gobierno de Cantabria por quién tiene que hacerse cargo de los trabajos de retirada, que requerirá de la participación de una empresa especializada. El inmueble es propiedad del Gobierno de Cantabria, que ha de cedérselo al Ayuntamiento para que lo adapte como ampliación del Museo de Arte MAS. El Consistorio quiere que la cesión se le haga con el amianto ya retirado. Sin embargo, ahora, la Inspección de Trabajo ha intervenido conminando al Consistorio a que realice los trabajos ya y lo ha hecho a resultas de una denuncia del sindicato CCOO.
En marzo de este año, el Pleno de la Corporación aprobó que el Ayuntamiento demandara al Ejecutivo que retirase el fibrocemento con amianto aún presente en la estructura de la antigua nave. Ni cuando se desplomó la techumbre de la nave ni desde marzo de este año, el Gobierno de Cantabria ha actuado ni mostrado su parecer.
La techumbre de Gráficas Martínez contenía uralita, fibrocemento que al fragmentarse desprende partículas con potenciales efectos cancerígenos
Intervención de la Inspección
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) ha exigido al Ayuntamiento de Santander la retirada del material con amianto presente en la nave derrumbada próxima a la Biblioteca Municipal. De este modo, la Inspección ha dado la razón a la Sección Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) en el Ayuntamiento de Santander, que presentó una denuncia “ante la demora de las actuaciones en cumplimiento de materia de salud laboral” y que ha instado al Consistorio a “cumplir con el requerimiento y retirar el material”
El delegado de CCOO en el Consistorio, Raúl Rivera, ha denunciado este lunes en un comunicado “la actitud irresponsable del Ayuntamiento, que ha dado la espalda durante meses a este problema que puede afectar a la salud no solo del personal municipal, sino también de las personas usuarias de la biblioteca y al vecindario de viviendas próximas”.
Por ello, ha instado al Ayuntamiento a cumplir con el requerimiento y retirar el material “a la mayor brevedad” y ha advertido que el sindicato estará “vigilante para que se cumpla dentro de los seis meses de plazo que ha establecido la Inspección”.
Según ha explicado, a CCOO no le ha quedado “otra solución que denunciar”, el pasado mes de abril, ante “el pasotismo que ha demostrado el Ayuntamiento, tras meses sin actuar sobre la nave derrumbada y, por lo tanto, sin cumplir con sus obligaciones en materia de prevención”.
El derrumbe de la nave abandonada de las antiguas Gráficas Martínez se produjo en junio de 2023 y, hasta la fecha, el edificio “permanece igual que el día del desplome, se encuentra en ruinas y el fibrocemento presente en el techo hundido sigue sin ser retirado”, ha incidido Rivera.
El sindicalista ha recordado que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales recoge el derecho de los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y salud, “lo que supone la existencia de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente al riesgo laboral que se extiende a las Administraciones Públicas respecto del personal a su servicio”.
Sin embargo, “los máximos responsables en el Ayuntamiento de Santander han decidido hacer oídos sordos durante meses a la petición de este sindicato para que actúe y proteja la salud de su plantilla”, ha denunciado.
A su juicio, se trata de un asunto “muy preocupante ”al tratarse de productos que contienen asbestos -amianto-, como el techo con fibrocemento marca uralita de la nave, que cuando son alterados liberan al aire pequeñas fibras de este material que, inhaladas, pueden quedar alojadas en los pulmones y permanecer por largo tiempo.
Los riesgos para la salud radican en que estas fibras de asbestos acumuladas pueden provocar inflamación y cicatrización del tejido o fibrosis pulmonar capaces de afectar la respiración y causar problemas graves de salud, como cáncer de pulmón y mesotelioma -cáncer de las membranas delgadas que cubren el interior de tórax y el abdomen, ha advertido Rivera, para quien “estamos ante un agente potencialmente cancerígeno de gran latencia, ya que puede desarrollarse después de 10 de 20 o de 30 años tras inhalarse”.
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